Los intereses de la industria biotecnológica y
las alianzas políticas para promover los
transgénicos tampoco han escapado a las noticias
de Wikileaks.
A finales de 2010, este portal revelaba las
conversaciones mantenidas entre la embajada de
Estados Unidos y el gobierno español,
donde este último pedía a Washington que
"presionara Bruselas a favor de los
transgénicos", a la vez que se evidenciaban las
relaciones estrechas entre la embajada
norteamericana y Monsanto.
Los cables, de los años 2008 y 2009, ponían de
manifiesto la alianza entre ambos gobiernos a
favor de los organismos modificados
genéticamente (OMG) y mostraban su preocupación
ante el veto de diferentes países europeos, como
Alemania, Francia, Austria, Grecia, Luxemburgo y
Hungría, al maíz transgénico MON810, propiedad
de Monsanto, y por el avance del
movimiento contra los transgénicos en el Estado
español.
Asimismo, los cables mostraban la mediación de
la embajada estadounidense en favor de Monsanto
contra las posiciones de la Comisión Europea
para limitar el cultivo de transgénicos.
Cataluña fue uno de los principales escenarios
de lucha contra los OMG con el impulso de una
Iniciativa Legislativa Popular (ILP), promovida
por la plataforma “Som lo que sembrem” (Somos lo
que sembramos), que llegó a presentarse en el
Parlamento de Cataluña, el 2 de julio de 2009,
con el apoyo de 106.000 firmas, el doble de las
necesarias para poder tramitarse, y que exigía
una moratoria en el cultivo de los alimentos
transgénicos, una investigación independiente
sobre sus efectos sanitarios y ambientales, un
etiquetado transparente del proceso de
producción y declarar Cataluña "zona libre de
transgénicos".
Pero a pesar de los numerosos apoyos, cuando la
ILP se presentó al Parlamento, las enmiendas a
la totalidad de PSC, CIU y PP la tumbaron,
incluso antes de ser discutida. Por su parte,
ERC e ICV, si bien la apoyaron formalmente,
optaron por la posición cómoda de mirar hacia
otro lado ante la política del PSC, obviando que
eran socios de su gobierno.
Los informes que asesoraron a los parlamentarios
en la toma de esta decisión, procedentes del
Consejo Asesor del Parlamento sobre Ciencia y
Tecnología, distaban mucho, como denunció “Som
lo que sembrem”, de representar un
"asesoramiento neutral, objetivo e
independiente".
Por el contrario, y citando dicha plataforma,
estos informes transmitían "una apariencia de
inevitabilidad de los OMG y una supuesta
coincidencia de opiniones entre los expertos y
sectores afectados", a la vez que "difamaban de
manera radical un extenso movimiento campesino y
social en nuestro país al tiempo que se obviaba
toda la problemática de los transgénicos
agrícolas en Cataluña y su trascendencia ".
No debemos olvidar que Cataluña es el segundo
territorio europeo con más hectáreas cultivadas
de maíz transgénico, un total de 26.000, justo
después de Aragón con 31.000.
Estas cifras sitúan al Estado español como el
principal productor de maíz transgénico de la
Unión Europea, con un 75 por ciento de la
producción total.
Así, aunque los informes de “Som lo que sembrem”
y otras organizaciones ecologistas señalaban que
el cultivo de OMG promueve un mayor uso de
herbicidas y la consiguiente contaminación de
suelos y aguas; que la coexistencia entre estos
cultivos y otros de convencionales y ecológicos
es imposible fruto de la contaminación genética,
acabando con variedades locales y tradicionales;
que el cultivo de miles de hectáreas de OMG no
tiene en cuenta el principio de precaución que
sí defienden otros países europeos... sin
embargo, la ILP contra los transgénicos no
prosperó.
Ahora un año y medio después, los cables
filtrados por Wikileaks vuelven a poner estos
hechos de actualidad. ¿Por qué nos tendría que
sorprender no sólo la alianza estratégica del
gobierno estadounidense y español a favor de los
transgénicos, sino la de ambos gobiernos con
multinacionales de la industria biotecnológica
como Monsanto y Syngenta?
La información que ha trascendido a la opinión
pública confirma como, una vez más, los
intereses privados pasan por encima del bien
colectivo, dando más sentido que nunca a la
consigna de:
¡
“Som lo que sembrem”: "Transgénicos, ni aquí ni
en ningún lugar"!
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