Según un informe del Instituto Brasileño del Medio Ambiente (IBAMA)
de las 12 empresas ubicadas en los estados amazónicos de
Pará y Marañón (norte), al menos ocho de ellas usan
cantidades de carbón superiores a las declaradas
oficialmente y no reforestan la selva.
El carbón se usa para calentar los llamados altos hornos
siderúrgicos y para fijar el carbono en el metal durante la
primera etapa de fabricación del acero.
Brasil es un importante exportador mundial de acero y hierro
esponja, y según grupos ambientalistas, la actitud de estas
empresas puede acarrearles sanciones comerciales en el
exterior.
Según el estudio del Ibama, entre 2000 y 2004 las empresas
siderúrgicas de Marabá, Pará, Acailandia, y San Luis, en el
vecino estado de Marañón, dejaron de declarar un total de
7,7 millones de metros cúbicos de carbón.
La cifra corresponde a 15,4 millones de metros cúbicos de
madera en troncos, equivalentes a la carga de 140.000
grandes camiones.
El cálculo del Ibama es que la actividad movilizó en cinco
años un total de 385 millones de reales (unos 160 millones
de dólares).
El presidente del Ibama, Marcus Barros, advirtió de que es
necesario llamar la atención acerca de los efectos de la
deforestación causada por las siderúrgicas.
Este estrago se suma a los más conocidos, impulsados por la
especulación con la tierra, por la producción de madera para
fabricación de muebles, la cría de ganado y la agricultura,
explicó.
"Ahora tenemos la eliminación de la selva por causa del
carbón para los hornos de las siderúrgicas", señaló Barros.
Según el informe, el parque siderúrgico de Pará y Marañón
está en franca expansión y sólo en Marabá la producción
creció 29 por ciento en cinco años hasta las actuales 1,6
millones de toneladas.
El informe revela que la extensión de la destrucción de la
selva también ha sido subestimada, pues serían necesarias
más de 550.000 hectáreas para generar el volumen de troncos
de madera declarado en 2004, cuando Ibama sólo autorizó la
explotación de 290.00 hectáreas.
EFE
16 de
setiembre de 2005