Estados Unidos

 

¿De verdad Obama promueve

la geoingeniería?

 

Los potenciales efectos laterales de la contaminación de las partes altas de la atmósfera podrían ser devastadores, desde la extinción del ozono y el aumento de la sequía hasta amenazas a la salud humana. Una vez que los gobiernos comiencen a disparar las partículas no se podría detener el proceso, pues de hacerlo, la temperatura podría dispararse masivamente. De todos los absurdos esquemas de geoingeniería que andan por allí, tal vez este es el más peligroso y el más injusto de todos.

 

El pasado 8 de abril Associated Press informó que la Casa Blanca podría considerar seriamente la geoingeniería -incluyendo la radical propuesta de disparar nanopartículas de sulfato a la atmósfera, según John Holdren, Jefe Asesor Científico de Estados Unidos. Dichas declaraciones están causando alarma. “Si esta es una prueba para explorar qué aceptación tiene Obama de la geoinigeniería, la Casa Blanca debería rechazarla inmediatamente”, dice Pat Mooney, director ejecutivo del Grupo ETC, organización de la sociedad civil con sede en Ottawa, que ha estado monitoreando las tecnologías de geoingeniería desde 2006. La geoingeniería se refiere a las manipulaciones intencionales, de gran escala, del clima y otros sistemas del planeta.

 

Holdren dice que una medida experimental como disparar sulfato a la atmósfera tiene “que considerarse” y que “no podemos darnos el lujo de rechazar ninguna de esas propuestas.” Como se informó, esos comentarios parecen una señal de cambio con respecto a sus aseveraciones previas, en las cuales Holdren advirtió sobre “serios efectos colaterales” de la geoingeniería.

 

“El efecto más perturbador de la geoingeniería es que a diferencia del Protocolo de Kyoto, que requiere de un amplio consenso para que logren reducirse los gases de efecto invernadero, la geoingeniería es un lujo que pueden costear solamente los súper poderosos, quienes unilateralmente podrían ajustar a su gusto el clima de la Tierra. El hecho de que John Holdren esté considerando disparar nanopartículas de sulfato a la atmósfera es muy alarmante.”

 

“Los potenciales efectos laterales de la contaminación de las partes altas de la atmósfera podrían ser devastadores -desde la extinción del ozono y el aumento de la sequía hasta amenazas a la salud humana”, explica Jim Thomas del Grupo ETC. Lo peor de todo, una vez que los gobiernos comiencen a disparar las partículas, es que entonces no se podría detener el proceso, pues de hacerlo, la temperatura podría dispararse masivamente. De todos los absurdos esquemas de geoingeniería que andan por allí, tal vez este es el más peligroso y el más injusto de todos. Sería irresponsable ponernos a contemplar cómo se prueba a cielo abierto esta propuesta.”

 

Los geoingenieros que han estado en campaña para obtener más dólares para sus investigaciones y para lograr un perfil más alto ante la opinión pública reciben con gusto las declaraciones de Holdren. La semana pasada un grupo de geoingenieros envió una carta a la administración de Obama pidiendo que la geoingeniería se incluya en la agenda de la reunión preparatoria del Foro de Grandes Economías sobre Energía y Clima, a celebrarse el 27 y 28 de abril en Washington D. C. Los políticos están a la caza de soluciones después del fracaso del Protocolo de Kyoto y del resultado incierto de las negociaciones sobre el clima en Copenhague en diciembre pasado. Esperan encontrar cualquier cosa que parezca una estrategia exitosa en la lucha contra el cambio climático.

 

“La Casa Blanca debe dejar bien claro que la próxima reunión de Barack Obama con representantes de las 16 economías más fuertes del mundo para discutir el cambio climático no es una convocatoria para promotores de la geoingeniería como solución”, advierte Diana Bronson del Grupo ETC. “Si Estados Unidos en verdad va a tomar el camino de la geoingeniería caer en violaciones a la ley internacional expresada en la Convención sobre la prohibición de utilizar técnicas de modificación ambiental con fines militares u otros fines hostiles (ENMOD, por sus siglas en inglés). Si la Casa Blanca quiere ser constructiva, debe trabajar con Naciones Unidas para asegurar que haya estructuras apropiadas de monitoreo que eviten el uso con fines militares de la geoingeniería. Mientras tanto, los esquemas de la geoingeniería, incluyendo las pruebas en lugares reales, deben ser firmemente rechazados.

 

La entrevista de AP con John Holdren aparece en el momento en que el Reino Unido sugiere que tanto el gobierno como la Royal Society escuchan con simpatía las propuestas de geoingeniería. El 8 de abril, el Grupo ETC envió un documento a la Royal Society sobre el tema de la regulación de la geoingeniería

 

Grupo ETC

17 de abril de 2009

 

 

 

 

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