EL ACUERDO TRILATERAL
Estados Unidos, México y
Canadá y el Protocolo sobre Bioseguridad |
La
Primera Reunión de las Partes del Protocolo de Cartagena
sobre Bioseguridad, tiene como propósito la discusión de
temas que a la firma del mismo quedaron abiertos o
indefinidos y que afectan la implementación efectiva de las
disposiciones del protocolo.
En esta primera reunión se están
definiendo temas cruciales, como la identificación de OGMs
en los embarques, responsabilidad y compensación en casos de
daño y definiciones de cumplimiento.
Frente a esto, liderados por
Estados Unidos, algunos países exportadores de OGMs
integrantes del “Grupo de Miami” -siguiendo las directivas
propuestas por la International Grain Trade Coalition- se
reunieron para definir una estrategia para continuar con el
comercio de transgénicos sin restricciones. Posteriormente
se realizaron otras reuniones a las que se invitaron a
representantes de varios países latinoamericanos, y en la
primera semana de febrero de 2004, con el apoyo del IICA, se
realizó una reunión en Buenos Aires con el propósito de:
1) tratar de que los países
latinoamericanos adopten un acuerdo bilateral o regional,
cuyo borrador fue escrito por Estados Unidos, que interpreta
las disposiciones sobre identificación a tratarse en esta
reunión, para obstruir la aplicación efectiva del protocolo,
y
2) proponer este acuerdo como
modelo para el resto de los países del mundo, socavando los
aspectos centrales del protocolo.
El acuerdo ya firmado entre
Estados Unidos, Canadá y México señala que un cargamento no
es transgénico si contiene hasta un 5% de OGMs y por lo
tanto no necesita ser identificado como tal. En caso de
presencia “no intencional” de transgénicos en un cargamento
destinado a la exportación tampoco será necesario
identificarlo con el rotulo de “puede llegar a contener
transgénicos”. También establece que la identificación del
cargamento constará en la factura comercial y no en un
documento separado con mayores especificaciones.
Estos parámetros son arbitrarios
y pretenden sentar precedentes inaceptables para las futuras
discusiones sobre identificación y etiquetado, restando
posibilidades para que los países parte establezcan normas
adecuadas para el control del movimiento transfronterizo,
tal como lo estaba discutiendo el Comité Intergubernamental
para el Protocolo de Cartagena.
El modelo de acuerdo diseñado
por Estados Unidos es muy grave porque dejará a los países
sin la protección a la biodiversidad y a la salud que deben
tener por ser firmantes del Protocolo de Cartagena. Aceptar
un nivel de contaminación de hasta cinco por ciento, es en
la practica aceptar la entrada de transgénicos sin ninguna
evaluación de riesgo e incluso comprometer las posibilidades
de los países latinoamericanos en sus propias exportaciones
posteriores.
Este tipo de acuerdos solamente
servirán para facilitar y aumentar el ingreso de
transgénicos sin ningún control a nuestros países y para
acelerar la contaminación genética de nuestra región que es
rica en biodiversidad y centro de origen de muchos cultivos.
Particularmente preocupante es
que con este porcentaje “fuera de control” dentro de los
cargamentos, puede haber presencia de transgénicos no
aprobados en los países que firmen el acuerdo. Podría
contener transgénicos prohibidos para el consumo humano en
Estados Unidos como el maíz Starlink o cultivos manipulados
para usos no comestibles (sustancias farmacéuticas e
industriales). Además, los exportadores están liberados de
asumir la responsabilidad y eventual compensación por
daños, ya que el acuerdo trilateral permite un alto
porcentaje de incertidumbre sobre el contenido de los
cargamentos, dando al exportador la posibilidad de declarar
que no tenía conocimiento de la presencia de transgénicos en
el mismo.
No identificar los cargamentos,
hace también imposible obtener información sobre el origen y
manejo de éstos, así como datos sobre personas de contacto
responsables, lo que significa que no habría lugar para
establecer sistemas de trazabilidad.
En el caso de México la decisión
de participar en este acuerdo solo fue discutida en círculos
muy restringidos y a espaldas de la sociedad civil, de los
campesinos y del poder legislativo. Por esta razón, el
Congreso de México decidió el 18 de febrero llamar al Dr.
Víctor Villabos (firmante del acuerdo trilateral) y al
Secretario de Agricultura de México a comparecer ante las
Cámaras para dar explicaciones sobre este asunto. Además,
exhortó al Presidente de la Republica a dar cabal
cumplimiento al Protocolo de Cartagena.
Es particularmente grave, que
México, siendo centro de origen del maíz, uno de los
principales granos para la alimentación mundial, y donde se
ha comprobado la contaminación de las variedades
tradicionales de maíz con transgénicos, en lugar de aplicar
el principio de precaución y promover un régimen estricto de
responsabilidad y compensación por daños, renuncia con este
acuerdo a la protección de su biodiversidad y agricultura,
de la salud humana y animal y hace caso omiso a las demandas
de campesinos, indígenas y sociedad civil de esclarecer y
parar la contaminación.
México al ser un país parte esta
siendo desleal con los países miembros del Protocolo, pues
mientras estas discusiones no se terminen no debería
suscribir ningún acuerdo al respecto fuera de este ámbito.
Asimismo se crea un precedente inaceptable para el futuro
cumplimiento del protocolo.
Finalmente, este tipo de
acuerdos tendrán sin duda un “efecto dominó” sobre todas
las disposiciones del protocolo pues atentan contra los
mecanismos tendientes a garantizar la protección de la
biodiversidad y la salud humana; y vacían de contenido un
futuro régimen de responsabilidad y compensación.
Exhortamos a los Países de
América Latina y el Caribe a rechazar este tipo de acuerdos
y a garantizar el cabal cumplimiento de los objetivos del
Protocolo, así como a todos los países a rechazar este
“modelo de implementación y cumplimiento” que burla al
protocolo y solo favorece los intereses comerciales de
países no firmantes del mismo.
Firman:
Rel-UITA
Acción
Ecológica, Ecuador
Amigos de la
Tierra de América Latina y el Caribe
Bloque
Centroamericano de Resistencia a Transgénicos
Centro
Humboldt, Nicaragua
COECOCEIBA,
Costa Rica
Fundación
Sociedades Sustentables, Chile
Greenpeace
Grupo ETC,
México
Grupo de
Reflexión Rural, Argentina
REDES AT,
Uruguay
Red por una
América Latina Libre de Transgénicos
Fundación
CABICHUI
26 febrero
de 2004
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