El ministro
Mujica, ha reiterado su intención de limitar la expansión de
monocultivos forestales con destino a celulosa y de promover sistemas
agroforestales en los que la vaca conviva con el árbol.
En octubre de
2005, Mujica fue muy claro al respecto cuando dijo: "Le quiero
asegurar que no soy afecto a un país productor especializado en la pulpa de
papel. No es mi modelo de país. Quisiera trabajar en un país que concilie el
árbol, la vaca y la oveja. En todo caso, un país que genere madera, pero
para trabajar".
Sin embargo,
todo indica que las actuales políticas del "Uruguay productivo" llevan al
país precisamente en esa dirección y -lo que es peor aún- con apoyo
irrestricto del gobierno que integra Mujica.
A los
proyectos de Botnia y Ence se sumó la sueco-finlandesa
Stora Enso y en los últimos días Portucel. Frente a cada uno de
estos proyectos, el gobierno da señales claras de apoyo. En el caso de la
recién llegada Portucel, el ministro Rossi se reunió con
dirigentes de la misma y comentó a los periodistas que la empresa está
interesada en comenzar con las inversiones en forestación, para luego
instalar la planta de fabricación de celulosa y, después, otra de papel.
Al igual que
en los casos anteriores -que tanto impresionaron a los gobiernos de
Batlle y de Vázquez- los industriales portugueses mencionaron que
la inversión total sería de 1.500 millones de dólares. Los representantes de
Portucel dijeron tener previstas reuniones con los ministros
Astori y Mujica.
La respuesta
que dará Astori no genera interrogantes, ya que seguramente lo que
más le importará es que la inversión aumentará el Producto Bruto Interno y
las exportaciones. Con respecto a Mujica, le otorgamos el beneficio
de la duda acerca de la respuesta que dará a los empresarios portugueses
cuando se reúna con ellos.
Pero el
ministro debe saber dos cosas. Primero, que cada uno de estos megaproyectos
celulósicos implica la necesidad de aumentar la superficie plantada con
monocultivos de árboles para abastecer las fábricas de celulosa. O sea, que
consolidan el modelo de "país productor especializado en la pulpa de papel",
incapaz de conciliar "el árbol, la vaca y la oveja" y que no genera madera
"para trabajar" sino para exportar celulosa. Más aún, la ampliación de
monocultivos de árboles para celulosa implica la forestación de tierras
productoras de alimentos, cerrando así el paso a productores que demandan
tierras para ese destino y limitando la producción de alimentos para
abastecer la demanda del mercado interno.
La otra cosa
que debe saber es que en abril de este año, un grupo de personas,
productores agropecuarios y organizaciones provenientes de todo el país
lanzó una Iniciativa Nacional para la Suspensión de la Forestación. Este
grupo de gente es precisamente el que concuerda en no querer un "país
productor especializado en la pulpa de papel".
¿A quién
apoyará Mujica? ¿A los empresarios portugueses o a los uruguayos que
demandamos una suspensión de la forestación?
Grupo Guayubira
29 de
agosto de 2007