Cediendo a las presiones de las grandes multinacionales, que poco a poco se instalan en Brasil, la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio) aprobó, el último día 16, la liberación comercial del maíz transgénico producido por la multinacional Bayer. El pedido que estaba hace meses en la pauta de la CTNBio ha enfrentado la resistencia de la sociedad por la falta de estudios y comprobaciones de que esta variedad de semillas genéticamente modificadas no pondrá en riesgo la salud de la población.

El Ministerio Público Federal y entidades populares –que durante los últimos meses lucharon por una discusión más clara en este proceso– prometen intentar revertir esa decisión. El Ministerio Público cuestiona si la votación obedeció a los artículos previstos en la Ley de Bioseguridad, creada en 2005, que define nuevos criterios para la aprobación de transgénicos. Es lo que explica la procuradora Maria Soares Cordioli, representante del Ministerio Público en la Comisión.

“Si hay dudas científicas que fueron planteadas en la audiencia pública y que no están siendo respondidas por la comisión, esto debe implicar alguna providencia por parte del Ministerio Público. Persiste para la sociedad una inseguridad con relación a estos transgénicos. Si hubo cuestionamientos que trajeron contribuciones de científicos, y que no fueron considerados, queda una interrogación: ¿Estos productos son seguros para el consumo y para el medio ambiente?”

Uno de los artículos de la ley dice que los integrantes de la CTNBio deberían responder a los cuestionamientos hechos a ellos durante una audiencia realizada en marzo de este año, antes de emitir los pareceres sobre el maíz de la Bayer, lo que según los procuradores, no fue hecho.

Silvia Adoue

Radioagência Noticias do Planalto

24 de mayo de 2007

Volver a Portada