Unión Europea
Disputa caliente con EEUU por OGM
|
La Unión Europea (UE) avivó su enfrentamiento con
Estados Unidos (EEUU) por los transgénicos, al imponer
certificados a sus piensos, en reacción a un problema
de partidas ilegales de maíz, en España y Francia, del
que pretende sacar más argumentos para defender sus
precauciones hacia los Organismos Genéticamente
Modificados (OGM).
La UE exigirá a los envíos de harinas de gluten de maíz y
restos de etanol empleados para piensos, que adjunten el
certificado "libres de bt10", un OGM ilegal, que entró por
error en los últimos cuatro años.
La decisión se produce tres semanas después de que la
Comisión Europea (CE) difundiera que en los últimos cuatro
años habían entrado mil toneladas de "bt10" en países como
España o Francia y debido a que Syngenta no ha
suministrado un método de detección para distinguirlo del
maíz "bt11", que sí está permitido.
Aunque las partidas de "bt10" que llegaron a los países
comunitarios no entrañan riesgos para el consumidor, porque
sólo se destinaron a investigación y fueron destruidas, la
UE pretende rentabilizar este incidente para reivindicar que
su política respecto a los transgénicos es la correcta.
La UE sacará a relucir el problema del "bt10" como argumento
ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), en el
litigio que le enfrenta contra (EEUU), Argentina y Canadá, a
causa de los OGM, afirmaron a EFE fuentes comunitarias.
Esos tres países denunciaron la moratoria "de facto"
mantenida por la UE desde 1998 hasta el año pasado contra
los OGM y además, alegaron que la política europea sobre
estos organismos es demasiado estricta.
Problemas como la entrada del maíz "bt10" ilegal "demuestran
que la UE tiene una política y una legislación adecuadas",
con requisitos como el etiquetado obligatorio de todo
producto que contenga más de un 0,9% de OGM.
Para EEUU, esta decisión es "una reacción exagerada", pues
considera que todas las partidas de "bt10" están localizadas
y destruidas y que el riesgo de que ese OGM entre a la UE es
mínimo.
El texto de la decisión, que entrará en vigor esta semana,
resalta que "a pesar de las peticiones hechas por la CE, las
autoridades de EEUU no estaban en condiciones de dar ninguna
garantía de la ausencia de "bt10" en harina de gluten de
maíz para pienso importadas a la UE".
Subraya también "la falta de medidas de trazabilidad
(seguimiento durante todas las fases de la cadena
alimentaria) en EEUU para estos productos".
La Comisión señaló que con esta medida se intenta frenar lo
menos posible el comercio, pero las industrias de EEUU
opinan que dificulta los envíos de esos productos y los
ecologistas estiman que se trata de una "prohibición de
facto" al gluten de maíz para piensos que viene del otro
lado del Atlántico.
La CE indicó que su Centro de Investigación Conjunta no
dispone todavía de un método de detección que permita
distinguir el maíz "bt10".
Por motivos muy diferentes, las organizaciones ecologistas y
los fabricantes de EEUU piensan que la falta de ese test
obstaculizará los envíos.
La UE compra anualmente 3,27 millones de toneladas de
harinas de gluten de maíz para pienso a EEUU, por valor de
347,5 millones de euros y está etiquetado como producto que
contiene OGM.
España es el tercer importador, con 614.436 toneladas al
año, por valor de 70,6 millones de euros.
Según otra fuente comunitaria, esta medida es "pragmática" y
apenas afectará al abastecimiento de piensos de la UE, pues
el gluten de maíz de EEUU supone un 5% de los alimentos
animales comprados en el mercado comunitario "y esto se
puede suplir con otras adquisiciones".
Dentro de la UE, la noticia sobre la entrada de maíz OGM
ilegal y la ausencia de un método de detección ralentizarán
la aceptación de los transgénicos por parte de los
consumidores y de los países que se niegan a aprobarlos.
Por
Mercedes Salas
EFE
21 de abril de
2005
|