Después de haber
participado en la audiencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
sobre la grave situación en el Bajo Aguán, la Misión Internacional desarrolló
una amplia agenda de
reuniones y encuentros con sectores de la vida política, económica y social de
Estados Unidos.
“Sostuvimos reuniones con asesores de varios integrantes de la Cámara de
Representantes y del Senado; con una delegación de muy alto nivel del
Departamento de Estado y organizaciones de derechos humanos.
Durante estas actividades entregamos el Informe Final actualizado de la
Misión Internacional, e informamos detalladamente sobre la grave situación
de violación a los Derechos Humanos que sufren miles de familias campesinas en
el Bajo Aguán”, dijo a Sirel, Annie Bird, co-directora de
Rights Action.
Bird
explicó que se denunció la participación en esas violaciones de los cuerpos
represivos del Estado hondureño y de los guardias privados de los terratenientes
palmeros de la zona, remarcando también el papel que desempeña Estados Unidos
en el financiamiento, equipamiento y entrenamiento de las fuerzas militares y
policiales de Honduras.
“Es
por eso que
varias organizaciones de Estados Unidos estamos exigiendo el cese definitivo de
la ayuda militar a Honduras,
y esperamos recibir el apoyo de importantes sectores de la política
estadounidense”, concluyó Bird.
Según Martin Wolpold-Bosien, coordinador de FIAN Internacional
para Centroamérica, durante todas las reuniones se comprobó que el
conflicto del Bajo Aguán ha trascendido los límites de Honduras y se ha
proyectado al ámbito internacional.
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“Todas las instancias con las que nos reunimos coincidieron en la
necesidad de profundizar la información y darle un seguimiento
sistemático a la deplorable situación en el Bajo Aguán”
(Martin Wolpold-Bosien, coordinador FIAN
Centroamérica) |
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“El
denominador común de todas las actividades ha sido la profunda preocupación por
lo que está pasando. Incluso nos reunimos con representantes de importantes
bancos internacionales quienes admitieron haber llevado esta misma preocupación
al seno del
Grupo de Seguimiento de la
Declaración de Estocolmo
(G-16) en Honduras”, dijo Wolpold-Bosien.
El
directivo de FIAN Internacional no tuvo dudas en afirmar que "todos estos
elementos son un claro indicio de que la comunidad internacional tiene los ojos
bien puestos en el Bajo Aguán, y en el pobre papel que está desempeñando el
Estado para solucionar esta situación”.
De
acuerdo con el
Informe Final de la Misión Internacional,
durante las
siete semanas posteriores al inicio de la operación militar Xatruch II, fueron
asesinados seis campesinos y una campesina, otros cinco resultaron gravemente
heridos, y dos campesinos fueron torturados, entre ellos un menor de 17 años.
“Todas las instancias con las que nos reunimos coincidieron en la necesidad de
profundizar la información y darle un seguimiento sistemático a la deplorable
situación en el Bajo Aguán”, aseveró Wolpold-Bosien.
Durante los próximos meses la Misión Internacional, junto a las
organizaciones nacionales de Derechos Humanos, intensificarán sus esfuerzos para
que otros actores internacionales incluyan el tema del Bajo Aguán en sus agendas
durante las visitas que realicen a Honduras.
“Queremos que presionen a las autoridades de gobierno para que se investigue
sobre los asesinatos de tantos campesinos y se de término a tanta impunidad",
concluyó Wolpold-Bosien.
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