Las
mariposas monarca vuelan todos los años un largo camino
desde Canadá y Estados Unidos hasta México, asombrando al
mundo por su belleza, pero sobre todo por la tenacidad y
resistencia de su organismo aparentemente tan pequeño y
frágil. Este año, sin embargo, solamente pudieron llegar a
México 25 por ciento de las que migran normalmente, según un
comunicado de la Comisión Nacional de Áreas Naturales
Protegidas (Conanp) del 16 de febrero.
El comunicado refiere resultados preliminares de un estudio
de la Universidad de Guadalajara con el Fondo Mundial para
la Naturaleza, según el cual, uno de los factores de la
drástica disminución de la mariposa monarca sería el área
creciente de cultivos transgénicos en Estados Unidos y
Canadá, debido a que éstos utilizan más agrotóxicos. Por
otra parte, en 1999, la Universidad de Cornell publicó un
estudio experimental con polen de maíz transgénico
insecticida (maíz Bt) mostrando que éste era tóxico para las
larvas de mariposa monarca. Las trasnacionales productoras
de transgénicos, como Novartis y Monsanto, se apresuraron en
ese entonces a hacer sus propios estudios (por definición,
nada independientes) para mostrar que en condiciones de
campo, esto no sería una amenaza. Por supuesto, ahora no van
a hacer ningún estudio... Pero si lo hicieran, probablemente
veríamos "demostrado científicamente" que los tóxicos
químicos y biológicos en realidad son buenos para las
monarca, y siguiendo el ejemplo surrealista de la "justicia"
mexicana, seguramente mostrarían que 75 por ciento de las
mariposas se suicidaron.
Una lógica muy similar a la de los legisladores que el 15 de
febrero 2005 consumaron el crimen histórico de aprobar la
Ley Monsanto, una ley de bio-inseguridad por la cual
garantizan crear un medio ambiente natural y agrícola de
alto riesgo para las mariposas monarca y otros miles de
diferentes tipos de mariposas que existen en México.
Curiosamente, el comunicado de la Conanp aparece el día
después de esta nefasta resolución.
Obviamente, ni los legisladores ni los científicos que
contra toda ética profesional defendieron esta ley, conocen
la lengua de las mariposas ni escuchan sus señales. Tal como
en la película de José Luis Cuerda, donde el profesor que
enseña a sus alumnos a reconocer la lengua de las mariposas
es castigado por los fascistas de la España franquista, esta
ley allana el camino para que los campesinos e indígenas,
que por milenios han sabido sembrar y convivir con ellas,
corran el riesgo de ser tratados como criminales cuando las
trasnacionales que controlan los transgénicos los acusen de
"uso indebido de patente" por la contaminación transgénica
de sus cultivos.
Ya en 2004, Monsanto amenazaba a los campesinos de Chiapas,
mediante anuncios en periódicos locales, con multas y hasta
prisión si descubrían la presencia de genes patentados en
sus campos. En 2005, seguramente alentada por el éxito de su
"campaña" con los legisladores mexicanos, Monsanto concretó
la compra de la empresa Seminis (parte del antes llamado
Grupo Pulsar, creada y dirigida por el regiomontano Alfonso
Romo, amigo y financiador de la campaña presidencial de
Vicente Fox). Se apropia así de las miles de muestras únicas
de maíz, chile y otros cultivos originarios de México, que
Seminis había colectado en Chiapas y otros estados, sin
pedidos de permisos de colecta ya que era una empresa
"mexicana". No sorprendería que en cierto tiempo, Monsanto
haga variedades transgénicas a partir de estas semillas
nativas, contamine las que existen e intente cobrar patentes
a los campesinos e indígenas por ellas.
Contaminación y criminalización generalizada es el horizonte
de los transgénicos, fortalecido gracias a la Ley Monsanto.
La drástica disminución de las mariposas monarca es uno más
de los tantos posibles indicadores. La Conanp declara que la
capacidad de recuperación de las mariposas monarca es
sorprendente y que seguramente esta vez también encontrarán
formas de recuperación. Es posible, aunque habría que ver
cuántos más transgénicos y tóxicos aguantarán. Lo que es
seguro es que los indígenas y campesinos de México,
aparentemente "pequeños y frágiles" y cuyas lenguas también
están en peligro de extinción, seguirán tejiendo múltiples
resistencias contra esta renovada agresión legal y
biológica.
Silvia Ribeiro*
12 de marzo de 2005
* Investigadora
del Grupo ETC
Foto
gentileza de La República