Terminator:
Una solución perversa para la
contaminación genética
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Una coalición de
organizaciones sociales ha solicitado a la ministra de Medio
Ambiente de España que defienda con firmeza la moratoria a
la tecnología Terminator en la Unión Europea y en el
Convenio de Diversidad Biológica. Consideran que es falso e
inaceptable justificar el desarrollo de semillas suicidas
como solución para evitar la contaminación genética.
En los
próximos días la Unión Europea decidirá una posición común
sobre la continuidad de la moratoria a la tecnología
Terminator, cuyo objetivo es crear semillas programadas para
suicidarse, adoptada en el Convenio de Diversidad Biológica.
La decisión europea tiene una importancia crucial, dadas las
recientes maniobras de EE UU y de algunos países de su
órbita (Australia, Nueva Zelanda y Canadá) para minar la
moratoria. Las presiones de estos países en las últimas
reuniones del Convenio, defendiendo posiciones próximas a la
industria, hacen temer que en la próxima Conferencia de las
Partes, a finales de marzo en Brasil, se intente dar luz
verde a Terminator.
A finales
de los 90 la condena generalizada y los evidentes peligros
de Terminator obligaron a las grandes compañías
biotecnológicas a una cierta prudencia -al menos cara al
público- en el desarrollo de esta tecnología. En el último
año, sin embargo, la industria ha desplegado toda su
capacidad de influencia para lavar la imagen de esta
tecnología suicida y presionar a los gobiernos para que la
autorice. Su principal argumento es que las semillas
Terminator constituyen la solución para los problemas de
contaminación genética provocados por los cultivos
transgénicos. Las semillas suicidas, sin embargo, no
sólo no evitarán la contaminación no deseada provocada por
estos cultivos, puesto que en ningún caso impedirán que el
polen se disperse y fecunde otros campos, sino que suponen
una nueva y gravísima amenaza para el planeta.
El objetivo
real de Terminator es impedir que los agricultores guarden
semilla de su propia cosecha, obligándoles a comprar
simiente todos los años. Con ello se pone en peligro el
medio de vida de los millones de los campesinos que dependen
de sus semillas y el mantenimiento de la enorme diversidad
de variedades agrícolas conservadas en sus campos,
fundamental para la producción futura de alimentos. Los
impactos de la comercialización de Terminator en los
ecosistemas pueden ser igualmente devastadores, por tratarse
de una tecnología compleja que no puede garantizar que los
genes suicidas no se propagan en la naturaleza.
En la
reunión preparatoria de la Conferencia del Convenio en
Granada, celebrada a finales de enero, las presiones de la
industria lograron debilitar la resolución adoptada,
recomendando una evaluación "caso por caso" de la tecnología
Terminator. Para las organizaciones que han escrito a la
ministra de Medio Ambiente, sin embargo, no existen casos en
que Terminator no sea una tecnología peligrosa e
injustificable. Es imprescindible por ello que la Unión
Europea defienda el fortalecimiento de la moratoria,
rechazando el enfoque caso por caso que defiende la
industria biotecnológica y exigiendo la prohibición de la
tecnología Terminator en todo el mundo.
Convenio La Insignia / Rel-UITA
9 de
marzo del 2006
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