Tan solo hace
dos meses el kilo de cacao se pagaba a $5.700 y hoy a menos
de la mitad, $2.800. La cifra señala la gravísima crisis a
la que las políticas oficiales, la importación y el
contrabando están empujando a los 30 mil cacaoteros
colombianos.
El sector está
dominado por dos poderosos monopolios, que manejan las
compras y deciden el precio interno, pero que son además
importadores. De mantenerse la situación actual, la
producción cacaotera de Colombia se haría inviable y
mucho más con el TLC, cuando comenzará a entrar al país
cacao africano procesado en Estados Unidos.
Para exigirle al
gobierno nacional fijar un precio interno de sustentación
que compense los costos y les permita a las familias un
ingreso decente, miles de cultivadores provenientes de
Santander, Tolima, Huila y sur de Bolívar adelantaron ayer
una gran marcha por la Carrera Séptima de Bogotá, pese al
torrencial aguacero que cayó en horas de la mañana, y le
exigieron al Ministerio de Agricultura firmar un compromiso
e instalar una mesa de diálogo que dé salidas a la crisis.
Los agricultores
piden además soluciones urgentes al gravísimo problema de
las deudas que tienen contraídas con los bancos, pues muchos
de ellos se encuentran al borde del embargo. Demandan
finalmente que cesen las importaciones y que el Estado les
preste, como es su obligación, la debida asistencia técnica
para poder acabar con plagas y malezas.
El senador
Jorge Enrique Robledo, del Polo Democrático, expresó su
más caluroso apoyo a la protesta y acompañó a los cacaoteros
a la reunión con el Gobierno. “Solo el más amplio movimiento
cívico, integrado por todas las fuerzas vivas de las
regiones productoras, podrá sacar adelante las
reivindicaciones planteadas y defender el ingreso de los
productores y sus familias”, declaró.
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