Suman 25
los campesinos asesinados en el Bajo Aguán entre enero de 2010 y abril de 2011,
en el marco de un conflicto agrario que se ha caracterizado por la constante y
sistemática violación a los derechos humanos y por la impunidad de la que gozan
los asesinos.
El pasado 19 de
abril fueron encontrados los cuerpos sin vida y brutalmente mutilados de
Tarin Daniel García Enamorado, de 26 años, y de su suegro Carlos Alberto
Acosta Canales.
Tarin Daniel
García
era miembro del Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA) y socio
de la empresa Productores de Colón, una de las cuatro que conforman el
asentamiento La Concepción.
Según testigos
que prefirieron mantener el anonimato por temor a las represalias, los dos
asesinados habrían sido secuestrados días antes por guardias de seguridad de los
terratenientes René Morales y Reinaldo Canales, en las cercanías
de las plantaciones de palma africana de propiedad de esos dos empresarios.
“Estos
asesinatos se enmarcan en un clima de fuerte represión que estamos viviendo en
la zona del Bajo Aguán -dijo a Sirel el directivo del MUCA,
Yoni Rivas-.
En la última
semana han arreciado las amenazas de muerte, las persecuciones con vehículos sin
placa y los atentados contra miembros de las organizaciones campesinas.
Condenamos
estos asesinatos de nuestros compañeros -continuó Rivas-, y denunciamos
la falta de voluntad del gobierno para cumplir con el acuerdo que firmó hace un
año con el MUCA”.
Ante esta
situación y la campaña de desprestigio y criminalización de la lucha campesina
por el acceso a la tierra, el MUCA decidió iniciar una toma de carretera
indefinida a la altura del desvío de Braulio, en la margen izquierda del río
Aguán.
“Los
terratenientes están usando sus medios de comunicación para acusarnos de haber
herido y asesinado a guardias de seguridad, lo cual es falso. Quieren
criminalizar nuestra lucha, aunque todo el mundo sabe que los criminales son
ellos.
Vamos a
mantenernos movilizados, exigiendo el cumplimiento de los acuerdos firmados en
abril de 2010 y el cese de la represión”, concluyó el directivo del MUCA.
Los terratenientes no quieren ceder
Según el
director ejecutivo de FIAN Internacional en Honduras, Gilberto Ríos,
los terratenientes y productores palmeros del Bajo Aguán no quieren ceder en
nada, y la situación de pobreza y de falta de acceso a la tierra en la zona
podría radicalizar el conflicto.
“Las familias
campesinas están entre la espada y la pared. No tienen acceso a la tierra, ni al
trabajo, y van a reaccionar de diferentes maneras porque tienen que sobrevivir.
La situación de
los campesinos, sobre todo los del MUCA, es muy delicada. La cantidad de
tierra que se les ha dado mediante los acuerdos firmados con el gobierno es muy
poca con respecto al número de familias que lo integran.
Además
-continuó Ríos-, han sido estigmatizados y engañados, porque el acuerdo
ha servido para desmovilizarlos y lograr que se retiraran de las 26 fincas que
habían recuperado. Los reubicaron en seis fincas y no han cumplido con el resto
del acuerdo.
Ahora los
campesinos no tienen alternativas y ya están planteando nuevas tomas de tierra.
La situación es explosiva y podría recrudecer el conflicto, con más violencia,
persecución y muertes”, concluyó el directivo de FIAN Internacional.
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