China
Greenpeace alerta sobre cultivo
y venta ilegal de arroz transgénico
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El cultivo y la venta de arroz transgénico no aprobado
para consumo humano es una realidad en China desde
hace dos años, y podría haber llegado a las
exportaciones, asegura un informe divulgado
recientemente por la organización ecologista
Greenpeace. |
“Los campesinos de la provincia de Hubei (centro) llevan dos
años cultivando arroz transgénico. Más de la mitad de ellos
sólo sabe que es una variedad resistente a los pesticidas y
la mayoría lo vende o lo utiliza para alimentar a los
animales”, aseguró en una rueda de prensa Sze Pang Cheung,
especialista de Greenpeace China.
El informe es el resultado de una investigación llevada a
cabo por esa organización en los últimos dos meses y que se
cerró anoche, cuando los análisis del laboratorio
internacional Genescan, en Alemania, confirmaron que varias
muestras enviadas eran del llamado “arroz Bt”.
Esta variedad de grano modificada genéticamente se publicitó
hace dos años como una esperanza para los agricultores de
todo el mundo debido a su resistencia a varias plagas,
aunque estudios posteriores en maíz y algodón Bt revelaron
su eventual nocividad para la salud y el medio ambiente.
Según el informe, de 950 a 1.200 millones de toneladas de
arroz transgénico entraron ya en la cadena alimentaria tras
la última cosecha, y si el gobierno no adopta medidas
urgentes para impedirlo, otras 13.500 toneladas lo harán
cuando termine 2005.
“Las investigaciones con ratones demuestran que este tipo de
arroz podría causar reacciones alérgicas en los seres
humanos”, explicó la experta de Greenpeace Janet Cotter,
quien también participó en la conferencia de prensa.
Ciertos grupos de edad como los niños, para los cuales
existen un sinfín de papillas y otros productos elaborados a
base de arroz, podrían ser especialmente sensibles a los
efectos de este arroz, alertan los científicos de la
organización.
En lo que respecta a la procedencia del grano ilegal, Sze
mostró las sospechas de que “podría proceder de la
Universidad Agrícola de Huazhong, en Hubei”, que las habría
vendido a varios distribuidores.
Aunque dijo desconocer los motivos de la institución para
hacerlo, fuentes de Greenpeace aseguraron que científicos
chinos contratados por varias compañías están estudiando
este tipo de arroz y presionan a Pekín para que apruebe su
comercialización.
El alerta de la organización llega precisamente en un
momento en el cual el gobierno chino estudia, en medio de un
gran secreto, aprobar la comercialización del arroz
transgénico, una decisión que según fuentes oficiales será
anunciada este año.
“No hay información accesible sobre las variedades de arroz
transgénico que están investigando ni sobre los resultados.
Sólo sabemos que el Ministerio de Agricultura autorizó los
estudios y ha dicho que pronto anunciará su decisión”, se
quejó Sze.
El experto disuadió a las autoridades de tomar una decisión
“precipitada este año”, y subrayó que, de aprobarlo, China
se convertiría en el primer país del mundo en comercializar
arroz transgénico, lo que abriría las puertas a otras
naciones como la India.
“Una de nuestras mayores preocupaciones es su paso a las
exportaciones, principalmente a Japón y Corea del Sur,
países donde el rechazo de los consumidores a los alimentos
genéticamente modificados es muy alto”, apuntó Sze.
Esto podría ocasionar grandes pérdidas a China como uno de
los mayores exportadores de arroz del mundo, al igual que
ocurriera en Estados Unidos en 2001, cuando se debió retirar
el maíz transgénico Starlink, no apto para el consumo
humano, lo que provocó 1.000 millones de dólares de
pérdidas.
Aunque China no prohíbe por ahora el uso de transgénicos
obliga a informar de su presencia en las etiquetas,
obligación que a menudo se suele ignorar mientras las
autoridades hacen la “vista gorda”.
El debate sobre los productos transgénicos tiene dividida a
la comunidad científica y, mientras algunos consideran que
son nocivos para la salud humana y la naturaleza, otros
están convencidos de que ayudarán a estabilizar las
cosechas, luchar contra las plagas y paliar el hambre en el
mundo.
Extraído
de:
Biodiversidad
25 de abril de 2005
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