Fue inaugurada ayer ALUR SA que refinará azúcar
y destilará alcoholes en Bella Unión
Ante la
presencia masiva de los trabajadores de la ex
Cooperativa Agrícola Limitada Norte Uruguayo (Calnu),
el Poder Ejecutivo inauguró oficialmente ayer en
Bella Unión la firma Alcoholes del Uruguay (ALUR
SA) que refinará azúcar y destilará alcohol
mediante una sociedad anónima integrada en un
90% por la Administración Nacional de
Combustibles, Alcohol y Pórtland (Ancap) y en un
10% por la Corporación Nacional para el
Desarrollo (CND).
Un acuerdo con la República Bolivariana de
Venezuela permitirá que el ingenio industrial
pueda contar con petróleo barato que Ancap
convertirá en combustible y ya existen varios
fabricantes, en especial brasileños, que
ofertaron la caldera necesaria para
reacondicionar una planta que está en estado de
casi abandono, y que acarrea un fuerte pasivo
financiero.
El gobierno pretende propiciar que en tres años haya al menos
diez mil hectáreas de caña de azúcar ya
plantada, y así generar seis mil puestos de
trabajo. Los jerarcas destacaron que "el
proyecto sucro alcoholero" evidencia que el
Frente Amplio ya está cumpliendo con las
promesas electorales que realizó a una de las
zonas más empobrecidas por "las políticas
neoliberales" de los anteriores gobiernos
militares y de los partidos blanco y colorado.
El titular del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM),
el ejecutivo Jorge Lepra, afirmó que "el
gobierno está en el buen camino para la
recuperación real de la zona", tal como lo había
prometido el presidente Tabaré Vázquez, incluso
al asumir el 1° de marzo.
"La
agricultura de la energía"
Ernesto Agazzi
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Por su parte, el subsecretario del Ministerio de Ganadería,
Agricultura y Pesca (MGAP), el ingeniero
agrónomo Ernesto Agazzi, dijo que estuvo
"siguiendo el proceso de Bella Unión desde hace
muchos años", y "en particular", desde el inicio
"del proceso de desregulación del mercado
azucarero, cuando se empezó a desmantelar
después de la firma del Tratado del MERCOSUR,
hasta la entrada de las políticas neoliberales,
que llevaron a las últimas etapas" en las que
todo el complejo agroindustrial de la ex Calnu
"ya no era sostenible".
"Todos los pueblos tienen energías históricas que afloran en
cierto momento y permiten hacer cosas
importantes", comentó el subsecretario Agazzi,
para subrayar la participación de los vecinos de
Bella Unión y de los propios trabajadores de la
ex Calnu para diseñar el proyecto que se
inauguró con notoria expectativa entre los
medios nacionales y regionales.
"Es cierto que hubo una etapa larga de políticas de
diversificación, pero terminaron en las
políticas de reconversión que dejaron de lado el
cultivo de la caña de azúcar con el argumento
que era más barato importar el azúcar de otro
lado. Si hubiéramos razonado eso con la carne o
con el trigo, o cualquier otra cosa, no sé dónde
estaríamos ahora como país".
"Acá se junta la cola con la cabeza", explicó Agazzi. "Las
primeras plantaciones de caña de azúcar las hizo
el ingeniero Alfredo Mones Quintela, en Rivera,
pero luego se trasladaron para Bella Unión,
porque los promedios de temperaturas y lluvias
eran mucho más favorables". "Y las primeras
plantaciones en Artigas eran de Ancap para
producir alcoholes de boca, una producción que
tuvo un desarrollo importante. Ahora la vamos a
continuar a través de este ente autónomo
dedicado a producir combustibles", aseguró el
subsecretario.
Luego indicó que "las reivindicaciones sociales tomaron
formas políticas que llevaron a que se hicieran
inversiones; hoy el gobierno está acá, con
ustedes, diciendo que hemos cumplido lo que
prometimos: el presidente Vázquez dijo cuando
asumió que se iba a plantar más caña en Bella
Unión. Ahora decimos: se plantó más caña y se va
a plantar más".
