En el
decimocuarto día de la huelga de hambre del
obispo de Bahia, Dom Frei Luiz Cáppio, en
Sobradinho, el megaproyecto del gobierno
brasileño de desviar el Río São Francisco sufrió
un revés, aunque siga lejos de ser abandonado.
El martes 11 de diciembre el Tribunal Superior Administrativo
de la región Nordeste dio lugar al recurso
presentado por la fiscalía federal contra la
Resolución 47/2005 del Consejo Nacional de
Recursos Hídricos (CNRH) contra el
proyecto de desvío del Río São Francisco.
La decisión significa la suspensión del proyecto
por tiempo indefinido, pero no su fin
definitivo.
En 2005 el CNRH autorizó la desviación del río,
conocida como “Transposição”, promovida por el
gobierno brasileño como parte de sus planes de
desarrollo para el noreste del país. Dos canales
con una extensión total de 700 kilómetros
transportarían buena parte del agua del río a
los cultivos de frutas y caña de azúcar. El agua
se utilizaría asimismo para la cría de camarones
y en la industria pesada de la zona de
Fortaleza. Se calcula que apenas 4 por
ciento tendrá como destino el uso doméstico.
Según datos de la Asociación para los Pueblos Amenazados (APA),
el proyecto amenaza a 153 pueblos
afro-brasileños. Para unos 9.000 integrantes de
los pueblos Tumbalalá y Truka,
cerca de la ciudad de Cabrobó, el
proyecto significaría el segundo golpe a sus
medios de subsistencia, ya que la reducción del
caudal del río afectaría sus posibilidades de
pesca. En el pasado las mismas poblaciones ya
tuvieron que sacrificar sus campos de arroz a la
represa hidroeléctrica de Sobradinho.
Justamente en Sobradinho, Frei Luiz está realizando su
segunda huelga de hambre contra el proyecto,
luego de que en 2005 se logró una primera
paralización de las obras gracias a un primer
ayuno de once días. Ante la persistente
presencia de las unidades militares encargadas
de la construcción de los canales, el obispo ha
resuelto continuar su protesta hasta el retiro
definitivo de las unidades y el archivo del
proyecto. Para él, la decisión judicial es una
señal de esperanza, aunque no debe ser
sobrevalorada.
La protesta de Frei Luiz cuenta con el apoyo de un
número creciente de movimientos sociales, en
tanto el presidente de la Conferencia Episcopal
de Brasil, cardenal Dom Geraldo Lírio se
comprometió a plantear las objeciones al
proyecto en una reunión con el presidente de la
República, Luíz Inácio da Silva.