Robot cosechador 

 

 

En un futuro próximo, diversas frutas, como naranjas, peras y manzanas,

podrán ser cosechadas por robots.

 

 

El paradigma de una agricultura sin agricultores que persiguen los defensores de la agroindustria (agribusiness) continúa acercándose. Ya están disponibles sistemas para la aplicación de fertilizantes y agrotóxicos orientados automáticamente por GPS*, mediante los cuales cada porción de la plantación recibe la cantidad adecuada del producto de acuerdo a las necesidades de unos pocos metros cuadrados. También se planea utilizar ejércitos de nanosensores** liberados en las plantaciones para medir los niveles de agua, nitrógeno, posibles plagas y polen, que emiten señales captadas a distancia por computadoras. Luego, mediante nanocápsulas, se podrán administrar los agrotóxicos de acuerdo a la información recibida en la computadora.

 

Dentro de esta escalada, recientemente un grupo de agricultores estadounidenses le encomendó a la empresa Vision Robotics -la misma que desarrolló un famoso electrodoméstico, la aspiradora robot Roomba- estudiar la posibilidad de crear robots capaces de cosechar frutas, tales como naranjas, peras y manzanas. No es la primera vez que se intenta automatizar la cosecha de frutas y otros productos agrícolas, pero las tentativas anteriores fracasaron debido a que los equipos eran caros e ineficientes. Según Derek Morikawa, coordinador del nuevo proyecto, los fracasos ocurrieron porque las máquinas experimentales construidas anteriormente “se aproximaban a los árboles como lo hace un trabajador humano”, tomando una fruta, guardándola y pasando recién entonces, a la próxima.

 

La solución encontrada es diferente. Los ingenieros dividieron la cosecha de frutas entre dos robots; el primero localiza todas las frutas a ser cosechadas y el segundo recoge cada una de ellas. “Una vez que usted sabe donde están todas las frutas, resulta fácil calcular la forma más eficaz de tomar cada una de ellas”, explica Morikawa.

 

Supongamos que se trata de cosechar naranjas. El primer robot, equipado con un sistema de visión artificial, rastrea toda la plantación y elabora un mapa tridimensional con la localización y tamaño de cada naranja. A continuación se calcula el orden en que ellas pueden ser recogidas mejor y esta información es enviada al segundo robot, dotado nada menos que de ocho brazos. Estos brazos, que trabajan de forma coordinada y nunca se cruzan, son los encargados de arrancar las naranjas escogidas.

 

Los ingenieros aseguran que la construcción de la parte mecánica del engendro no ofrece ninguna dificultad seria. El gran problema está en diseñar el software, es decir, el cerebro del robot. Después que el mapa tridimensional se encuentre pronto en forma de una imagen digital en la memoria del robot, el programa deberá comenzar su trabajo respondiendo algunas preguntas cruciales: ¿Cuál es el tamaño de cada naranja? ¿Cuál es su color? ¿Hay puntos negros u otros defectos en ella? La respuesta a esas preguntas determina si la naranja cumple con los parámetros de una fruta sana y si debe ser recogida o no. A continuación, un complicado sistema de cálculo determina el orden en el que los ocho brazos del robot deben ser accionados para asir las naranjas escogidas en el menor lapso de tiempo.

 

El “robot ojos de águila”, capaz de ver las naranjas, ya superó las pruebas iniciales, mientras que el “robot pulpo” recién comenzará a ser construido el próximo año. Los ingenieros estiman que serán necesarios dos años para que estos robots comiencen a sustituir el trabajo humano.

 

Si los humanos, por su modo de razonar no pueden competir con los robots cosechando naranjas, deberían ser instruidos para vivir en la miseria. Eso es lo que ya está sucediendo con la política que llevan adelante los productores estadounidenses que encargaron los robots cosechadores. Según los datos oficiales más recientes que disponemos, en las áreas rurales de Estados Unidos la pobreza se ha estancado en 15,2 por ciento, tres puntos porcentuales por encima del promedio nacional. Esto significa que casi 7,2 millones de habitantes del campo se volvieron pobres el año pasado, pese al encarecimiento de los precios de los productos agrícolas. Según el censo del año 2000, casi 60 millones de estadounidenses viven en áreas rurales. Y es de ahí que surgirán las víctimas del monstruo de ocho brazos.

En Montevideo, Enildo Iglesias

© Rel-UITA

31 de agosto de 2007

Enildo Iglesias

 

 

 

Con información de Inovação Tecnológica, 30 agosto 2007

Ilustración: inovacaotecnologica.com.br

 

* En inglés, iniciales del Global Positioning System (Sistema de Posicionamiento Global). Es un sistema global de ubicación por satélite que permite determinar en todo el mundo la posición de un objeto, una persona, un vehículo o una nave con una precisión de centímetros.

 

** Ver Nanotecnología

 

 

 

Volver a Portada

 

  UITA - Secretaría Regional Latinoamericana - Montevideo - Uruguay

Wilson Ferreira Aldunate 1229 / 201 - Tel. (598 2) 900 7473 -  902 1048 -  Fax 903 0905