El ingeniero Agazzi señaló que "los problemas energéticos que
tenemos como sociedad también pueden tener
respuesta por el lado de la generación de
puestos de trabajo en el campo y en la industria
para una matriz energética diferente", sin
continuar con una dependencia absoluta de los
hidrocarburos que Uruguay debe comprar en el
exterior.
"Empieza una nueva etapa después de una trabajosa negociación
y muchísimas horas de discusión de detalles,
como debe ser en una sociedad democrática, y se
llegó a firmar el arrendamiento transitorio de
todo el complejo industrial, luego se verá otra
salida definitiva, y se convino que ALUR SA se
hiciera cargo del pasivo y del activo porque no
había otra".
Agazzi sostuvo que "se acabó la etapa de los incumplimientos,
de las inconformidades y de los entreveros por
las deudas que no se sabía quien las iba a
pagar. Hoy empieza una nueva etapa que incluye
nuevas responsabilidades de todos nosotros. No
será un problema sólo de productores y
trabajadores rurales e industriales, sino de
toda la sociedad. Tiene que ver con el comercio,
con el transporte, y con el latir de una zona
por la que queremos apostar".
"Un nuevo
polo de desarrollo en el norte"
Álvaro García |
El presidente de la Corporación Nacional para el Desarrollo
(CND), el contador Álvaro García, dijo por su
lado que "el proyecto sucro alcoholero es uno de
los puntales para esta Corporación que está
pretendiendo cambiar su cara después de un largo
historial de los últimos 20 años". "Estábamos
esperando esta oportunidad hace bastante
tiempo", agregó.
"En Calnu se termina una etapa de ineficiencias, patrimonios
negativos y angustias y se empieza una etapa de
producción y comercialización de alcohol, a
través de Ancap, para alcanzar la rentabilidad
que todos queremos, en un emprendimiento
productivo del cual todos los uruguayos somos
accionistas, para crear un nuevo polo de
desarrollo en el norte".
"Hubo
durísimas presiones de intereses personales y
grupales"
para abortar
el emprendimiento
En una intervención que culminó con una cerrada ovación
aprobatoria por arte de los numerosos
trabajadores presentes, el presidente del
Sindicato de Obreros de Calnu, Carlos Píriz,
señaló reiteradas veces que el proyecto sucro
alcoholero fue una víctima de múltiples
"presiones" para que el gobierno de Vázquez
fuera impedido de lanzar el emprendimiento.
Carlos Píriz |
"Después de una larga lucha en la que hemos tenido presiones
de todo tipo, hoy estamos reivindicando el
anhelo de todos los trabajadores por seguridad
laboral y más empleo, que es lo que vimos en el
proyecto sucro alcoholero que está presentando
el gobierno", afirmó. "El proyecto es mucho más
ambicioso de lo que la gente sabe porque hay
mucha gente esperando que lo que pase en Bella
Unión sea viable para iniciar otros proyectos en
otras partes del país para generar puestos de
trabajo, que es lo que está
faltando en Uruguay".
Recordó que los trabajadores sindicalizados reclamaron la
intervención estatal de Calnu cuando se
desarrolló una sesión del Consejo de Ministros
en Bella Unión. "Era la única forma de salvar el
patrimonio que teníamos para salir de la miseria
en la que cayó Bella Unión en los últimos años
por la desnutrición infantil, el desempleo y las
enfermedades".
"Queremos manifestar nuestra alegría porque el gobierno que
entró nos ha escuchado y hoy estamos trabajando
en conjunto. Hubo durísimas presiones en los
últimos meses por los intereses personales y de
grupo. Ahora vamos a demostrar que este proyecto
es viable y que era este el proyecto que
necesitábamos para Bella Unión. Por eso nos
comprometemos los trabajadores.
Acá nunca se paró una zafra por culpa de los trabajadores, a
pesar de todas las situaciones que hemos pasado.
Y seguiremos siendo responsables porque hay un
país entero que espera que este proyecto sea
viable para que se pueda lanzar en otras
partes".
