Nicaragua

Unidos por una América nueva

Encuentro continental de trabajadores

de la agricultura y la alimentación

 

Nicaragua fue el escenario de un encuentro continental que reunió a 20 organizaciones del sector agroalimentario de 13 países de América y el Caribe, con el objetivo de reflexionar y debatir sobre varios temas que atañen a la seguridad y soberanía alimentarias del continente, y construir una visión y acción común para enfrentar y transformar la histórica y actual dominación neoliberal a que están sometidos los trabajadores de la agricultura y la alimentación.

 

Respondiendo a la convocatoria hecha por el Frente Nacional de los Trabajadores (FNT) de Nicaragua, las organizaciones presentes al encuentro abordaron diferentes temáticas como el impacto de las políticas neoliberales y los tratados de libre comercio en el sector agroalimentario, la situación social del sector rural en América, la tierra, los recursos naturales y la reforma agraria en el continente, la producción de agrocombustibles y organismos genéticamente modificados (OGM) y sus nefastas consecuencias sobre la soberanía y seguridad alimentarias de los países, entre otros.

 

Según Fredy Franco, miembro de la coordinación nacional del FNT, “El trabajo que hemos desarrollado en estos dos días es un primer paso para ir tomando conciencia de la problemática del sector y para ir articulando estrategias comunes. Es por eso que se constituyó por consenso un Comité Coordinador de las tres regiones representadas en el encuentro -Caribe, Centroamérica y Sudamérica- que va a ser el instrumento para facilitar la aplicación de la Declaración de Managua, que se dio a conocer como resultado de este primer esfuerzo. Logramos definir -continuó Franco- un planteamiento político y la estrategia de trabajo frente a los retos que la actual coyuntura económica y social mundial nos impone”.

 

Uno de los temas más controversiales que se abordaron en el encuentro fue sin duda el de los agrocombustibles. “Hay un planteamiento de fondo en el que se reconocieron las organizaciones presentes en este encuentro continental. Para nosotros es inaceptable estar usando alimentos para producir combustible, porque no podemos sacrificar a millones de seres humanos en el mundo, obligarlos a una profundización del hambre, a una subida vertiginosa del precio de los alimentos, que se vuelven inalcanzables para la mayoría de las personas, para garantizar el combustible para el primer mundo. Sobre ese tema hubo una posición de principio unánime”, concluyó el miembro del FNT.

 

La declaración de Managua

 

Después de un análisis del contexto actual que viven los países de América Latina y el Caribe y los trabajadores y trabajadoras de la agricultura y la alimentación, el documento aprobado por unanimidad pide a los Estados y gobiernos fortalecer su papel regulador, instándolos “a implementar políticas agroalimentarias y de comercio justo a nivel local y nacional, consolidando una agricultura sostenible y sustentable que asegure la soberanía alimentaria de los pueblos y el uso racional de los recursos naturales”.

 

Se les pidió también que garanticen el acceso de los pequeños y medianos productores al crédito, a la capacitación y a mercado seguros, aplicando al mismo tiempo medidas de protección concretas para grupos sociales vulnerables con alto riesgo de enfrentar o perecer por desnutrición.

 

Reformular las leyes promulgadas bajo la influencia neoliberal que promueven prebendas y beneficios a favor de las grandes transnacionales y exigir el respeto a los derechos laborales y sindicales de los trabajadores y trabajadoras del sector agroalimentario” es otro de los puntos de la Declaración final del encuentro continental.

 

Para la acción unitaria de las organizaciones sindicales, de trabajadores rurales, campesinos, indígenas, pueblos ancestrales, cooperativas y sectores sociales vinculados a la problemática agrícola y alimentaria del continente americano, la Declaración de Managua pide “impulsar la reforma agraria, la nacionalización de la tierra y su colectivización; presionar a los organismos internacionales para que actúen y garanticen el respeto a las normas jurídicas relativas a la agricultura, alimentación y medio ambiente; luchar para la regulación de los precios de productos básicos de alimentación que favorezcan el acceso popular”.

 

Se exigió también la prohibición total del uso de fertilizantes químicos y productos nocivos que provoquen la esterilidad de la tierra y se dio respaldo “a las inversiones conjuntas que aceleren en nuestra región la producción agrícola y la distribución de alimentos, basadas en los principios de solidaridad, cooperación y con firme compromiso y fuerte participación del Estado a favor de la integración regional”.

 

En su parte final, la Declaración rechazó los acuerdos comerciales de la ronda de Doha y reafirmó la solidaridad de las organizaciones firmantes con los trabajadores y trabajadoras de la agricultura y la alimentación del mundo, “que enfrenten en difíciles condiciones a la voracidad de las transnacionales y a las políticas neoliberales e imperialistas”.

 

En Managua, Giorgio Trucchi

Rel-UITA

8 de diciembre de 2008

 

 

 

 

Fotos: Giorgio Trucchi

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