“Quieren asfixiarnos económicamente para
quitarnos la tierra”
MUCA denuncia
estrategia de terratenientes |
El reciente asesinato
del dirigente campesino Matías Valle Cárdenas, representa una clara señal de que
los sectores pudientes de la banca privada y la agroindustria hondureña de palma
africana, no están dispuestos a renunciar al multimillonario negocio que están
impulsando a expensas de miles de familias campesinas en el Bajo Aguán. El
gobierno no parece ser ajeno a esta estrategia criminal.
El pasado 4 de enero,
la Secretaría de Finanzas (SEFIN) entregó al Movimiento Unificado
Campesino del Aguán (MUCA) una propuesta de préstamo con la banca privada
y la pública, para la adquisición de 4 mil hectáreas de tierra que fuera
acordado en junio de 2011 con el terrateniente y productor palmero, Miguel
Facussé.
Esa propuesta, que fue
avalada por el gobierno y presentada como la solución al grave conflicto agrario
que ya costó la vida a 45 campesinos organizados, es señalada por el
MUCA como parte de un plan para endeudarlos y estrangularlos económicamente,
y así devolver las tierras a los terratenientes.
En efecto, el MUCA
se expondría a una deuda total con el Banco Ficohsa (privado) y el
Banhprovi (público) que supera los 2 mil millones de lempiras (105 millones
de dólares). Una propuesta que los campesinos aseguran estar diseñada para
favorecer “al consorcio de bancos privados que participan en dicha transacción”.
“Se trata de una
estrategia para destruir nuestro proceso de lucha y exterminarnos. No pudieron
hacerlo con las armas y ahora lo vuelven a intentar asfixiándonos
económicamente, para después desalojarnos de nuestras tierras”, dijo a Sirel,
Yoni Rivas, secretario general del MUCA.
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Los que
salen ganando de esta operación son Miguel Facussé y la banca
privada. El primero recibiría más de 540 millones de lempiras (28.5
millones de dólares) por la venta de la tierra y la banca tendría
una ganancia exagerada, llevando los campesinos a la quiebra. |
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Según el dirigente
campesino, aceptando esta propuesta las más de 3 mil familias que integran el
MUCA estarían condenadas a vivir como esclavas de los bancos.
“Es por eso que la
estamos rechazando por inhumana, y proponemos que sea el Estado a destinar
fondos públicos para financiar la compra de la tierra con intereses bajos”,
señaló Rivas.
Recrudece conflicto
Para Gilberto Ríos,
director ejecutivo de FIAN Honduras, la propuesta presentada por la
SEFIN y la banca privada es totalmente descabellada.
“El problema viene de
lejos. Se sobrevaluó el valor de la hectárea de tierra cultivada con palma; se
estimó un mismo valor aunque estuviesen improductivas y hay asentamientos
sobrepoblados con muy poca tierra per cápita”, explicó Ríos.
Además, expertos del
sector aseguran que para que una familia pueda tener ingresos que le permitan
sobrevivir, debe manejar por lo menos siete hectáreas. “Hay asentamientos donde
las familias no llegan siquiera a una hectárea. ¿Cómo puede ser sostenible la
propuesta que le hicieron al MUCA?”, se preguntó el directivo de FIAN
Honduras.
Para él, resulta obvio
que los que saldrían beneficiados de esta operación financiera serían los mismos
de siempre.
“Los que salen ganando
de esta operación son Miguel Facussé y la banca privada. El
primero recibiría más de 540 millones de lempiras (28.5 millones de dólares) por
la venta de la tierra y la banca tendría una ganancia exagerada, llevando los
campesinos a la quiebra”, aseguró Ríos.
Ante esta situación,
FIAN Honduras considera necesario que el Instituto Nacional Agrario (INA)
utilice los mecanismos adecuados para asignar nueva tierra, que se haga un nuevo
evalúo de las hectáreas ya entregadas y que sea el Estado quien otorgue el
préstamo a los campesinos.
“Si no se busca
rápidamente una solución integral al problema, que involucre a todos los grupos
campesinos, el conflicto podría volver a recrudecer”, concluyó Ríos.
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