El Gobierno alemán aumentó ayer la confusión sobre los
transgénicos en la UE al anunciar la
prohibición de cultivar el maíz Mon 810*,
modificado genéticamente por la multinacional
Monsanto. El ejecutivo alemán justificó la
decisión en que ha detectado efectos adversos
sobre el medio ambiente. Alemania apenas cultiva
este producto, que, sin embargo, es el más
plantado en España (un 75 por ciento del
utilizado en la UE crece en la
Península). El Gobierno español mantiene su
apoyo a los transgénicos y pide que la Comisión
Europea ponga orden ante la cascada de
prohibiciones (Francia, Austria,
Hungría, Grecia, Luxemburgo
y ahora Alemania).
La ministra de Agricultura alemana, Ilse
Aigner, anunció que la prohibición llegaba
tras "dos estudios" con "nuevos elementos
científicos" que constatan que el Mon 810 causa
daños al medio ambiente. La planta está diseñada
genéticamente para acabar con el taladro, una
plaga que afecta al maíz. En enero de 2008,
Francia ya lo prohibió con el argumento de
que no sólo dañaba al taladro, sino también a
otros insectos.
Alemania
activa la "cláusula de salvaguardia" prevista en
la directiva sobre transgénicos. Ésta fija que
si un país dispone de nueva información de que
un transgénico "constituye un riesgo para la
salud humana o el medio ambiente podrá
restringir o prohibir provisionalmente en su
territorio el uso o la venta". "No es una
decisión política, sino científica", declaró la
ministra, de la CSU, partido conservador
de Baviera aliado a la CDU de Angela
Merkel.
R. Méndez
El País, España
16 de abril de 2009
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