Entre los temas centrales de la campaña electoral gallega, a la par de
la renovación y perfeccionamiento de la democracia,
estuvieron importantes cuestiones sociales y ambientales. Y
en estos aspectos tuvo lugar destacado la creciente protesta
contra los efectos negativos provocados en los últimos años
por la presencia del complejo industrial de papel y celulosa
del grupo Ence en la provincia de Pontevedra.
El voto decisivo de
Pontevedra
El 19 de junio, con 100% de los votos locales escrutados, el PP tenía 37
escaños, cuatro menos que en 2001. Y el socialista Emilio
Pérez Touriño, con ocho escaños más, se erigió como el gran
triunfador. El Bloque Nacionalista Gallego (BNG), liderado
por Anxo Quintana, perdió cuatro. Se dijo entonces que el
resultado de las elecciones estaba "en manos de los gallegos
residentes en el extranjero".
Nueve días después, el voto emigrante no había cambiado las cosas. Al PP
le faltó un escaño para revalidar su mayoría absoluta. Los
'populares' debían superar en 8.160 votos a los socialistas,
pero el escrutinio dio al PP 15.361; al PSdeG, 13.518; y al
BNG, 1.263. La situación quedó igual al 19 de junio.
Socialistas y nacionalistas podrán gobernar en coalición,
dejando a Manuel Fraga en la oposición.
El martes se
completó el escrutinio del voto de los emigrantes, pero la
finalización del de Pontevedra, en la madrugada del lunes,
al no modificar los porcentajes del escrutinio en el país,
acabó con la única esperanza del PP de sumar los 38 de la
mayoría absoluta. Los analistas coinciden en que el voto de
Pontevedra fue así decisivo para definir la derrota del
Partido Popular en estas elecciones.
Oídos para oír y
ojos para ver...
La campaña electoral en Pontevedra estuvo pautada por movilizaciones
sociales y políticas que evidenciaron los problemas e
inquietudes de la población.
La mayor
manifestación tuvo lugar a comienzos de junio, cuando más de
40.000 personas pidieron el traslado de la fábrica de
celulosa Ence, acusándola de causar el deterioro y
contaminación de la ría. Según los organizadores, recibieron
más de 150 apoyos "de todas las tendencias políticas,
religiosas y sociales".
Una semana después, unos 200 trabajadores de Ence, según la policía
local –300
a 400, según Comisiones Obreras–,
manifestaron para exigir la permanencia del complejo
industrial.
Y vocearon lemas como 'Por nuestro futuro', 'Papelera sí,
paro no', 'En defensa del sector forestal gallego' y
'Apostamos por el empleo'.
Dos meses antes, la ONG Salvemos Pontevedra presentó al Tribunal
Superior de Justicia de Galicia una denuncia contra
funcionarios públicos y ejecutivos de Ence a los que
considera responsables de diversas ilegalidades en la
gestión e instalación de una planta depuradora y otras
dependencias industriales, así como por
vertidos
contaminantes sobre la playa de Lourizán y la ría de
Pontevedra.
Touriño:
"Ence si, na ría non"
El socialista Pérez Touriño, que previsiblemente asumirá la Presidencia
de la Xunta, anunció cuáles
serían los tres grandes ejes de su gobierno: la
"modernización" y "regeneración democrática", el
"fortalecimiento del autogobierno" y la atención de "las
graves demandas sociales", en particular por un alto
desempleo.
Cuando el entonces
candidato socialista concurrió, en plena campaña electoral,
a la Cámara de Comercio de Pontevedra se comprometió ante
todos los empresarios a, una vez llegado a la Presidencia de
la Xunta, trabajar “24 horas por día” para “ver la ría de
Pontevedra recuperada sin Ence y a Ence generando riqueza”.
Touriño agregó en
esa oportunidad que “el único camino” para alcanzar ese
objetivo es “la vía de la concertación y el diálogo, no la
confrontación y la división”. Estaba respondiendo así a unas
declaraciones del presidente de Ence, José Luis Méndez, de
paso por Pontevedra, en donde dijo que "en ningún momento se
le pasó a la compañía, en ningún momento –enfatizó–, hablar
de traslado y cierre".
Quintana:
"desarrollo sostenible"
Por su parte, Anxo Quintana dijo confiar en que no será difícil llegar a
un acuerdo con los socialistas, ya que "hay voluntad de
diálogo entre las fuerzas políticas" y éstas deben cumplir
con la "voluntad de cambio" expresada en las urnas. Y
agregó: "hay dos programas compatibles y ahora tenemos que
llegar a acuerdos".
Con respecto a Ence, Quintana declaró: "La ría de Pontevedra
(...) es una fábrica que genera más empleo que Ence y no se
puede trasladar. El futuro industrial de Galicia pasa por el
desarrollo sostenible y pasa por lo tanto por otra ubicación
para Ence y regeneración y protección ambiental para la ría
de Pontevedra".
En mayo último, el líder del BNG estuvo en gira electoral por Uruguay.
Indagado por la prensa sobre la futura planta de Ence en
este país, aclaró: "la postura del BNG (es) para Galicia,
exclusivamente para Galicia, porque nuestra política se
dirige a Galicia". No dejó duda de su posición estrictamente
nacionalista-gallega.
¿Uruguay tendrá algo para aprender con estos ejemplos?
Víctor L. Bacchetta
© Rel-UITA
1 de julio
de 2005