Dos
semanas después de la masacre de cinco miembros del Movimiento Campesino del
Aguán (MCA), a manos de las guardias de seguridad del productor palmero Miguel
Facussé Barjum, la zona del Bajo Aguán vive una nueva pesadilla. La bota militar
volvió a pisar esas tierras fértiles que fueron usurpadas para implementar el
monocultivo de palma africana. En medio de una campaña mediática que criminaliza
la lucha campesina para el acceso a la tierra, las organizaciones de la zona
alertan sobre lo que pueda ocurrir en los próximos días.
El Bajo Aguán
está nuevamente militarizado. Respaldado por una feroz campaña mediática de los
principales medios de comunicación, que denuncian la presencia de grupos
irregulares armados y la infiltración terrorista en las organizaciones
campesinas de la zona, Porfirio Lobo ha anunciado que va a resolver
personalmente el problema.
Centenares de
efectivos policiales y militares fueron enviados a la zona, se tomaron las
instalaciones del Instituto Nacional Agrario (INA) y montaron retenes en
todas las carreteras, supuestamente en búsqueda de armas de las que aún no hay
rastro alguno.
“Desmontaron la
reforma agraria, promueven los monocultivos que benefician a los
grandes terratenientes, aprobaron leyes que privatizan el sector
público que legalizan el trabajo temporal y arrebatan los derechos
de los trabajadores. |
“Porfirio
Lobo emitió un decreto con el que intervino administrativamente el INA,
en búsqueda de supuestas irregularidades. Las instalaciones siguen tomadas
por el Ejército y la Policía, y a diario llegamos a la institución para ver si
nos dejan entrar a trabajar”, explicó a Sirel, la presidenta de la
seccional de Tocoa del Sindicato de Trabajadores del Instituto Nacional Agrario
(SITRAINA), Esly Banegas.
A la comisión
interventora, encabezada por el director del Instituto de la Propiedad (IP),
Pompeyo Bonilla y el Viceministro del Interior, José Zelaya, se le
otorgó también la facultad de remover o suspender a los trabajadores.
“Ya no están
hablando de buscar armas, sino que comenzaron a revisar las informaciones
contenidas en las computadoras y hasta pidieron su decomiso. Nuestro temor
-continuó Banegas- es que el verdadero objetivo es enterrar a la
institución y acabar con el Sindicato”.
Para la
directiva del SITRAINA, esta grave situación acontece en medio de una
fuerte campaña mediática de atemorización de la gente y criminalización de
los movimientos sociales y campesinos.
“Es un
recrudecimiento de la estrategia para defender los intereses de los
terratenientes Miguel Facussé, René Morales y Reinaldo Canales.
Son ellos que los que mandan y lo van a hacer a punta de armas”, alertó
Banegas.
Un plan hegemónico
Según
Carlos H. Reyes, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Industria de
la Bebida y Similares (STIBYS) y miembro del Comité Ejecutivo del Frente
Nacional de Resistencia Popular (FNRP) y de la UITA, la crisis que
se está viviendo en el Bajo Aguán es algo más complejo de lo que se puede creer.
“Desmontaron la reforma agraria, promueven los monocultivos que benefician a los
grandes terratenientes, aprobaron leyes que privatizan el sector público que
legalizan el trabajo temporal y arrebatan los derechos de los trabajadores.
Es claro
-continuó Reyes- que en el país no son las instituciones las que
gobiernan, sino una dictadura, un
grupo hegemónico golpista
que les
dicta órdenes, como la de reprimir al pueblo, de criminalizar y satanizar la
protesta social.
Hoy más que
nunca es necesario luchar por una Constituyente para refundar nuestro país”,
concluyó el dirigente sindical.
Queremos
producir para garantizar la seguridad alimentaria en la región y en
el país. ¡Basta ya de los monopolios de quienes se adueñaron
fraudulentamente de las tierras! |
Yoni
Rivas,
secretario general del Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA),
responsabilizó a Porfirio Lobo y a los que controlan los hilos de su
política errática en el Bajo Aguán, de estar generando una situación
insostenible.
“Tratamos de volver a nuestras labores en los proyectos de desarrollo
alimentario que tenemos en los terrenos del INA, pero no fue posible
porque no hay ninguna garantía de seguridad.
Hay un
montaje permanente para desprestigiar al movimiento campesino, vinculándolo con
supuestos grupos armados. Condenamos la actitud del señor Porfirio Lobo
porque se está prestando a un juego muy peligroso”, dijo Rivas.
El
dirigente del MUCA alertó también sobre el peligro que se cierne sobre
las organizaciones sociales y campesinas.
“Estamos
viviendo días sumamente tensos, sin embargo seguimos exigiendo que se derogue la
Ley de Modernización Agrícola, que reconcentró las tierras en pocas
manos, y que se implemente una reforma agraria integral.
Queremos
producir para garantizar la seguridad alimentaria en la región y en el país.
¡Basta ya de los monopolios de quienes se adueñaron fraudulentamente de las
tierras!
Y si
estos militares y policías, entrenados a disparar contra un pueblo indefenso,
vienen a desalojarnos, una vez más quedará demostrado ante el mundo que aquí no
es el Presidente él que manda, sino los poderes fácticos del país”, concluyó
Rivas.
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