El dramático caso del
Bajo Aguán ha trascendido a nivel internacional y la audiencia concedida por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) es una clara muestra de ello.
Sobre la importancia de esta actividad que se ha desarrollado en Washington
conversamos con Rudy Hernández, defensor de derechos humanos y ex directivo del
Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA).
-¿Cómo
evalúa esta audiencia que la CIDH concedió a la Misión Internacional y a la cual
usted fue invitado?
-Fue
algo muy importante, porque se evidenció que la CIDH tiene los ojos
puestos en el caso de las violaciones a los Derechos Humanos en el Bajo Aguán,
de manera específica el derecho a la vida y el acceso a la tierra.
Me
siento muy satisfecho. Creo que logramos brindar los elementos necesarios para
que esta instancia de Derechos Humanos siente una posición contundente, ante los
atropellos que se siguen cometiendo contra las familias campesinas.
-¿Qué le
pareció la presentación del Estado hondureño ante la CIDH?
-Estuvo
muy carente de contenidos, tal como lo fue en estos dos años después del golpe
de Estado. Desconoció el derecho de acceso a la tierra por parte de las familias
campesinas y mostró desconocer los datos reales acerca de los asesinatos de
campesinos, los desalojos violentos, las graves violaciones a los Derechos
Humanos y la impunidad.
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El
monocultivo es una de las razones que nos han llevado a este
conflicto agrario y no podemos seguir reproduciendo este modelo. |
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De hecho
la delegación trató de confundir y desorientar a los Comisionados con una gran
cantidad de datos, pero no lo logró. El Estado debe
aprender a escuchar el clamor por la tierra de todos estos grupos campesinos
organizados.
-¿Qué
importancia tiene para las familias campesinas esta audiencia de la CIDH sobre
el Bajo Aguán?
-La
CIDH está muy interesada en darle seguimiento a esta situación y le pedimos
que se haga presente en el terreno para constatar todo lo que denunciamos.
También que se pronuncie sobre el Bajo Aguán en su Informe Final y durante la
conferencia de prensa de clausura del 143º periodo de sesiones.
Además,
pedimos que presione al Estado de Honduras para que cese la represión, la
impunidad, respete los Derechos Humanos y los acuerdos firmados con los grupos
campesinos.
Las
familias campesinas ya saben que no están solas, porque su problemática ha
trascendido Honduras.
-Sin
embargo, estamos ante un conflicto agrario muy complejo. ¿Qué pasos se necesitan
para enrumbarse hacia una solución?
-El
Estado debe entender que este conflicto no se soluciona ni con la violencia, ni
con la militarización y las mentiras, sino garantizando el respeto de los
acuerdos firmados, el acceso a la tierra y nuevas políticas públicas de
desarrollo rural.
Todos
los que estamos involucrados en esta lucha estamos expuestos a la persecución.
Nos toca abandonar nuestros hogares, tomar medidas de seguridad, vivir en la
incertidumbre. Todo esto tiene que terminar.
-¿Acceso
a la tierra para sembrar palma?
-Las
familias campesinas exigen la tierra porque no tienen que comer. Necesitamos
sembrar nuestros alimentos y también contribuir a la economía local y nacional.
El
monocultivo es una de las razones que nos han llevado a este conflicto agrario y
no podemos seguir reproduciendo este modelo.
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