Con Ricardo Carrere, del WRM

El maquillaje verde de Unilever

 

 

Un documental recientemente difundido por la BBC mostró cómo empleados de las empresas Duta Palma y PT Smart, en Indonesia, arrasaban con bosques naturales para plantar posteriormente palma africana o aceitera. Ambas empresas son proveedoras de Unilever. Después de que el daño ecológico y social fuese expuesto públicamente por la BBC, Unilever decidió “suspender su vinculación con Duta Palma”.

 

Hasta ahora, sin embargo, Unilever no se había privado de adquirir el aceite de palma a bajo precio de esas empresas, sin ignorar que se estaba violando la propia legislación de Indonesia cuyos controles son burdamente ineficientes. Tampoco decidió suspender la utilización de ese producto proveniente de otras empresas indonesas ni de otros países donde las condiciones de producción y de trabajo son exactamente las mismas que las develadas por la BBC.

 

También es destacable que desde hace años numerosas organizaciones sociales locales e internacionales vienen denunciando estos hechos sin lograr una trascendencia como la que ahora alcanzó el reportaje de la BBC. Una de ellas es el  Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM, por sus siglas en inglés), cuyo coordinador internacional, Ricardo Carrere, dialogó con Sirel para ampliar esta información.

 

-¿Unilever está preocupada con el medio ambiente?

-Unilever está muy preocupada por conservar su mercado creciente, y para eso quiere maquillar de verde a la palma aceitera. Para eso, junto a la WWF (Fundación Vida Silvestre), ha liderado un proceso a nivel mundial para establecer un sistema de certificación que establezca que la palma aceitera es sustentable y que se expresa orgánicamente en la Mesa Redonda de Palma Sustentable que preside Unilever.

 

-¿Cómo es esa certificación?

-Cuando uno mira las normas y el proceso de certificación establecido por Unilever, se percibe claramente que es un engaño, ya que apenas promueve una levísima mejoría en los parámetros más terribles que tiene este cultivo.

 

En materia de trabajo, por ejemplo, se demanda que se pague el salario mínimo nacional en cada país, o “un salario decente” lo que habla a las claras de cuál es la situación actual. Pagar un salario mínimo es simplemente una obligación legal de cualquier empresario, y “un salario decente” es una expresión demasiado vaga como para tomarla en serio.

 

De hecho, no se hace nada real para mejorar las condiciones de trabajo de los asalariados, ya que esa es la base de su fortuna que tiene dos componentes centrales: la explotación de los recursos con la consiguiente destrucción ambiental cuyo costo no es incluido en el precio del producto final, y el segundo es la explotación laboral cuyo costo mínimo hace que la palma pueda tener un precio bajo permitiendo así el incremento de su consumo a nivel mundial.

 

-¿Por qué aumenta esa demanda global?

-La palma es utilizada para fabricar aceites comestibles que son muy consumidos en India y China, por ejemplo, y también en cosméticos, jabones y alimentos -de ahí el gran negocio de Unilever- que tienen algún componente de palma. Son miles de productos en muchos de los cuales Unilever está detrás.

 

A esto se agregó la fabricación de biodiesel a partir del aceite de palma con el cual se espera alimentar gran parte del transporte europeo. De ahí el interés en maquillar de verde el cultivo de palma que es esencialmente destructivo.

 

-¿De qué forma?

-En materia ambiental, por ejemplo, la palma se establece en clima tropical o subtropical, y sin eso no se puede plantar. En todos los países lo que hay en esos lugares son bosques y comunidades que viven de ellos de manera sustentable. Lo que hace la palma es destruir estos bosques y sustituirlos con palma, elimina el sustento de estas comunidades cuyos integrantes, con suerte, podrán ser empleados superexplotados de las empresas plantadoras. Otros se quedan sin medios de supervivencia y deben emigrar.

 

Todo esto es lo que Unilever intenta ocultar a través de la Mesa Redonda sobre Palma Sustentable, que tiene presencia de instituciones financieras, bancos, las principales empresas productoras de palma, etc.

 

Uno de los insultos más grande que se infligió a América Latina fue organizar la primera reunión en la región de este organismo nada menos que en Colombia, donde están totalmente probadas las groseras violaciones al derecho laboral y a los derechos humanos en general cometidas por militares y paramilitares sobre, particularmente, comunidades de afrocolombianos que fueron masacradas, torturadas y expulsadas de sus habitats para implantar la palma.

 

-¿La palma no genera empleos donde antes no los había?

-Los empleos que genera la palma son pocos, de mala calidad, mal remunerados y peligrosos, mientras las empresas obtienen ganancias fabulosas.

 

 

 

En Montevideo, Carlos Amorín

Rel-UITA

5 de abril de 2010

 

 

 

 

Foto: Gerardo Iglesias

 

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