Monsanto sembrará
soja genéticamente modificada
Ecologistas rechazan transgénicos en Chile |
La
Red por un Chile Libre de Transgénicos criticó el apoyo del
Ministerio de Agricultura a la transnacional Monsanto para
sembrar sojatransgénica en el país.
En un comunicado de prensa, la Red por un Chile Libre de
Transgénicos rechazó “enérgicamente” el anuncio conjunto del
ministro de Agricultura, Alvaro Rojas, el
vicepresidente mundial de regulaciones de la empresa
Monsanto, Jerry Hjelle, y su gerente general en Chile,
Alfredo Villaseca, respecto a que dicha
transnacional iniciará la siembra de 5.000 hectáreas de soja
transgénica en la primavera de 2007, y pretende llegar a 20.000
hectáreas en 2010, “pues este anuncio sólo favorece los
intereses de Monsanto en contra del nicho de calidad
de los cultivos chilenos”.
“Esta decisión unilateral del ministro privilegia los
intereses corporativos de Monsanto de romper la imagen no
transgénica de la agricultura chilena, y rompe el acuerdo de
la presidenta Bachelet con las organizaciones
ambientalistas, que formalmente señala ‘no abrir el
país a los cultivos transgénicos comerciales, y establecer
el requisito de Estudios de Impacto Ambiental para la actual
reproducción de semillas transgénicas’”, señalaron las
organizaciones.
“Además de ignorar los acuerdos de la presidenta, el
ministro de Agricultura desconoce que una masiva incursión
transgénica de Monsanto en Chile, generará un
efecto negativo en las exportaciones
agrícolas
(efecto sombra),
y afectará a otros sectores productivos,
especialmente la agricultura orgánica, rubro en expansión
mundial, con grandes perspectivas de desarrollo en Chile
y donde la demanda del mercado mundial supera la oferta
existente”, dijo la Red en el comunicado..
Detectives
biotecnológicos
Al mismo tiempo, manifestaron que “también ignora los
intereses de los pequeños agricultores que desconocen la
manera de operar de la empresa Monsanto. Su paquete
tecnológico incorpora semillas patentadas, ligadas a la
venta de sus propios herbicidas, con contratos desfavorables
donde deben pagar mas por las semillas y hay prohibición de
resembrar. Aquellos que no cumplen los contratos de
propiedad intelectual son perseguidos por detectives
biotecnológicos, llevados a las cortes de justicia y
obligados a cancelar elevadas sumas por violación de los
derechos de patentes, como ya ha ocurrido con cientos de
agricultores canadienses y estadounidenses. Los agricultores
incluso han sido obligados a pagar multas por contaminación
accidental de sus predios con semillas transgénicas
protegidas”.
“Es evidente que Monsanto, líder en la venta mundial
de semillas transgénicas, ha escogido a Chile para
expandir sus operaciones por su débil legislación y
facilidades para operar. El país no ha ratificado el
Protocolo de Bioseguridad, acuerdo mundial que regula estos
cultivos por sus riesgos a la biodiversidad y salud humana;
tampoco posee una ley de transgénicos, sino una norma
interna del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) que es
insuficiente para cautelar el desarrollo de la agricultura
convencional y la orgánica, prevenir la contaminación
genética de otros cultivos, resguardar los centros de origen
o proteger a los agricultores de la contaminación de sus
cultivos. La expansión del cultivo de soja transgénica en 20
mil hectáreas impedirá a Chile producir soja convencional y orgánica para exportación y afectará la venta
de semillas convencionales por el riesgo de contaminación”,
señala el texto.
Finalmente, señalaron que “exigimos al ministro de
Agricultura revocar este anuncio lesivo a los intereses de
la agricultura nacional, le demandamos transparencia en sus
decisiones y a concentrarse en el desarrollo de la
agricultura convencional y orgánica para el desarrollo de
'Chile como Potencia Agroalimentaria' y el resguardo de los
valiosos recursos genéticos agrícolas que posee el país.
Instamos al ministro Rojas a honrar los acuerdos
programáticos de la presidenta Bachelet con las
organizaciones ciudadanas; y le advertimos del riesgo de
apoyar a una empresa cuestionada a nivel mundial con cargos
de corrupción a gobiernos, incumplimiento de normas de
bioseguridad, persecución a los agricultores, apropiación de
especies de cultivos mediante derechos de propiedad
intelectual y la contaminación mundial de nuestras semillas
y alimentos”.
Tomado de Argenpress
30 de marzo de 2007
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