Centro
Humboldt, Fundación del Río y Fundación Luciérnaga presentaron el documental
“Los Piratas de El Castillo”. Un documento valioso en el que se evidencian los
graves impactos sociales y ambientales provocados por la expansión del
monocultivo de palma africana en el municipio de El Castillo, al sur de
Nicaragua.
El cultivo de
palma africana en Nicaragua comenzó en los años 80. Más de mil hectáreas
fueron sembradas con palma por cooperativas que vendían su producción al Estado.
Con la derrota
del gobierno sandinista en 1990 y la ola neoliberal que embistió al país, el
proyecto de palma africana en el municipio de El Castillo, departamento del Río
San Juan, fue privatizado y pasó a manos de la empresa E. Chamorro Industrial
(Grupo Pellas) y sucesivamente vendido a Palmares de El Castillo SA (PALCASA).
“El proceso de
expansión del cultivo de palma africana está gravemente afectando el modelo
productivo sostenible que existía en la zona, sobre todo la producción de cacao
orgánico -dijo Amaru Ruiz- miembro de la Fundación del Río.
Se están dando
graves afectaciones al medio ambiente, a la biodiversidad y hay una fuerte
explotación de la mano de obra local que trabaja en las plantaciones”.
A partir de
2007, PALCASA comenzó a ampliar el área de cultivo en el
municipio de El Castillo, una
de las tres reservas de biosfera que posee Nicaragua, afectando a otros
ocho municipios y la zona de amortiguamiento de la Reserva Indio-Maíz.
A través de la
Sociedad
Alemana
para Inversiones y
Desarrollo (DEG),
que es parte del Banco Alemán al Desarrollo (KFW), la empresa obtuvo un
financiamiento millonario, que le permitió extender a casi 6 mil hectáreas su
cultivo de palma, de las cuales sólo 2.400 cuentan con un Estudio de Impacto
Ambiental y con un permiso para operar.
La misma historia en todos lados
Explotación,
concentración de tierras,
contaminación,
pérdida de biodiversidad
e inseguridad
alimentaria |
Según
Maura Madriz, Oficial de Agua del Centro Humboldt, entre las
principales afectaciones “evidenciamos una grave pérdida de la biodiversidad,
deforestación y la contaminación hídrica por el mal manejo de las aguas
residuales y el uso irracional de agrotóxicos.
PALCASA
-continuó Madriz- está aplicando Diuron, Paraquat,
Glifosato y Kasumin, ese último prohibido por la Unión Europea.
Los trabajadores aplican grandes cantidades de esos productos sin ningún tipo de
protección. Hay graves afectaciones a su salud y al manto acuífero”.
Además,
la oficial de Agua del Centro Humboldt evidenció un preocupante proceso
de concentración de tierras y la contaminación atmosférica causada por la ceniza
orgánica, que se desprende durante el proceso de generación de energía en base a
la quema de los desechos de la palma.
De propietarios a peones
Joaquín
Zúniga,
miembro de Fundación Luciérnaga y realizador del documental, explicó
también la grave situación en que viven los pobladores de la zona.
“La
empresa, a través de prestanombres, logró acaparar grandes cantidades de tierra.
Los que eran pequeños propietarios ahora son peones que le trabajan a PALCASA
en condiciones deplorables.
La
mayoría son trabajadores temporales tercerizados que ganan una miseria, sin
ningún tipo de prestaciones sociales y sin derecho a conformar sindicatos. No
fue fácil encontrar personas dispuestas a hablar, porque hay mucho temor de ser
despedidos”, explicó Zúniga.
En los
municipios afectados ya es evidente la escasez de alimentos y se está afectando
gravemente la seguridad alimentaria. Esta situación está generando un
desplazamiento hacia la vecina Costa Rica u otras zonas del país,
provocando una expansión de la frontera agrícola.
Ante
esta situación, el Consejo Municipal de El Castillo emitió una ordenanza
municipal con la que, aplicando el Principio Precautorio, prohibió el incremento
del área de los proyectos de monocultivo.
Además,
exigió a PALCASA la presentación de la documentación necesaria para
operar en la zona. La empresa reaccionó amenazando con una demanda legal en
contra de la municipalidad.
“El
escenario es muy grave. La Fundación del Río realizó un profundo estudio
sobre esta situación y evidenciamos claramente como el cultivo de palma no
contribuye de ninguna manera a los proyectos de desarrollo de la zona.
Más
bien, está provocando graves afectaciones de tipo ambiental, social y económico.
Vamos a impulsar una campaña de incidencia a nivel nacional sobre el tema del
cultivo de palma africana y lo que está haciendo esta empresa”, concluyó
Amaru Ruiz.
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