Después
de la firma de un Acta de Compromiso el pasado 14 de abril, las bases del
Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA) decidieron aceptar la propuesta
del gobierno, por la cual se les entregarán 11 mil hectáreas de tierra. Durante
el acto de la firma del histórico acuerdo, centenares de campesinos y militantes
del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) le reclamaron al presidente
Porfirio Lobo por la masiva presencia de militares y policías en el Bajo Agúan.
Bajo un control
militar y policial sin precedentes y con varias comunidades campesinas todavía
rodeadas y amenazadas por efectivos del Ejército y la Policía, el presidente
Porfirio
Lobo llegó hasta la ciudad de Trujillo, en el Valle del Aguán, para
firmar el acuerdo.
Lo que
seguramente no se esperaba es que centenares de miembros de la Resistencia y de
organizaciones campesinas, estuviesen esperándolo para manifestarle su
inconformidad con lo que está ocurriendo en esta zona del país.
“Fuera los
golpistas del Aguán”, “Del Aguán los golpistas ya se van”, “¿Qué quiere la
gente? La Asamblea Constituyente”, fueron las consignas que resonaron en la
antigua fortaleza española, donde se celebró la actividad, cuando el presidente
Lobo hizo su aparición para dar un breve discurso a la gente reunida.
Aún menos se
esperaba que, al momento de entonar el himno nacional, toda la delegación del
MUCA y buena parte de los asistentes, levantaran su puño izquierdo, como
siempre lo hacen durante las movilizaciones de la Resistencia.
“Comenzamos este proceso de
negociación porque hay necesidades reales que resolver. Ha sido un proceso que
se ha desarrollado en medio del peligro, de las amenazas y la represión. Sin
embargo nos fortaleció”,
dijo
Rudy
Hernández, miembro de la comisión negociadora del
MUCA.
“No podemos
olvidar que a lo largo de estos años de lucha hemos perdido a varios compañeros.
Son seis los campesinos que fueron asesinados, y siempre los llevaremos en
nuestros corazones –explicó Hernández–. Esa memoria nos servirá para
seguir luchando contra el poder de quienes quieren que la riqueza se quede en
pocas manos.
Este acuerdo reconoce que la
tierra tiene que estar en manos de los campesinos, porque la trabajamos con amor
y sacrificio.
Es el inicio de un proceso que no
se va a detener”,
concluyó el integrante del MUCA antes de firmar el acuerdo, recordando que el objetivo no es solamente implementar el cultivo de la
palma africana, sino otros proyectos que garanticen la seguridad alimentaria a
miles de familias.
La firma del acuerdo fue aprovechada también para los abogados del
MUCA para pedir el cese de la represión contra las organizaciones campesinas.
Actualmente hay más de 200 juicios
contra miembros de estas organizaciones y no ha parado un solo instante la ola
represiva en el Bajo Aguán.
Cumpliremos los
acuerdos
Según el
director del Instituto Nacional Agrario (INA),
César Ham, a partir
de esta semana iniciará el proceso de identificación de las áreas y de
reubicación de las familias del MUCA, para que pueda comenzar la
implementación de los diferentes puntos del Acuerdo.
“Queremos
empezar lo más pronto posible para beneficio de todos, y hay un compromiso del
señor Presidente de retirar las fuerzas militares y policiales de los
alrededores de las áreas donde se van a reubicar los miembros del MUCA.
Invitamos a las
diferentes organizaciones de derechos humanos para que nos acompañen en este
proceso, para garantizar que no haya ningún tipo de violación”, dijo
Ham
a
Sirel.
El director del
INA explicó también que van a proceder a la titulación de las tierras
“que empieza con la definición de la personería jurídica de la organización
empresarial de los campesinos y posteriormente, con el traspaso de los terrenos
a ellos.
Le vamos a dar
cumplimiento irrestricto al acuerdo firmado con el MUCA”, concluyó
Ham.
La
oligarquía está nerviosa
Pese al entusiasmo por el resultado logrado, fue
evidente el distanciamiento que existe sobre ese tema entre el presidente
Porfirio
Lobo
y los terratenientes productores palmeros, que
pretenden mantener el control sobre la mayoría de las tierras de la zona.
Sirel logró evitar el fuerte dispositivo de seguridad del
presidente Porfirio Lobo y le preguntó sobre ese tema. La respuesta fue evasiva:
“Todo está hablado y arreglado”, contestó escuetamente el Presidente de
Honduras.
Pocas horas después, comenzó a
circular la noticia de que el poderoso productor palmero, Miguel Facussé Barjum,
habría introducido en el juzgado un recurso de amparo contra el acuerdo.
La solidaridad
ha sido fundamental
Para
Wifredo Paz, vocero del MUCA,
el aporte de la solidaridad de organizaciones nacionales e internacionales ha
sido fundamental para la lucha de los campesinos.
“De no ser por la solidaridad
nacional e internacional, como la que han demostrado las organizaciones de
derechos humanos del país y la UITA, aquí hubiese ocurrido una masacre.
Ha sido esa presión ejercitada con comunicados,
denuncias, cartas y recolección de firmas que se ha logrado detener procesos
violentos contra el MUCA.
Para nosotros –concluyó
Paz– ha sido un
apoyo valiosísimo y aprovecho para agradecerles a todos ustedes en nombre del
MUCA”.
Lo esencial del Acuerdo
Los
campesinos y campesinas del MUCA recibirán de inmediato 3.000
hectáreas ya cultivadas con palma africana y otras 3.000 sin
cultivar en el término de tres meses, previo desalojo voluntario de
las tierras actualmente recuperadas.
Además, recibirán otras mil hectáreas cultivadas y 4.000 hectáreas
sin cultivar en un plazo máximo de un año. |
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