Argentina se jugó
a la soja transgénica y
terminó con la agricultura
Mensaje para los
uruguayos:
“Miren el espejo que tienen enfrente”
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La
intervención del Ing. Agr. Adolfo Boy fue uno de los puntos altos de la Mesa
Redonda
“Oposición y alternativas a
los cultivos y alimentos transgénicos”, realizada en la
Intendencia Municipal de Montevideo, en un momento donde el gobierno uruguayo se
comporta como el mejor mandadero de
Monsanto.
“El problema
argentino tiene su origen en el campo. Argentina nunca fue un país industrial,
siempre vivió a expensas del campo, con el cual le dio de comer a su pueblo y le
dio de comer al mundo”, manifestó Adolfo Boy, integrante del Grupo de Reflexión
Rural (GRR), en la
actividad organizada por
Redes –
Amigos de la Tierra, el pasado 3 de julio.
“El modelo que
aparece en los 90 propone una agricultura que busca producir alimentos baratos,
lo que comúnmente llamamos commodities. Productos que tanto se usan para hacer
alcohol, leche o chocolate. La Argentina al entrar en esa locura productivista,
de batir récords cosecha tras cosecha, profundizó la crisis. En cada cosecha
record, el hambre aumenta en el país, y el hambre aumenta porque la urbanización
aumenta, porque esta agricultura exige escala y excluye a mucha gente. Hoy en la
Argentina es casi imposible volver al campo. ¿Quién vive en un campo que no
tiene árboles, ni gallinas, ni chanchos? El campo argentino está vacío.
¿Cómo explicar
las cosechas récord? Porque Argentina es una inmensa fábrica a cielo abierto,
que nada tiene que ver con la cultura y visión del campesino, del pequeño y
mediano productor. Argentina bate récords porque aumenta la superficie sembrada,
no porque ha mejorado el rendimiento por hectárea”, manifestó Boy.
Seguidamente
recomendó aprender de la realidad Argentina, “cuando escuchen hablar de
agroindustria, mantengan el singular, pues hay UNA agroindustria. Antes había
muchas agroindustrias, que producían por ejemplo dulce de batata, el orgullo de
mi pueblo, San Pedro. Pero también se hacían mermeladas, arvejas al natural,
arvejas frescas y hasta se las congelaba. Esa zona del norte de la Provincia de
Buenos Aires y el sur de Santa Fe, era la zona legumbrera de la
Argentina. Allí se producía gran cantidad de lentejas. En las instituciones
públicas se daba el guiso de lentejas, bien sabroso y con muchas proteínas. Todo
fue arrasado por la soja transgénica. Los impactos sociales también deben
medirse. Ustedes deben mirar la Argentina, máxime ahora cuando aquí en Uruguay
intentan imponer los transgénicos”, exhortó Boy.
© Rel-UITA
9 de julio de
2003
Nota:
En base al artículo publicado por La Juventud (04.07.03) |