Qué ingerimos con la soja |
Vamos a hablar de lo que
ingerimos cada vez que consumimos algún alimento que
contenga soja o sus derivados. Es necesario aclarar que casi
todo lo que comemos hoy en día tiene soja, desde los
embutidos, los fiambres, el cacao, las golosinas, los
helados, los postrecitos, flancitos y yogures, las harinas
enriquecidas con soja, los aceites, casi todo. La soja es
uno de los cultivos más antiguos de la humanidad, originario
del sudeste asiático, llega a nuestro país en la década de
los 70 con el objeto de incorporar nitrógeno a los suelos,
por ser una leguminosa, y para que participe en la rotación
agrícola-ganadera muy común en esos tiempos en que se hacía
4-5 años de pasturas o praderas naturales y 2-3 años
alternando maíz, trigo y soja.
A partir de 1996, año en que se aprueba liberar al ambiente
la soja transgénica, pasa a ser inmediatamente el cultivo
principal del país, y se transforma en un monocultivo, y en
lugar de aportar nitrógeno a los suelos, como lo hace
cualquier leguminosa, se ha constituido en la principal
causa de pérdida de nutrientes y de fertilidad de nuestras
tierras. Quienes apostaron a la soja la presentan como una
fuente de proteínas tan importante que es capaz de
reemplazar las proteínas de la carne, de la leche, de los
huevos, de cualquier otra proteína. Aseguran que además es
barata (50 centavos el kilo). Por esta razón los grandes
productores la distribuyeron en los comedores infantiles
cuando estalló la crisis del 2001, cuando los alimentos se
volvieron inalcanzables para los niveles de ingresos de la
mayoría de la población, y sobre todo para los desocupados.
¿Pero esto es exactamente así?
Veamos: en un documento de trabajo publicado en el año 2002
por "Presidencia de la Nación" y el Consejo Nacional de
Coordinación de Políticas Sociales de nuestro país se
comenta que la inclusión de la soja en la alimentación, como
complemento fue útil en países con baja producción de
alimentos y cuya dieta era basada en maíz y arroz. En
cambio, en Argentina, un país donde se producen muchísimos
alimentos, y que además tiene la mayor tasa de ingesta de
proteínas de origen animal de toda Latinoamérica ( 64
grs./hab. por día), la soja no ofrece ninguna ventaja como
sustituto, afirma tal documento. Pero además, en cuanto a la
proteína de la soja, tan alabada por los intereses sojeros,
ese mismo trabajo, elaborado también por el Ministerio de
Salud de la Nación, sostiene que es cierto que el poroto en
cuestión tiene buen contenido proteico, comparado con otras
leguminosas, pero que siempre su aprovechamiento o
asimilación, por parte del organismo humano, es mucho menor
al de la proteína animal, que consumimos con la carne, con
la leche o con los huevos.
La FAO, organización mundial de alimentos, dice que si a la
proteína del huevo le damos un valor de 100, a la de la soja
hay que darle un valor de 49, o sea menos de la mitad. Las
proteínas de la leche de vaca, también es siempre mejor
asimilada que la de soja. Es cierto que la proteína de soja
contiene todos los aminoácidos esenciales para el ser humano
adulto, se destaca por la alta cantidad de lisina, pero es
deficiente en aminoácidos esenciales azufrados como la
metionina y la cisteína.
Su aprovechamiento en el organismo es inferior, siempre, al
de las proteínas de origen animal, especialmente en las
etapas de crecimiento, es decir en la etapa preescolar y
escolar. Nunca podrá reemplazar a la carne, porque el hierro
contenido en la soja posee muy baja disponibilidad, a
diferencia del hierro que contienen nuestras carnes, en
especial, las producidas a pasto. Tampoco se puede
reemplazar la leche de vaca y sus derivados, con el jugo de
soja, dado el bajo contenido de éste, de calcio, fósforo y
vitamina A, la relación de calcio y fósforo es desbalanceada,
y de muy pobre aprovechamiento.
En resumen, nunca la proteína de soja puede reemplazar a
otras proteínas, de la carne, de la leche, de los huevos,
del pescado; a las proteínas que nuestro país puede producir
en cantidad suficiente como para alimentar dignamente a toda
su población, y además exportar, por ser un territorio
privilegiado en cuanto a climas, extensión y suelos. Tampoco
podemos producir soja para darle de comer a nuestros niños
mal alimentados, por lo ya dicho de la dificultad de
asimilación, y que puede provocar daños irreparables.
