Mientras en San
Salvador los presidentes latinoamericanos -sin la presencia de Ecuador-
celebran el regreso de Honduras a la OEA y prometen velar por los derechos
humanos, en el Bajo Aguán corre nuevamente la sangre por manos de la policía y
los grupos paramilitares al servicio de terratenientes y productores palmeros.
Las organizaciones campesinas aseguran que seguirán con su lucha por el acceso a
la tierra y una vida digna.
La hipocresía de los
gobiernos latinoamericanos, que la semana pasada han avalado y votado la
reincorporación de Honduras a la OEA, ha quedado al descubierto el
día de ayer, 5 de junio, cuando el Bajo Aguán volvió a ser escenario de
represión y muerte.
Un fuerte contingente de
policías, militares y guardias de seguridad de los terratenientes y productores
palmeros de la zona atacó con armas de grueso calibre a los campesinos del
Movimiento Auténtico Reivindicador Campesino del Aguan (MARCA), que se
encuentran en las fincas Trinidad, San Isidro y San Esteban.
Después de haber desalojado la finca San
Isidro, los paramilitares invadieron las instalaciones del Instituto Nacional
Agrario (INA) de Sinaloa y dispararon sin mediar palabra contra miembros del
Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA), que ahí desarrollan varios
proyectos productivos.
Hasta el momento se reportan tres campesinos
heridos de gravedad, entre ellos Doris Pérez Vásquez, quien fue trasladada de
emergencia al hospital por una herida en el abdomen.
“Policías
y guardias de seguridad atacaron la finca San Isidro a las 4 de la mañana,
disparando con sus armas contra las familias campesinas.
Después se dirigieron hacia las instalaciones
del INA y abrieron fuego contra los miembros del MUCA. Hay varios heridos,
algunos de gravedad”,
dijo a Sirel, Esly Banegas, presidenta de la de la seccional de
Tocoa del Sindicato de Trabajadores del Instituto Nacional Agrario (SITRAINA).
Nuevos
asesinatos
Casi simultáneamente al
brutal ataque en Sinaloa, desconocidos interceptaron y asesinaron a los
campesinos de la cooperativa San Esteban, José
Recinos Aguilar,
Joel Santamaría y Genaro Cuesta.
Mientras aquí siguen asesinándonos
y desapareciéndonos, en El Salvador están celebrando la reincorporación de
Honduras a la OEA. |
Los tres
miembros del MARCA se dirigían en vehículo hacia las tierras de la
cooperativa cuando fueron ultimados con una lluvia de balas. Según reportó a
Sirel el directivo del MARCA, Julián Hernández, efectivos de
la Policía y guardias privados del terrateniente René Morales montaron un
fuerte operativo en el lugar, para que nadie se acercara a los cadáveres.
“Hace una
semana desaparecieron los compañeros
Olvin Gallegos
y Secundino Gómez, y ayer asesinaron a otros tres miembros del MARCA.
Los atacaron, los mataron y la policía no permitió que nos acercáramos -dijo
Hernández-.
Estamos
viviendo momentos muy difíciles. En el Aguán se ha desatado una represión sin
precedentes y es absurdo que, mientras aquí siguen asesinándonos y
desapareciéndonos, en El Salvador estén celebrando la reincorporación de
Honduras a la OEA.
Vamos a seguir
en la lucha, cueste lo que cueste, porque la tierra es de nosotros los
campesinos. Tenemos hijos y queremos darles un futuro mejor. Estamos dispuestos
a enfrentarnos a lo que venga”, afirmó el directivo del MARCA.
Con estos nuevos hechos
sangrientos sube a 31 el número de campesinos asesinados en el Bajo Aguán en los
últimos 15 meses.
“Repudiamos este nuevo
ataque contra las organizaciones campesinas y las instalaciones del INA.
El régimen de Porfirio Lobo, la
oligarquía hondureña y los productores palmeros están demostrando que no quieren
reconciliación, ni mucho menos detener la violación a los derechos humanos”,
concluyó Banegas.
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