Una
oportunidad más para el planeta |
Nairobi acoge estas semanas la Cumbre
del Clima. Los más optimistas esperan que se inicie una segunda fase del
protocolo de Kioto durante esta cumbre. Los ciudadanos tenemos que dar una
lección de responsabilidad a los gobiernos y políticos.
“Las futuras generaciones no nos perdonarán si nos retrasamos más”, denuncia
Greenpeace ante la nueva oportunidad que la Cumbre de Nairobi da a nuestro
planeta. Ciento ochenta y nueve países y más de 6.000 participantes
discutirán durante dos semanas sobre el maltrato que sufre la Tierra. Los
expertos y las asociaciones ecologistas no esperan grandes decisiones,
aunque los más optimistas esperan que esta Cumbre del Clima abra la puerta
para llegar a una segunda fase del Protocolo de Kioto.
Desde Naciones Unidas aconsejan que la máxima prioridad de los gobiernos
tiene que estar en prepararse para las alteraciones que se van a producir
debido al calentamiento del planeta. “Hay que concretar actuaciones en el
marco de un plan a cinco años sobre impactos, vulnerabilidad y adaptación al
cambio climático”, explica el secretario general de la Convención Marco de
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Yvo Boer. Los planes y fondos de
adaptación deben ir acompañados, según la ONU, de una apuesta clara por las
tecnologías limpias y transportes menos contaminantes.
Estados Unidos y Australia, dos de los países que aún no han ratificado
Kioto, no han dado muestras de un cambio radical en su política
medioambiental. ¿Qué ejemplo dan estas dos potencias económicas a países
emergentes como China, India, Brasil o México? Si todas las familias chinas
tuvieran un simple frigorífico, la capa de ozono no resistiría. Tampoco el
Amazonas podría asumir que toda la población de la Tierra utilizase papel
higiénico. En poco más de una década, el pulmón del planeta desaparecía.
El informe Stern ya nos ha alertado de los problemas que tendrá la Tierra si
no se reduce la emisión de gases de efecto invernadero. Más sequías,
inundaciones y desastres naturales, desaparición de ciudades como Nueva York,
Shangai, Londres y miles de ciudades costeras en todo el mundo, desaparición
de millones de hectáreas agrícolas, problemas en el abastecimiento de agua
potable, hambrunas...
Estados Unidos emite seis veces más dióxido de carbono que China y veinte
veces más que India. Si estas dos economías emergentes produjeran los
niveles de contaminación que la primera potencia económica mundial, “se
necesitarían dos planetas Tierra tan sólo para poder sostener sus
economías”, denuncia el Worldwatch Institute. Este dato pone de manifiesto
la necesidad de que acuerdos internacionales, como el de Kioto, se tomen en
serio y que las “cuotas” de contaminación no son la solución. Ecologistas y
expertos medioambientales llevan años explicando la necesidad de rebajar la
contaminación atmosférica. La compra-venta de “cuotas” de contaminación no
es más que una venda para taparnos los ojos.
El calentamiento global, la tala incontrolada de árboles, el avance de los
desiertos, la explotación de mares y bosques, la tala incontrolada de
árboles, la construcción masiva de montañas y playas, el desgaste de las
tierras de cultivo, el agujero de la capa de ozono… Peligros de los que los
expertos nos alertan cada día, pero que ya no nos dan miedo. No nos
terminamos de creer que la catástrofe medioambiental ya está aquí y que la
responsabilidad no es sólo de los gobiernos y multinacionales, también de
nuestra forma de actuar cada día.
Cerrar bien el grifo, usar el trasporte público, consumir lo necesario para
vivir deberían ser nuestras reglas de oro. El despilfarro actual de los
recursos naturales están agotando a la Tierra. Es hora de que la sociedad
civil tome conciencia de su responsabilidad para con la Naturaleza.
Dejémonos de quejas y críticas a las empresas y administraciones y empecemos
a mirar nuestros propios hábitos. Sólo así podremos exigir a nuestros
gobernantes un desarrollo sostenible respetuoso con el Medio Ambiente. Los
ciudadanos tenemos que dar una lección de responsabilidad a los gobiernos y
políticos. Sólo así la Tierra dará una oportunidad a las futuras
generaciones.
Ana Muñoz
CCS España
16 de noviembre de 2006
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