El objeto del Encuentro fue analizar los
“Impactos y respuestas sociales frente a la contaminación
por plomo en Uruguay”. En enfoque no sólo fue
pluridisciplinario, sino también múltiple, esto es, desde
las diversas posiciones que implica este conflicto
ambiental. Esta amplitud confirió a la actividad una gran
riqueza conceptual, así como una novedosa metodología que
augura nuevos encuentros.
La exposición de la pediatra Elena Queirolo,
responsable de la Policlínica de Contaminantes Químicos
Ambientales del Pereira Rossell (CHPR), aportó un contexto
general de los aspectos científicos de la contaminación e
intoxicación con plomo. Queirolo analizó también algunos
aspectos sociales y económicos del problema y evaluó la
respuesta del Ministerio de Salud Pública ante la
emergencia. Su conclusión fue que se reaccionó tarde y con
dificultades de comprensión del tema, aunque cuando se
adoptaron decisiones la acción generada sobre el lugar donde
se hallaron los primeros casos de contaminación (en el
barrio montevideano de La Teja) fue bastante importante: se
realizaron más de 7 mil exámenes de sangre a niñas y niños
de hasta 12 años y a mujeres embarazadas, se creó la
Policlínica y se establecieron criterios de acción. No
obstante, Queirolo señaló que la presión de la población
organizada fue determinante para desencadenar la acción
oficial, que ésta quedó restringida casi exclusivamente a
las áreas donde la gente reclamó atención organizadamente,
siendo que la contaminación con plomo está en todo el país,
que no se hallaron canales adecuados y sostenibles de
relación entre la comunidad y las instituciones de salud y
que algunos de los criterios adoptados por las autoridades
sanitarias deberían ser revisados, como por ejemplo el que
determina que sólo aquellos niños con más de 20 microgramos
de plomo por decilitro de sangre sean considerados
contaminados, cuando la recomendación más actualizada se
refiere a 10 microgramos y en franca tendencia a la baja.
Daniel Renfrew, por su parte, candidato al
doctorado en Antropología Social por la Universidad de
Binghamton, State University of New York, que está
desarrollando su tesis sobre la contaminación con plomo en
Montevideo, brindó un ilustrativo pantallazo de la lucha que
tuvo lugar en Estados Unidos sobre este tema. Citando
documentos que probaron la insensibilidad de los
industriales que sabían que incluir plomo en las naftas
sería transformarlo en un contaminante universal, y también
exhibió cuadros y gráficas donde se analizaba la relación
directa entre la eliminación del plomo de los combustibles y
el descenso constante de la media de plomo en sangre de la
población estadounidense. Así, en menos de 20 años, ese país
logró bajar de casi un promedio de 20 microgramos por
decilitro de sangre a menos de 3 microgramos a nivel
nacional. En Estados Unidos fueron tomadas otras medidas
importantes como la eliminación del plomo en las pinturas y
otros compuestos industriales de uso doméstico.
En el panel “Niñez y adolescencia: desarrollo,
aprendizaje y conducta”, la maestra Elena Viana, directora
de la Escuela No. 149 (de “Contexto Crítico Vulnerable”,
según el eufemismo en boga) recordó los factores agravantes
de los efectos de la contaminación en el caso de los niños
más pobres, las dificultades curriculares y de
comportamiento que el sistema escolar debe enfrentar en
estos casos, con escasa información y capacitación al
respecto. La maestra ortofonista Liliana Althabe, ex
directora de la Escuela de Sordomudos, sorprendió al público
confesando que se enteraron por las organizaciones sociales
de que la contaminación por plomo puede ser una de las
causas de hipoacusia, ya que en su formación profesional
nunca figuró entre las razones de la sordera.
Los psicólogos Marta Imperial y Nelson de León,
de la Policlínica de Contaminantes Químicos Ambientales del
CHPR, detallaron algunos de los diversos problemas que
identifican cuando trabajan con las familias de los niños,
casi siempre afectivamente desbordadas por las implicancias
del problema.
Por otra parte, se presentaron varios testimonios
de vecinos de La Teja, del Cerro y de otros barrios que
ilustraron acerca de las enormes dificultades que encuentran
a la hora de buscar un apoyo oficial, ya sea para el
traslado de sus viviendas o para el seguimiento adecuado de
los niños contaminados ya que las policlínicas barriales no
asumen el problema del plomo.
En el panel “Trabajo y Riesgo”, Julio Brunini y
Julio López, integrantes de la Federación ANCAP, el
sindicato de la empresa estatal de combustibles, declararon
que se sentían responsables de parte de la contaminación por
trabajar en la empresa que durante tantos años introdujo el
plomo en la nafta. Recordaron que apenas comprendieron la
envergadura del problema se sumaron a la movilización social
para reclamar cambios en la metodología productiva de los
combustibles, y anunciaron que el sindicato se mantendrá
alerta contra todo tipo de contaminación. Denunciaron la
sustitución por parte de la empresa del tetraetilo de plomo
por el MTBE, un poderoso cancerígeno que se ha dejado de
usar en muchas partes del mundo, y que por ejemplo en
Estados Unidos está en vías de sustitución después de una
polémica de años que probó la peligrosidad del MMTBE.
Señalaron que este producto puede ser sustituido
ventajosamente por el etanol, que se puede obtener a partir
de la fermentación de distintos vegetales, y que esta
opción, además implicaría una cuota importante de trabajo y
actividad productiva para un sector agrícola en caída libre
como el uruguayo.
Finalmente, el presbítero y profesor de Ética,
Omar França, el arquitecto José Camarda y el diputado Ramón
Legnani intervinieron cada uno desde su área específica: la
ética social y el ambiente, la vivienda y la programación
social y los aspectos legislativos de la prevención de la
contaminación con plomo.
Carlos Pilo, vecino de La Teja, integrante de la
Comisión Vivir sin Plomo y distinguido con el “Premio
Ambiental de Montevideo, 2004”, otorgado por el Grupo
Ambiental Montevideo, cerró el evento llamando la atención
acerca de que es mucho más lo que queda por hacer que lo que
se ha hecho, y que la única garantía de permanencia del tema
entre las preocupaciones de la sociedad, los medios y los
ámbitos oficiales es la movilización popular. “Sin ella nada
es posible”, aseguró.
Finalmente, y aunque no se llegó a consolidar en
esta ocasión, quedó planteada la posibilidad de estructurar
una coordinación entre las instituciones y personalidades
que participaron del Encuentro.
Carlos Amorín
© Rel-UITA
30 de setiembre de 2004