Nuevamente el Gabinete Nacional de Bioseguridad,
división perteneciente al Ministerio de
Ganadería, Agricultura y Pesca, informó acerca
de una consulta pública sobre la autorización de
nuevas semillas transgénicas.
Los interesados en participar de la misma
tuvieron plazo hasta el 24 de julio. La noticia
figuraba en la sección del Gabinete Nacional de
Bioseguridad, informando sobre: “Instancia de
consulta a la ciudadanía sobre eventos en
proceso avanzado de análisis”. El solo hecho de
ser anunciada de esta manera es suficiente para
concluir que se consulta cuando ya está “todo el
pescado vendido”.
¿Qué significa realmente esta consulta pública?
Según el diccionario, consulta es el “parecer o
dictamen que por escrito o de palabra se pide o
se da acerca de una cosa”, y es de suponer que
los pareceres o dictámenes serán tomados en
cuenta. Sin embargo, en el caso que nos ocupa la
consulta es una burla para quien se tome el
trabajo de opinar, ya que ni siquiera son
tomadas en cuenta las opiniones de los miembros
que participan en la Comisión para la Gestión
del Riesgo (CGR) mucho menos, las
realizadas por organizaciones que se oponen a
los cultivos transgénicos.
Con esta estratagema, el Gabinete Nacional de
Bioseguridad “cumple” realizando una supuesta
consulta a todos los actores, incluyendo a la
sociedad civil, pero en realidad solamente
atiende los argumentos de las compañías
transnacionales productoras de los transgénicos.
La “consulta” pretendía recabar opinión sobre
cinco nuevos “eventos”, dos de semillas de soja
y tres maíces transgénicos:
A. Soja MON89788XMON87708:
con el objetivo de producción de semilla para
exportación. Es una soja tolerante a los
herbicidas en base a glifosato y en base a
dicamba, características que se manifiestan en
todos los tejidos y estados de desarrollo de la
planta.
B. Soja BPS-CV-127-9:
la aprobación se haría con objetivos
comerciales. Esta soja es tolerante a la clase
de herbicidas agrícolas denominados
imidazolinonas.
C. Maíz MON89034XNK603:
su autorización se haría para la investigación,
lo que podría significar que en un corto periodo
sea habilitado para su comercialización. Este
maíz es resistente a ciertos lepidópteros y
coleópteros y con tolerancia al glifosato.
D. Maíz TC1507XNK603:
la aprobación se haría con objetivos
comerciales. Posee resistencia específica a
ciertos insectos Lepidópteros plaga, mientras
los genes y tolerancia a los herbicidas
glufosinato de amonio y glifosato,
respectivamente.
E. Maíz MON89034XTC1507XNK603:
su autorización se haría para ensayo, realizado
por el Instituto Nacional de Semilla (INASE)
y objetivos comerciales. Posee resistencia a
ciertos insectos Lepidópteros plaga y tolerancia
a los herbicidas glufosinato de amonio y
glifosato respectivamente.
Las semillas pertenecen a la trasnacional
Monsanto, excepto la soja BPS-CV-127-9,
que es de la también transnacional
BASF, todas diseñadas para ser
tolerantes a uno o en algunos casos a dos
herbicidas.
Los herbicidas son: glifosato, glufosinato de
amonio, imidazolinonas y dicamba. Este último es
vendido junto al 2,4-D, herbicida utilizado en
la guerra de Vietnam como uno de los
ingredientes del Agente Naranja, altamente
cancerígeno, que provoca efectos adversos
reproductivos y del desarrollo y alteraciones
endocrinas.
La aprobación de nuevos cultivos transgénicos,
no toma y ni ha tomado en cuenta el riesgo de
afectación ambiental de los ecosistemas
naturales y los recursos hídricos, resultantes
del paquete tecnológico, que está asociado a
cada “evento” en particular.
Las autoridades correspondientes no han evaluado
los impactos socio-ambientales ya que no tienen
una visión integral de la gravedad de los
provocados por estos cultivos. Sin embrago, las
empresas sí han evaluado sus ganancias, en
desmedro de nuestros ecosistemas y la salud de
la población.
Estos nuevos cultivos transgénicos traen como
consecuencia que se acreciente aún más el uso de
agrotóxicos y los impactos por ellos provocados.
A todo esto, consultas públicas como la
realizada de nada sirven, pues se tratan de
meros trámites burocráticos sin ningún sentido.
Los cultivos transgénicos no responden al
“Uruguay Natural” que eligió la ciudadanía
uruguaya. Por eso nuestro reclamo es simple y
contundente:
¡No más transgénicos y no más
seudoconsultas sin sentido!
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