"Comenzamos a
dar un paso de gigantes"
El presidente de Ancap, ingeniero Daniel Martínez, tomó la
palabra en nombre de la empresa pública que
controlará el 90% de las acciones de ALUR y
señaló que la caña de azúcar tiene ahora
"proyección propia" sin necesidad de subsidios
anuales, y destacó la importancia vial de
terminar con la dependencia que Uruguay tiene
con los hidrocarburos.
"Cuando firmábamos el arrendamiento sentíamos que estábamos
cumpliendo con lo que habíamos prometido
respecto al Uruguay Productivo por el que mucho
luchamos. Ahora podemos usar la planta a través
de ALUR y comprar en breve la maquinaria
necesaria para la destilación del alcohol. Y si
estamos en esto es por un compromiso de vida y
de ideas, tratando de llevar a la práctica lo
que siempre hemos predicado durante nuestras
vidas".
"Creo que tiene un futuro promisorio porque, por primera vez,
se puede unir la producción de azúcar con la
destilación de alcohol. Tal vez no nos demos
cuenta de lo que estamos haciendo para el país.
Tener un proyecto de biocarburantes, empezar a
romper la dependencia de los hidrocarburos, es
fundamental para ahorrar divisas, y nos permite
empezar a sustituir la matriz energética, a
través de nuestra gente y nuestra inteligencia,
y con recursos propios. Comenzamos a dar un paso
de gigantes; tenemos un gran desafío".
"Nada hay más angustiante que no saber lo que va a pasar el
año que viene. Hoy sabemos que hay políticas de
Estado que proyectan viabilidad y rentabilidad
en el largo plazo. Y la caña de azúcar no
necesitará más ayudas todos los años, porque
tiene proyección propia".
"Nos querían
convencer que era más rentable
importar
azúcar que refinarla"
El vicepresidente de Ancap y presidente de ALUR SA, Raúl
Sendic, ridiculizó planteos de gobiernos
anteriores que destruyeron la cultura
agropecuaria y que propusieron importar el
azúcar y eliminar las plantaciones y las
refinerías nacionales, "políticas neoliberales"
a las que atribuyó la violenta pauperización que
padece la zona norte hace ya muchas décadas.
"Si llegamos a este momento fue por el esfuerzo que se hizo
tantos años desde Bella Unión para defender la
plantación de la caña de azúcar. Y se logró
llegar a pesar de los intentos, a través de los
años, de hacer desaparecer la plantación de caña
y la refinación de azúcar. Se nos quería
convencer que era más rentable la importación.
Recuerdo las discusiones que teníamos con algún
ministro que me preguntó si había sacado la
cuenta de lo que costaría proteger la caña
azucarera, y yo le respondí que sabía cuánto
cuesta no protegerla de tanta pobreza que había
visto, de ver tanto peludo reconvertido en peón
de construcción o en jardinero en el sur del
país, de tantas enfermedades y de tantos gurises
muertos de hambre".
"Sabemos con exactitud cuánto ha costado no defender la
industria azucarera", recriminó Sendic, quien
recordó que el proyecto de reactivación "ya
estaba comprometido" con el Frente Amplio "desde
elecciones pasadas cuando no logramos el
Gobierno Nacional", y que ahora es "urgente
ponerlo a andar antes que todo esto se terminara
de caer del todo". "Era imperioso ponerse a
trabajar con urgencia y avanzar en un camino de
diálogo y de convencimiento que logramos
transitar", remarcó el presidente Sendic con
entusiasmo.
"Es el resultado de un enorme esfuerzo del gobierno uruguayo
y del Estado porque pocos proyectos han
aglutinado el esfuerzo de tantas instituciones
estatales", indicó. "Nunca será cuestionado el
proyecto si es verdaderamente rentable", agregó,
al señalar que la iniciativa podría extenderse a
otras partes del país con otros tipos de
producciones agroindustriales.
"Lo triste sería que las generaciones futuras dijeran de
nosotros que pudimos pero que no nos atrevimos.
Nosotros decimos que acá estamos porque podemos
y acá estamos porque nos atrevemos a soñar con
un Uruguay de trabajo, dignidad y justicia para
todos", indicó.
Gerardo Agosto
La República
3 de febrero de 2006
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