Los
consumidores; incómodos con los transgénicos |
Una encuesta recientemente publicada sobre la percepción que
tienen los americanos de los alimentos genéticamente
modificados, revela que la mayoría está poco informada, y
que no se siente cómoda con la idea de consumir estos
productos. Es decir, que las opiniones públicas de los EEUU
y de Europa no están tan alejadas como las posiciones de los
líderes políticos en estas materias
Sorprendentemente, después de diez años de cultivos
genéticamente modificados, y cuando ya el 89% de la soja, el
83% del algodón y el 61% del maíz que se cultivan en los
EEUU son OGM, todavía hay un 60% de los americanos que creen
que nunca han consumido estos productos, lo que revela un
profundo desconocimiento de la realidad. Preguntados por si
están a favor de que los OGM se introduzcan en la cadena
alimentaria, un 46% están en contra, un 27% a favor y otro
27% no tienen opinión. Al preguntarles si creen que
consumirían alimentos obtenidos de variedades genéticamente
modificadas, un 54% cree que es poco probable que los
consumieran, contra un 38% que cree que sí es probable.
Los porcentajes de rechazo se disparan cuando se pregunta
por el consumo de animales clonados. Un 64% de los
encuestados se sentirían incómodos con la posibilidad de
consumir animales obtenidos mediante este procedimiento.
La religión juega un papel importante en esta
posición, ya que el porcentaje de rechazo es
significativamente más alto entre quienes afirman acudir con
regularidad a los servicios religiosos.
Un aspecto también significativo son las respuestas a la
pregunta acerca de qué fuentes de información le resultan
fiables en relación con los alimentos genéticamente
modificados. Una mayoría del 37% confían en amigos y
familiares, un 29% en la FDA (este porcentaje ha caído desde
el 41% que reflejaba la encuesta de 2001), y sólo un 11% en
los medios de comunicación.
Esta encuesta fue realizada por la empresa Mellman Group a
una muestra de 1.000 adultos, y por encargo de un grupo
denominado “Pew Initiative on Food and Biotechnology” que
defiende el uso de esta tecnología, pero también critica la
escasa regulación a que está sometida en los EEUU. Este
grupo ha manifestado repetidas veces su preocupación por
esta situación de falta de información de la opinión
pública, y de falta de auténtica regulación por parte de las
administraciones. Los escándalos de la contaminación de la
cadena alimentaria con la variedad de maíz no autorizada
“Starlink” en el año 2000, y el reciente caso similar con el
arroz LLRICE601 son serios avisos a las autoridades y a la
industria.
La “Pew Initiative on Food and Biotechnology”
cree que los próximos años serán cruciales para forjar la
confianza del consumidor, y teme que en este estado de
opinión, si se llegara a producir un problema con
repercusión para la salud pública o animal o para el medio
ambiente, se provocaría un rechazo a la tecnología de
modificación genética en general.
Biodiversidad LA
3 de enero
de 2006
Ilustración:
Antonio Carrillo Bernal - ab.dip-caceres.org
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