Ya son 27 los
integrantes de organizaciones campesinas del Bajo Aguán asesinados en los útimos
15 meses. Una matanza que hunde sus raíces en apropiación ilegítima de tierra
por parte de un puñado de asesinos que además son productores palmeros.
Ayer, martes 10, fue asesinado de un balazo en el pecho José Paulino Lemus Cruz,
30 años,
miembro de la Cooperativa Brisas del Edén que forma parte del Movimiento
Campesino del Aguán (MCA).
José Paulino
se trasladaba de la comunidad Guadalupe Carney a Los Leones, en la margen
izquierda del río Aguán. En el trayecto, Lemus Cruz fue interceptado y
baleado por desconocidos. El cuerpo fue encontrado con todas sus pertenencias
personales, por lo cual sus compañeros descartan que la causa del asesinato haya
sido el robo.
Hace apenas tres días, el pasado sábado 7, fue asesinado Henry Roney Díaz, miembro de la Cooperativa El Despertar que forma parte del
Movimiento Auténtico Reivindicador de Campesinos del Aguán (MARCA). El
hecho ocurrió durante un intento de desalojo por parte de los cuerpos represivos
del Estado, ataque que también dejó gravemente herido a Manuel Vásquez,
miembro de la misma cooperativa.
A
estos homicidios se suman los reiterados episodios de hostigamiento, persecución
y amenazas contra miembros y directivos de las organizaciones campesinas del
Bajo Aguán, en un
contexto de total impunidad y desinterés del gobierno por resolver el conflicto.
En este
momento centenares de familias campesinas se encuentran
atrincheradas y sus tierras cercadas por fuertes contingentes de
militares, policías y guardias de seguridad de los terratenientes
palmeros. |
Ante esta dramática
situación, algunas de las organizaciones campesinas han decidido reiniciar un
proceso de recuperación de las tierras que reivindican como propias. En los
últimos días, el MARCA tomó las fincas La Trinidad, El Despertar y San
Esteban, mientras que el Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA)
hizo lo mismo con la cooperativa Guanchías.
El pasado jueves 5, durante un primer
intento de desalojo de la cooperativa La Trinidad, dos miembros del MARCA fueron
gravemente heridos.
En este momento centenares
de familias campesinas se encuentran atrincheradas y sus tierras cercadas por
fuertes contingentes de militares, policías y guardias de seguridad de los
terratenientes palmeros. A muchas de ellas se les están acabando los alimentos y
el agua, y no pueden salir por temor a ser asesinados.
De acuerdo con un comunicado difundido ayer,
FIAN Honduras
expresa su “profunda preocupación e indignación por la violencia incontrolable
que ya ha cobrado tantas vidas humanas, sin que haya instancia estatal a la que
se pueda acudir para detenerla”.
También hace un llamado a la solidaridad nacional e
internacional para que “ejerza la presión necesaria sobre el régimen, para
contener esta ola de violencia que afecta a los sectores sociales menos
favorecidos, en un país en donde la riqueza se concentra cada día más”.
Finalmente,
FIAN Honduras
señaló que de persistir la estrategia de resolver los conflictos agrarios
mediante la represión, lo único que se logrará serán más muertos y heridos y más
tomas de tierras, “porque lo que
mueve a los campesinos es la necesidad de sobrevivir”,
concluye el comunicado.
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