Y vale aclarar que si bien la soja tiene proteínas, éstas no
son fácilmente asimilables, sobre todo por los niños. El tan
meneado poroto contiene factores tóxicos o antinutrientes
que limitan la absorción de una serie de nutrientes
reduciendo en más de un 50% su valor nutritivo, y provocando
entre otras cosas, efectos digestivos desagradables. Esto
está descrito en aquel comentado documento de trabajo,
dentro de los factores tóxicos que están siempre en la soja
o en los alimentos que contienen soja, se pueden mencionar
a:
-los inhibidores de la tripsina: son sustancias que
interfieren en la digestión de las proteínas en el
intestino, disminuyendo, no sólo de las proteínas de la
soja, sino de la proteínas de cualquier otro alimento que se
ingiera junto con la ella.
-otros factores tóxicos son los fitatos, sustancia que se
encuentra en el revestimiento externo del grano, y que se
une fuertemente a las proteínas dificultando su absorción, y
también interfiriendo en la absorción de minerales claves
como el hierro, el zinc, el calcio, el magnesio el cobre,
limitando su utilidad biológica.
-otro factor tóxico es un grupo de azúcares llamados oligo
sacáridos (estaquiosa y rafinosa), presentes en la soja pero
que no pueden ser digeridos por el organismo, y entonces son
consumidos por bacterias del intestino humano, produciendo
gran cantidad de gases, o como dice un informe sobre el
tema, realizado por la Comisión de Alimentos del Reino
Unido: flatulencias intestinales.
-finalmente existe otro grupo de factores tóxicos muy
estudiados, que son las isoflavonas, estas sustancias son
fitoestrógenos que se encuentran en forma natural en el
grano de soja. Actúan como hormonas sexuales que inciden en
los ciclos y en el desarrollo reproductivo, provocando en
las niñas menarcas precoces y adelantos de los eventos
puberales; aumento de tamaño en los órganos de la
reproducción, y tantas otras cosas que ya registran a menudo
los médicos del Hospital Nacional de Pediatría Dr. Garraham.
Javiera Rulli, ecologista especializada en los perjuicios
que causa la soja en niñas y embarazadas, afirma que cuando
se alimenta a chicos desnutridos con soja como única fuente
de proteína, ingieren un equivalente a dos pastillas
anticonceptivas diarias. También se sabe que las isoflavonas
actúan sobre la glándula tiroides, provocando enormes
trastornos.
Además, la soja tiene mucha fibra, que si bien puede ser
beneficiosa para la salud, existen situaciones donde hay que
tener cuidado, como con las enfermedades inflamatorias
intestinales y cuadros de malnutrición. Por todas estas
causas, la Sociedad Argentina de Pediatría, en el año 2001
desaconseja la utilización de soja en la alimentación de
niños menores de cinco años, y está contraindicada para
menores de dos años. Finalmente, para adultos, se aconseja
usarla solo como complemento de una alimentación completa y
variada, nunca como sustituto de ninguna proteína, y en una
cantidad que no supere los 25 gramos por porción y hasta dos
veces por semana.
Y a todo esto que se comenta aquí hay que agregarle toda la
carga de agrotóxicos que son aplicados en la producción de
la planta de soja, y que acompañarán al grano en toda su
trayectoria. Y hay todavía algo más, toda o casi toda la
soja que se consume en este país, es transgénica, por lo
tanto, hay que sumarle todas las dudas y los riesgos de
comer un organismo artificial como es la soja transgénica.
Quedan otras dudas, los problemas de alergias que se han
reportado, problemas de cáncer de mamas. Recomendamos que
cuando lean que un alimento tiene como ingrediente lecitina
de soja, que es la proteína de soja, recuerden lo aquí
expresado y busquen otras fuentes de proteínas. Todavía se
pueden consumir leguminosas que nos aportan nutrientes
naturales y proteínas sin riesgos, tales como las arvejas o
las lentejas, carne de animales alimentados a pasto, huevos,
leche y sus derivados.
Gabriel Arisnabarreta *
eco21.com.ar
* Ingeniero Agrónomo Gabriel
Arisnabarreta
Grupo Ecos del Saladillo – miembro de la Renace.
Fuentes:
- Documento de Trabajo elaborado en el año
2002 por Presidencia de la Nación, Concejo Nacional de
Coordinación de Políticas Sociales y Ministerio de Salud y
Ambiente.
- Documento elaborado por la Comisión de
Alimentos del Reino Unido (l999)
- Sociedad Argentina de Pediatría (informe
2001)
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