Después
de la firma del Acta de Compromiso entre el Movimiento Unificado Campesino del
Aguán (MUCA) y el gobierno, miles de campesinos y campesinas de todo el país se
reunieron y desfilaron por las calles de Tegucigalpa coreando consignas y
levantando sus sombreros. La movilización fue una muestra de solidaridad con la
lucha de las organizaciones campesinas en el Aguán, y exigiendo el retiro del
Ejército, la liberación de los detenidos y una Reforma Agraria integral.
En
Honduras,
300 mil familias -aproximadamente 1,5 millones de personas- no tienen acceso a
la tierra, mientras que otras 200 mil poseen apenas entre 1 y 3,5 hectáreas.
Esta dramática
situación ha aumentado los niveles de pobreza y pobreza extrema de un país
enormemente rico en recursos naturales.
Según el
informe del
Instituto de Pesquisa Económica Aplicada de la Pobreza Rural,
la población rural hondureña vive en promedio con un dólar
por persona al día, y menos del 30 por ciento vive en hogares cuyos ingresos superan esa cantidad.
Casi la mitad de la población rural vive con
ingresos inferiores a 0,5 dólares diarios y cerca del 25 por ciento tiene
ingresos inferiores a 0,25 dólares diarios. El ingreso medio del 20 por ciento más rico de la
población en las áreas rurales es casi 30 veces más elevado que el ingreso del
20 por ciento más pobre.
2,8 millones de hondureños del área rural viven con un nivel
de ingreso inferior a la línea de pobreza. Este grupo representa más del 75 por
ciento de la población rural y más del 70 por ciento de los pobres de todo el
país.
Actualmente, Honduras ha pasado de ser uno de
los principales productores de granos básicos de Centroamérica, a producir la
mitad de sus necesidades.
Cada año hay un déficit de más de 10 millones de
quintales de maíz, y tiene que importar 200 mil quintales de frijoles y 500 mil
quintales de arroz.
Esta situación ha generado una alarmante falta
de seguridad alimentaria para gran parte de la población, profundizada por la
implementación del monocultivo de la palma africana.
La devoradora
palma africana
Según la Organización Fraternal
Negra Hondureña (OFRANEH), “La palma africana ha generado una rapiña de
las tierras en los países más pobres del mundo. En la
República Democrática del Congo, los
chinos firmaron un contrato para la siembra de 2,8 millones de hectáreas de
palma destinadas a los biocombustibles.
La Unión Europea
ha adquirido en
África
3,9 millones de hectáreas de las 17,5 millones que necesita para satisfacer su
meta de biocombustibles en el 2015.
La voracidad de los países industrializados en
cuanto a recursos energéticos -continúa la nota de OFRANEH- ha puesto en jaque a
los segmentos poblacionales más pobres del planeta.
La crisis del Bajo Aguán forma parte de la
campaña de neocolonización que se viene dando en el planeta, secundando el auge
de los agrocombustibles y el desplazamiento poblacional que los países
industrializados pretenden aplicar en sus colonias”.
Reforma
Agraria Integral
Esta grave situación y las
medidas urgentes a adoptar para que haya un cambio radical en el agro, fueron
analizadas en un foro al que participaron centenares de campesinos y campesinas
de todo el país.
Según
Agustín Ramos
de
la Central Nacional de Trabajadores del Campo (CNTC),
“Es urgente y necesario iniciar un proceso que conduzca el país hacia una
Reforma Agraria integral. Para hacer eso, hay que realizar un censo nacional
sobre la ocupación de las tierras incultas.
Posteriormente -continuó
Ramos-, hay que establecer políticas y estrategias para garantizar el acceso
de estas tierras a los campesinos, para garantizar la soberanía alimentaria”.
El integrante de la CNTC evidenció la urgente
necesidad de impulsar en el Congreso una Ley de Reforma Agraria Integral “que no
otorgue sólo el acceso a la tierra, sino también a la tecnología, al crédito, la
educación y la capacitación para producir.
Eso permitiría que la tierra no
se transforme en una mercancía, porque la falta de estos elementos obliga a los
campesinos a vender su propiedad, implementando la concentración de la tierra en
pocas manos”, explicó
Ramos.
Finalmente, el líder campesino
abogó por la unidad del sector campesino para alcanzar estos objetivos
estratégicos.
Mujer rural
En el foro se abordó también el
tema de la mujer rural y la necesidad de que una Reforma Agraria integral
incluya aspectos específicos de género.
Según
Leoncia Solórzano
del Consejo para el Desarrollo Integral de la Mujer Campesina (CODIMCA),
“Necesitamos una Reforma Agraria en la
cual las mujeres sean visibles. Una reforma con equidad de género que nos
beneficie, donde tengamos derechos sobre la tierra, porque la soberanía
alimentaria depende de las mujeres.
Actualmente -continuó
Solórzano- los grandes propietarios se han adueñado de la mayoría de las
tierras y para revertir esta situación nuestra lucha debe ser incansable, con la
participación directa y activa de las mujeres campesinas.
Ya no podemos seguir siendo
invisibles”, aseveró entre los aplausos de centenares de mujeres.
Al terminar la actividad, los
miembros de las organizaciones campesinas se juntaron con la base de la
Resistencia y se movilizaron hacia el centro de la capital, dando vida a la que
llamaron “La marcha de los sombreros”.
Centenares de sombreros se
mezclaron con banderas, mantas y consignas, que pedían la Reforma Agraria, la
liberación de todos los campesinos detenidos en el Aguán, la desmilitarización
de esa región y la refundación de
Honduras, a través de una Asamblea Nacional Constituyente
democrática, participativa y popular.
La marcha terminó frente al
Congreso Nacional, fuertemente custodiado por el Ejército y la Policía.
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