Proyecto maestro
de
contaminación del maíz |
Aprovechando el caos político en México, las empresas
trasnacionales de transgénicos, junto a varios
investigadores y autoridades mexicanas, intentan, otra vez,
que se apruebe la experimentación con maíz transgénico en el
país, paso indispensable para luego aprobar la siembra
comercial a gran escala.
Como clones
del Santa Anna en el siglo XXI1,
algunos funcionarios gubernamentales e investigadores no
cejan en su intento de entregar el patrimonio genético del
país a las trasnacionales.
Todo
indica que las autoridades salientes involucradas creen que
no tendrán que dar cuentas al público, y quieren aprovechar
para hacerle el favor a las compañías (¿a cambio de alguna
transacción innombrable?) de ¡por fin! autorizar la siembra
de maíz transgénico en el centro de origen del cultivo,
contra la lógica, contra el conocimiento, contra los
intereses de México, contra la voluntad popular de la
aplastante mayoría de los mexicanos y, además, contra la
ley.
Por tercera vez, usando el privilegio de apelación que le
concede a las empresas la ley Monsanto (ley de bioseguridad),
las empresas Monsanto, Dow y Pioneer (Dupont)
vuelven a insistir con siete solicitudes de experimentación
de maíz transgénico en campos del INIFAP en Sinaloa y
Tamaulipas. Las solicitudes están en el sitio de
Senasica2
en "consulta pública" hasta el 19 de septiembre. Cualquier
persona puede enviar sus opiniones a amada.velez@sagarpa.gob.mx,
pero para ser consideradas "deben estar sustentadas técnica
y científicamente". Anuncian así que los millones de
campesinos, indígenas, ambientalistas, consumidores,
artistas e intelectuales, los que recibirán los impactos
negativos y lo expresan desde sus propias perspectivas y
realidades, no cuentan como "público" de esta "consulta".
Desde que comenzó el proceso de estas solicitudes en el año
reciente, las empresas, algunos agricultores industriales
posiblemente pagados por ellas y las autoridades se refieren
a un tal Proyecto maestro de maíz, elaborado por unos pocos
investigadores mexicanos con las empresas, que permitiría
analizar "seriamente" las ventajas o problemas que tendría
la siembra de maíz transgénico en México. Con leves
variaciones, han afirmado que estas experiencias darían
respuesta "científica" a las interrogantes y
cuestionamientos que han hecho ambientalistas y campesinos,
entre muchos otros, sobre los riesgos de plantar maíz
transgénico en México.
En su apelación más reciente, las empresas se refieren al
Proyecto maestro como "nueva" información científica y
técnica, lo que garantizaría que las experiencias se hagan
de modo "seguro", teóricamente evitando contaminar otras
variedades. Para ello, anexan a las solicitudes cartas del
INIFAP, que afirma no haber encontrado presencia de maíces
criollos o parientes del maíz en un radio de 300 metros de
los campos experimentales. El anexo 4 de dichas solicitudes,
titulado "Lineamientos para buenas prácticas de
experimentación. Proyecto maestro", recomienda medidas
adicionales para evitar que haya flujo de polen transgénico
desde las parcelas experimentales. El secretario de
Agricultura, Francisco Mayorga, declaró a la prensa que
luego de haber consultado con los responsables jurídicos de
su secretaría, la de Medio Ambiente y los de las empresas
biotecnológicas, "creo que están cubiertas las exigencias de
las leyes, cosa que no ocurrió la vez anterior (a fines de
2005 y principios de 2006), cuando sí hubo algunas omisiones
en los procedimientos". (Lourdes Edith Rudiño, El
Financiero, 27 de agosto de 2006)
Pero las leyes no deberían ser un problema de "creencias"
de funcionarios gubernamentales ni de interpretaciones de
las partes comercialmente interesadas a las que la ley
supone regular. Y el artículo 2 de la Ley de Bioseguridad y
Organismos Genéticamente Modificados (LBOGM) establece que
antes se debe aprobar un régimen de protección especial del
maíz y otros requisitos que no se han cumplido.
Las solicitudes y el Proyecto maestro anexado, sólo se
refieren a medidas de seguridad durante la experimentación.
Discutibles, por cierto. Por ejemplo, en varios trabajos
científicos se considera que el polen de maíz se puede
dispersar a distancias mucho mayores de 300 metros. Pero esa
discusión nos desviaría del tema fundamental ahora:
claramente, en los documentos a consideración, el objetivo
no es la investigación de los impactos del maíz transgénico
-no estudiarán el flujo génico, ni los impactos en la
biodiversidad y mucho menos los efectos de la contaminación
que sí saben que existe en muchas partes de México; los
aspectos sociales, culturales y económicos brillan por su
ausencia- sino una micro-evaluación de rendimiento y
efectividad, eliminando cualquier otra variable. Evaluación
puramente formal, porque la parcela experimental es un
espacio limitado, artificialmente controlado, en
circunstancias que nunca se repetirán en la realidad. ¿O a
poco los agricultores que optaran por plantar maíz
transgénico van a tomar las mismas medidas para evitar la
contaminación?
Descartada así la palabrería sobre "investigación" y
"definición científica de controversias" con la que se han
llenado la boca los funcionarios e investigadores que
defienden estas experiencias, queda al desnudo la intención
real: cumplir cuanto antes con el requerimiento de la fase
experimental, para habilitar a las empresas al próximo paso:
la solicitud de liberación comercial.
El uso del momento político, las seudojustificaciones y el
derroche de dinero y recursos públicos para satisfacer los
deseos de sus majestades imperiales -las voraces
trasnacionales de los transgénicos- no logran ocultar el
trasfondo real: no hay ninguna forma de evitar la
contaminación, si se libera el maíz transgénico en
plantación comercial.
La fase experimental supuestamente "segura", no tiene
ningún valor y no es más que la justificación para la etapa
siguiente, legalizar la siembra -y la contaminación- del
maíz transgénico en su centro de origen, con total impunidad
para las transnacionales.
Silvia
Ribeiro*
6 de
setiembre de 2006
NOTAS
1 El General
Antonio López de Santa Anna, siendo presidente de
México,"vendió" más de la mitad del territorio mexicano a
los Estados Unidos en 1848.
2 Servicio Nacional de
Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica),
órgano de la Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa)
* Silvia Ribeiro es
investigadora del Grupo ETC, www.etcgroup.org
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