Ubicada en el litoral norte, Fray Bentos es capital
del departamento de Río Negro y tiene poco menos de 20 mil
habitantes. Allí, primero las empresa española ENCE y luego
la finlandesa Botnia manifestaron su intención de levantar
sendas fábricas de celulosa.
Con el fin de convencer a los pobladores del área y la
opinión pública ambas firmas no han reparado en gastos en
campañas de publicidad en los medios de comunicación.
Las dos empresas pretenden igualmente que sus
emprendimientos no afectarán el turismo, la principal fuente
de trabajo de la ciudad, y que, contrariamente a lo
sostenido por los ambientalistas, reactivarán la actividad
económica en la zona y crearán unos 300 nuevos puestos de
trabajo.
La resistencia a estos planes es sostenida por grupos
ecologistas de carácter nacional e internacional, pero la
parte más dura de la lucha recae sobre las espaldas de los
ambientalistas radicados en Fray Bentos y en la ciudad
argentina de Gualeguaychú, ubicada al otro lado del río
Uruguay, en la provincia de Entre Ríos.
Con pocos recursos económicos, pero mucho esfuerzo,
estos vecinos deben contrarrestar la campaña publicitaria y
el lobby de las dos multinacionales. Botnia y ENCE incluso
han pagado viajes y estadías a Finlandia y España,
respectivamente, a periodistas para que puedan constatar in
situ cómo esas compañías respetan el medio ambiente.
Más de uno de los invitados ha cambiado de posición
luego de la visita y otros, inicialmente contrarios a los
emprendimientos, al regreso se deslizan a una neutralidad
que ubica el debate en términos técnicos (un poco más o un
poco menos de contaminación) y no de enajenación y deterioro
de los recursos naturales de Uruguay y Argentina.
A estas dificultades los ambientalistas uruguayos
deben agregar la falta de trabajo en Fray Bentos y las
elecciones nacionales a realizarse en octubre, cuya
proximidad ha hecho que los políticos de los diversos
partidos sean al menos prudentes respecto a dos proyectos
que pueden llegar a generar fuertes inversiones y trabajo en
una ciudad fuertemente afectada por el desempleo.
La mayor parte de los candidatos no quieren chocar con
los inversores extranjeros y eluden el tema. "Tampoco la
izquierda ha definido una posición al respecto: dentro de la
coalición progresista Frente Amplio hay quienes defienden
los emprendimientos de las multinacionales y quienes no, y
lo más seguro es que nuestra fuerza llegue a las elecciones
sin una posición única", dijo a Rel-UITA Horacio Zefferino,
uno de los dirigentes de ese conglomerado, favorito para
ganar las elecciones de octubre. Zefferino estuvo presente
en el foro, pero no en representación de su partido sino en
tanto "ciudadano comprometido con la defensa de la soberanía
nacional", según puntualizó.
Por su parte, Roberto Sosa, presidente del Plenario
Intersindical de los trabajadores de Río Negro, expresó que
"en la central de trabajadores de Uruguay finalmente se
logró aprobar una moción de rechazo a las plantas de
celulosa pero luego de un largo debate, pues también en
nuestro ámbito hay posiciones diferentes".
La declaración final de este foro, realizado en Fray
Bentos a iniciativa del Grupo Guayubira, fue aprobada por
unos 200 asistentes y llama la atención sobre los posibles
daños que las dos plantas de celulosa pueden causar en la
región: "Un incremento de la forestación indiscriminada que
ya está provocando efectos negativos en lo económico, social
y ambiental; posible desaparición de puestos de trabajo en
el turismo de la región, en la actividad rural, en la
apicultura y otras actividades por efecto de la
contaminación; la salud se vería seriamente afectada por la
emisión de dioxinas y furanos y otras sustancias tóxicas
causantes de enfermedades respiratorias, cáncer y afecciones
derivadas de la lluvia ácida que no se perciben a corto
plazo".
Los suscriptores de la declaración llaman a no creer
"a ciegas en todas las promesas de los inversores que tratan
de ganarse el apoyo de la población. La experiencia
demuestra que emprendimientos similares en otros países de
la región han provocado graves impactos sobre el ambiente y
la salud y al mismo tiempo un incremento de la pobreza.
Estos emprendimientos no presentan un modelo sustentable que
ofrezca mejor calidad de vida a sus habitantes".
Finalmente, los ambientalistas advierten a la
ciudadanía acerca de los riesgos de deslumbrarse "con las
promesas de inversiones millonarias cuando las mismas
empresas necesitan convenios exoneraciones y zonas francas
para seguir con sus proyectos".
Firman la declaración las organizaciones uruguayas
Movimiento por la Vida, el Trabajo y el Desarrollo
Sustentable de Río Negro, la Asociación Soriano en Defensa
de los Recursos Humanos, el Grupo Eco de Tacuarembó,
Redes-Amigos de la Tierra, la Comisión de Defensa del Agua,
el Grupo Ecológico de Young y Vida Silvestre, y las
argentinas Foro Ecologista de Paraná, Grupo Ñandubay y el
Ejército Alpargatista de Liberación Nacional.
Carlos Caillabet
© Rel-UITA
20 de agosto de 2004