El objetivo declarado de los inversores franceses, del
grupo Pergam Finance, es desarrollar en esas
tierras, hoy destinadas a la producción de alimentos
(sobre todo trigo, soja y maíz), proyectos de
agricultura intensiva y de generación de
biocombustibles, por ejemplo etanol.
Según Gerard Durand, dirigente de la Confédération
Paysanne (Confederación Campesina), el segundo
sindicato de agricultores francés en importancia,
“de esa manera se estaría permitiendo a los países
ricos adquirir energía a muy bajo precio pero se
estaría eliminando otra área de producción de
alimentos en los países del sur”.
En el mismo sentido se pronunciaron dirigentes de la
principal central sindical francesa, la
Confederación General del Trabajo (CGT), al tiempo
que el diario comunista “L‘Humanité” denunció “el
desembarco de los especuladores europeos en campos
sudamericanos”.
“Ahora los especuladores ricos de Europa van a
enriquecerse a costa de los campesinos de América
Latina. ¡Lo que les faltaba a los latinoamericanos.
Primero los militares y luego los especuladores”, se
lamentó un lector de la edición electrónica del
diario parisino Libération al enterarse de la
noticia cuando ese cotidiano la publicó en agosto.
Pergam Finance es un fondo de inversiones francés que,
según dijo su director, Olivier Combastet, al diario
español El País, “se ocupa de los intereses de
varios centenares de clientes, entre ellos grupos
familiares e instituciones europeas”. En los últimos
años ha visto en la adquisición de tierras en
América del Sur un filón de negocios sumamente
rentable.
Pergam encuentra en el Río de la Plata “oportunidades
muy interesantes”, en especial porque allí “se
dispone de grandes superficies, porque la mano de
obra es relativamente barata” y porque “reinan
condiciones de seguridad considerables”.
Según el informe publicado en agosto por Libération,
“expertos” europeos estiman que actualmente habría
en América Latina entre 15 y 20 millones de
hectáreas de tierras agrícolas en oferta que
despiertan el apetito de las transnacionales de todo
origen.
Uruguay es especialmente atractivo al fondo de
inversiones europeo, porque a la gran proporción de
tierras fértiles en oferta se le suma el bajísimo
precio de la tierra, aun inferior al que rige en
Europa oriental, donde hasta ahora se habían
concentrado las inversiones de las empresas de
Europa occidental en la material.
Mientras en Uruguay una hectárea de tierra agrícola se
cotiza a cerca de 1.600 euros, en Ucrania se sitúa
por encima de los 2.500 y en la propia Francia trepa
a casi 4.800.
“A nuestros ahorristas les aseguramos que nunca vamos
a pagar más de 2.000 euros por hectárea, lo que
constituye una muy buena inversión”, visto que “las
centenas de hectáreas de maíz o soja disponibles
conforman un reservorio potencial de ‘carburantes
verdes’ como el etanol, cuya demanda va a crecer
exponencialmente en todo el planeta en los próximos
tiempos”, dijo a Libération Olivier Combastet.
Para lograr esa reconversión, el patrón de Pergam
Finance indica que “habría que pasar del modelo de
explotación de esas tierras, que actualmente es de
agricultura extensiva, a un modelo más intensivo, ‘a
la europea’”.
Su primera inversión en Uruguay, efectuada a través de
la empresa Campos Orientales, la firma francesa la
realizó a comienzos de este año, cuando adquirió, en
el departamento de Florida (centro sur del país),
unas 600 hectáreas de tierras habitadas únicamente
por 3.000 cabezas de ganado.
En total Pergam proyecta invertir en la adquisición de
superficies agrícolas en los dos países rioplatenses
unos 75 millones de dólares en dos años.
“Nuestro negocio consiste en adquirir tierras que son
mal explotadas y que por consiguiente ofrecen buenas
perspectivas de creación de riqueza”, indicó
Combastet.
Para sus operaciones en el Cono Sur de América Latina
Pergam Finance se asoció en 2004 con Mario Hirsh,
uno de los principales accionistas de la mega
empresa argentina Bunge, tercer exportador mundial
de cereales que en 2005 tuvo ganancias por 500
millones de dólares.
Hirsh es también presidente del grupo Bellamar,
propietario de 100.000 hectáreas de tierras y de
50.000 cabezas de ganado en Argentina y Uruguay. “No
podíamos tener mejor socio en América Latina que
él”, comentó Combastet.
El empresario argentino “explora para nosotros la
oferta disponible de propiedades agrícolas en la
región. Luego nosotros compramos las superficies que
él nos recomienda y rápidamente logramos duplicar su
productividad”, indicó.
“Hirsh podría igualmente servirnos para ingresar en el
mercado de Estados Unidos con lo que logremos
exportar, ya que Bunge es el tercer transformador de
Wall Street”, agregó el presidente de Pergam Finance.