Prohíben maíz transgénico |
El Centro de Estudios para el
Cambio en el Campo Mexicano mostró fotografías de las
deformaciones encontradas en cultivos de maíz transgénico.
Un muestreo de esas plantas reveló que el 11 por ciento
estaban contaminadas. Ante estas denuncias el Gobierno de
México no autorizó a las multinacionales Monsanto,
Pioneer y Dow Agrosciences sembrar maíz
transgénico.
Según informaciones de la Agencia Digital Independiente de
Noticias (Adin) la negativa a los cultivos genéticamente
modificados se produjo luego de las intensas protestas de
ONGs y agrupaciones ecologistas, que efectuaron una campaña
nacional en defensa del maíz natural y la soberanía
alimentaria en México.
La medida del gobierno llegó después de la conclusión de la
consulta pública que realizó el Servicio Nacional de
Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) para evaluar
las propuestas de las transnacionales. En esta consulta, las
organizaciones ecologistas reiteraron su negativa ante la
siembra de maíz transgénico y presentaron informes basados
en contundentes argumentos ambientales, jurídicos y
científicos para sostener esa oposición.
Con un "no" de 60 metros de diámetro dibujado sobre el maíz
en un campo de México, Greenpeace había demandado al
gobierno del presidente Vicente Fox que no autorizara la
siembra de maíz transgénico como pretendía hacerlo antes de
que termine su sexenio.
Asimismo, la ONG aseguró que con la negativa de la
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural,
Pesca y Alimentación de México (SAGARPA) surge la
oportunidad en México para que diferentes sectores de la
sociedad participen en la elaboración de un régimen de
protección especial de maíz, que preserve las más de 60
razas y cientos de variedades que existen de ese grano en el
país.
La elaboración de este régimen de protección es esencial por
la importancia ambiental, cultural y económica que tiene el
maíz en México. Greenpeace animó al gobierno mexicano a
mantener la moratoria de la siembra mientras se lleva a cabo
la evaluación en todo el país para determinar el grado de
contaminación genética que pueda haber causado la
importación de maíz transgénico estadounidense en la última
década.
Este rechazo del gobierno a la siembra del cereal
transgénico por parte de las multinacionales es el tercero
tras la negativa a las solicitudes por parte de la
Administración mexicana en octubre de 2005 y en febrero de
2006. Por su parte, los científicos exigen más recursos para
analizar la contaminación del maíz mexicano.
Los cultivos transgénicos incrementarían la dependencia
alimentaria de los sectores más empobrecidos de la población
al despojar a los campesinos de un conocimiento milenario en
el manejo y selección de la semilla, aseguró Cecilia Conde,
investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Los organismos genéticamente modificados, como ocurre en el
caso del maíz, no tienen capacidad de adaptación genética a
los cambios climáticos severos, como sí lo hacen las
variedades cultivadas en México desde hace más de 500 años,
ya que la semilla transgénica, aunque no se quiera decir,
significa una cadena interminable de comercialización de
productos como pesticidas dirigida a quienes menos recursos
tienen.
Adital
23 de octubre de 2006
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