La realidad real es diferente para miles de familias rurales.
Los grandes proyectos, o macroproyectos, que se impulsan en
aras de la presunta 'modernización' y de la adecuación del
país a los planes del libre comercio están amenazando la
permanencia en sus predios de amplios grupos de agricultores
y campesinos. Un caso relevante es el de las zonas de
'páramo'. Este ecosistema, existente sólo en Colombia y
Ecuador, está en la mira de instituciones e inversionistas.
Nuestra geografía cuenta con 1.300.000 hectáreas de páramo
de las cuales el 80% están intervenidas por la presencia del
hombre. El 41% de la papa de Cundinamarca y el 35% de la de
Boyacá se cultivan en sus inmediaciones si se considera
'páramo', como lo hace el ministerio del Medio Ambiente, el
territorio ubicado arriba de 3.000 metros de altura. El
Senado aprobó ya, y se tramita en la comisión quinta de la
Cámara, la ley de Páramos que establece prohibiciones de uso
de las tierras cobijadas en esas áreas, vedando allí la
producción de papa y de leche.
Adicional a ésta, se tramita la de Agua, que retoma la
legislación existente sobre las concesiones del líquido,
pero remarca su aprovechamiento con criterios de
rentabilidad, incluyendo las que se otorguen sobre fuentes y
nacimientos de recursos hídricos, y también la ley Forestal
que, como lo ha dicho el ex ministro de Medio Ambiente,
Manuel Rodríguez Becerra, 'atenta contra los derechos
territoriales y culturales de las minorías étnicas'.
Para adelantar dicha política de páramos, implantar 'la
dimensión económica y financiera' de tales sistemas y
acordar 'las oportunidades de negocios y los actores
económicos' de los 'servicios ambientales' que la naturaleza
ofrece allí, las corporaciones autónomas regionales los
clasifican como reservas naturales y así controlan los usos
del territorio para después montar los negocios de interés
para los inversionistas, bien de bosques, de agua, de
turismo o de biodiversidad.
Además del éxodo proyectado desde los páramos, hay otros
casos igualmente inicuos. Está la expulsión de centenares de
familias de la Sabana de Bogotá cuyos pequeños terrenos
pueden ser arrasados por la concesión vial Briceño–
Tunja-Sogamoso, donde el consorcio constructor para tener
altas tasas de retorno, en asocio con el Instituto Nacional
de Concesiones –INCO– y amedrentando con la figura de la
expropiación en pro 'del interés general sobre el
individual', ofrece $ 4.500 por metro cuadrado a estos
pequeños productores a cambio de sus medios de vida
adquiridos durante una existencia llena de esfuerzos y de la
destrucción de sus raíces culturales e históricas
construidas por generaciones.
En Quinchía (Risaralda) la firma ANGLOGOLD está merodeando
sobre las zonas mineras auríferas que allí existen y que han
sido, por la vía de la minería artesanal, complemento para
el menguado ingreso de caficultores e indígenas; el cual,
según el Informe de Desarrollo Humano del PNUD es el más
bajo entre 51 municipios del Eje Cafetero. No pocas personas
afirman que la zozobra que se vive en ese municipio es el
mismo prólogo que en algunos casos de apropiación de riqueza
forzada han padecido otras regiones con potencial minero
análogo.
También INCODER reveló, en un estudio sobre la usurpación de
terrenos de comunidades negras del Urabá chocoano en los
ríos Curvaradó y Jiguamiandó, por parte de nueve empresas
cultivadoras de palma africana, que junto con la violencia,
esos cultivos motivaron desplazamientos desde el 'territorio
tradicional'.
En los tiempos del 'corazón grande' los desplazamientos
medidos por las agencias internacionales y los boletines
oficiales apenas registran los motivados por la sarracina.
Los otros, los causados por la tormenta neoliberal, que
coloca los negocios por encima de los derechos de los pobres
e indefensos, no se registran y, si se hace, es para
enumerarlos como expresiones del atraso, sin incidencia, o
como el merecido por quienes han depredado el medio
ambiente; es la típica falacia ideológica muy propia de los
tiempos del 'corazón grande'.
Aurelio
Suárez Montoya
Argenpress
25 de
abril de 2005