El consumo de alimentos transgénicos implica
riesgos importantes para el crecimiento y el
desarrollo y para la capacidad reproductiva de
los animales de laboratorio, según revela un
estudio independiente llevado a cabo por un
grupo de científicos rusos.
El estudio, presentado el lunes 3, en Moscú y
elaborado por la Asociación Nacional para la
Seguridad Genética (ANSG) y el Instituto
Severtsov de Problemas Ecológicos y Evolutivos
adjunto a la Academia de Ciencias de Rusia, fue
realizado entre 2008 y 2010 con hámsters de
laboratorio, según informó la agencia estatal
rusa de noticias, RIA Novosti.
Según el subdirector del Instituto Severtsov, el
doctor en biología
Alexei Surov,
se han detectado retrasos en el desarrollo y el
crecimiento, el desequilibrio entre sexos en las
camadas -con predominio de las hembras-, la
disminución del número de crías en las camadas y
la esterilidad en la segunda generación, así
como una importante merma de la capacidad
reproductiva en los machos.
Por su parte, el presidente de la ANSG,
Alexandr Baranov,
destacó la esterilidad de la segunda generación
como la principal y la más grave consecuencia
del consumo de transgénicos. "El resultado más
importante de nuestro estudio es la paralización
de la capacidad reproductiva. La naturaleza
suspendió la procreación en los animales
alimentados con transgénicos", indicó
Baranov.
Según los expertos en ecología, en el mundo se
han efectuado muy pocos estudios sobre el
consumo de transgénicos y sus consecuencias para
la salud de los animales. Los últimos estudios
independientes de este tipo conocidos se
llevaron a cabo en el Instituto de la Actividad
Nerviosa Superior y Neurofisiología (Rusia,
2005) y en la Universidad de Caen (Francia,
2006).
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