El 14 de abril
Alemania se sumó a Francia, Grecia, Austria,
Hungría y Luxemburgo prohibiendo el cultivo de
maíz MON810, único cultivo transgénico que
puede ser cultivado comercialmente en la Unión
Europea
El motivo que llevó a Alemania a prohibir
el maíz transgénico MON810 fue que el
Ministerio de Alimentación, Agricultura y
Protección llegó a la conclusión de que éste
constituye un peligro para el medio ambiente.
La ministra alemana de Alimentación, Agricultura
y Protección del Consumidor, Ilse Aigner,
dijo: "Hemos llegado a la conclusión de que
existen razones legítimas para aceptar que el
maíz modificado genéticamente MON810, constituye
un peligro para el medio ambiente". Monsanto
respondió con un juicio contra ese país.
La variedad MON810 es cultivada principalmente
en la UE para alimentación animal y es
ahora que debe considerarse la renovación de su
autorización en virtud de las normas de la UE
después de la expiración de su licencia de diez
años.
Uruguay: produce,
comemos,
pero no estamos
informados
Uruguay
cultiva el maíz MON810 desde el 2003 y en el
2004 se aprueba el maíz transgénico Bt11 de la
empresa Syngenta, maíz que no se siembra
en ningún país de la Unión Europea.
Los cuestionamientos frente a la autorización de
este cultivo transgénico han sido numerosos,
tanto desde la Universidad, como de políticos y
público en general. En las conclusiones y
recomendaciones del informe presentado por la
DINAMA, organismo dependiente del Ministerio
de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio
Ambiente (MVOTMA) y responsable del Marco
Nacional de Bioseguridad se argumenta que: “El
análisis de Riesgos no ha sido conducido
correctamente en ninguno de los procesos
aprobados de maíz transgénico en el Uruguay”.
A pesar de las evaluaciones realizadas por
científicos de la Facultad de Agronomía y
posteriormente al informe elaborado por la
Dirección Nacional de Medio Ambiente, las mismas
no han sido tomadas en cuenta; por el contrario,
a la
fecha se estima que alrededor del 80 por ciento
del maíz que se siembre es transgénico.
Ambos maíces transgénicos los consumimos
diariamente, ya sea en alimentos procesados o en
subproductos de animales que han sido
alimentados con maíz, sin tener la opción de
saber qué es lo que estamos consumiendo.
No se ha realizado una evaluación sobre los
impactos que ha causado este cultivo en el medio
ambiente y menos sobre la cantidad de
agrotóxicos que se aplica sobre ellos. Poco se
sabe acerca de los cultivos transgénicos y los
impactos que provocan a largo plazo sobre el
medio ambiente y la cadena alimentaria.
Nuestro país, acostumbra poner a Europa
como ejemplo del cuidado del medio ambiente.
Esta sería una buena oportunidad para seguir los
pasos de Alemania: evaluar los impactos
causados por este cultivo y tomar la decisión de
prohibir el maíz transgénico.
También sería conveniente preguntarse por qué en
ningún país de Europa se permite el
cultivo del maíz transgénico Bt11 de la empresa
Syngenta. ¿No será por considerar este
cultivo una amenaza para el medio ambiente y las
personas que lo consumen?
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