Plantas
elaboradoras de celulosa
Una polémica de mucho peso
"De
los tan mentados mil millones de dólares que
iban a invertir, con suerte entrarán al país
unos 200 millones", dijo a BRECHA Ricardo
Carrere, presidente del Movimiento Mundial por
los Bosques, refiriéndose a la proyectada
instalación en Fray Bentos de una planta
procesadora de pulpa de madera para fabricar
papel y cartón por parte de la firma finlandesa
Botnia. |
El experto forestal explicó que la planta será
importada y, por ende, las cuatro quintas partes del costo
de la inversión quedarán en Finlandia. Luego de construida
en Europa la planta será traída a Uruguay y armada aquí.
"Primero dijeron que iban a invertir mil millones de dólares
y muchos quedaron encandilados por la cifra. Después nos
enteramos de que será sólo una quinta parte de ese monto.
Para colmo luego nos dicen que ni siquiera tienen ese dinero
disponible y reclamaron apoyo del Estado uruguayo."1
Comer,
dormir, montear:
la vida del
trabajador forestal |
El gobierno actual, cierto es, recibió a los
representantes de Botnia con alfombra roja: la compañía
obtuvo la iniciativa del Poder Ejecutivo para que el
Parlamento aprobara un acuerdo entre ambos países que tiene
un único beneficiario: ella misma. El acuerdo obliga a
Uruguay a proteger a la empresa de múltiples eventualidades,
incluidos los peligros de "manifestaciones"
antiempresariales.
Botnia reclamó luego que se la exonerara de impuestos
y se le permitiera trabajar en régimen de zona franca, lo
cual también le fue concedido. De esa manera "ni siquiera
aportarán en impuestos, a diferencia de la gran mayoría del
empresariado nacional. No pagan impuestos en el sector
forestal y ahora tampoco en la industria celulósica. ¿De qué
le sirve al país tener una planta de celulosa en una zona
franca que no le genera ningún ingreso por concepto de
impuestos?", se pregunta Carrere. El técnico se insurge
también contra otro reclamo de los finlandeses: que "ahora
salgan a pedir la plata de las AFAP argumentando que si el
Estado no los apoya más no se podrán instalar. Le piden
prebendas, ventajas y dinero a un Estado uruguayo
empobrecido con la amenaza de no invertir pero terminan
haciendo la inversión con nuestro propio dinero. Sería mejor
que el Estado invirtiera donde más le convenga y no en
plantas de celulosa que traerán sobre todo problemas. Los
que piensan que esas plantas serían una buena solución para
tanta madera plantada no tienen en cuenta que el problema se
resolvería con un plan estatal sobre qué hacer con la
madera".
Carrere también cuestionó la oferta de Botnia en
materia de empleo. "Una inversión de mil millones de dólares
que sólo genera 300 puestos de trabajo es un despropósito,
con el agravante de que en ese total sólo hay ocho puestos
que no implican exigencias técnicas que vuelven utópica la
posibilidad de trabajo para los fraybentinos."
Y en cuanto al anuncio de la empresa de que se propone
capacitar a los trabajadores locales, Carrere lo contrasta
con otro: que importará técnicos cuando la especificidad de
los cargos lo requiera. En cuanto a los miles de empleos
indirectos de que se habla, "la mayoría sólo duraría
mientras se arme la planta y sobre el resto no hay pautas
claras de la empresa, que ha manejado cifras muy variables
en este punto".
Respecto a los impactos ambientales, mientras la
empresa reitera que serán mínimos e insignificantes, el
grupo ambientalista Guayubira señala que tendrán profundas
repercusiones debido a la liberación de dioxinas y furanos
–lo que transgredería el Protocolo de Estocolomo,
recientemente ratificado por Uruguay–. Se verían afectados
así humanos y animales, la fauna y la flora, la composición
del aire, el agua del río y los suelos circundantes, y se
estarían generando desequilibrios que terminarían afectando
puestos de trabajo en los sectores turístico (debido a los
olores pútridos y la contaminación ambiental producida),
pesquero y apícola.
LA VERSIÓN
FINLANDESA
Botnia ha desarrollado una profusa campaña
publicitaria en los distintos medios de comunicación. En
ella se compromete a "fomentar un desarrollo sostenible,
mejorar continuamente sus operaciones y realizar su trabajo
de modo responsable". Los objetivos de la firma, según dice,
son: asegurar el éxito propio y el de sus socios a largo
plazo, mejorar el bienestar de los seres humanos con sus
productos y operaciones, y reducir los impactos negativos
sobre el ambiente. "Estamos al corriente de los impactos
ambientales de nuestras operaciones durante todo el ciclo de
vida de nuestros productos", subraya la compañía. Pero en
estos asuntos, "actuamos innovativa y proactivamente" y
recurriendo a tecnologías "ahorradoras de materia prima".
Botnia se jacta igualmente de practicar una política
transparente que le confiere fiabilidad empresarial. Sus
actividades económicas son "responsables y planificadas",
señala. La empresa sostiene que informa "con regularidad" de
sus actividades y fomenta "el diálogo abierto" con las
partes interesadas, que respeta las leyes y no aprueba "la
corrupción ni los sobornos".
En sus principios de responsabilidad social declara su
apego estricto a la Declaración Universal de Derechos
Humanos de la onu y rechaza la discriminación, el uso de
mano de obra infantil o el trabajo forzado. Su personal, por
otra parte, "tiene derecho a organizarse, afiliarse en
asociaciones y negociar de modo representativo".
¿Y LA IZQUIERDA?
Los proyectos de las compañías fabricantes de celulosa
en Uruguay son vistos con ojos muy distintos en filas del
Frente Amplio e incluso en la central sindical PIT-CNT. El
futuro ministro de Economía, Danilo Astori, ha manifestado
en varias ocasiones su respaldo a los planes de ambas
firmas, en particular los de la finlandesa, que según él
redundará en la creación de muy numerosas fuentes de trabajo
y "moverán" singularmente la economía (no sólo la de la
propia zona de implantación de la planta sino la nacional).
Astori dijo por otra parte que el futuro gobierno respetará
los contratos ya suscritos con inversores extranjeros, entre
los cuales figuran las empresas de celulosa. "Estoy
totalmente de acuerdo con la instalación de las plantas de
celulosa, siempre y cuando cumplan con las mismas normas
ambientales que rigen en sus países de origen", dijo a su
vez a BRECHA el actual diputado por la Corriente Popular
Carlos Pita. Pita presentó en el Parlamento un proyecto de
ley, elaborado por el especialista Álvaro Debali, que
equipara las normas ambientales uruguayas a las de España y
Finlandia.
¿Guantes? Aquí lo que
se pone es el cuerpo |
En el MPP, el sector mayoritario del Frente Amplio, la
cautela domina. El dirigente de ese sector Aníbal Rondeau
dijo a BRECHA que el tema es analizado por el Centro
Antigüista de Estudios Económicos, Sociales y Culturales,
cuyo informe será evaluado por la dirección del movimiento.
"Aunque no nos guste, tenemos una gran superficie plantada
con especies no aptas para producir madera sólida sino pasta
de papel, y la celulosa puede ser una solución siempre que
el procesamiento se haga mediante una tecnología limpia y
confiable", apuntó Rondeau.
Ernesto Agazzi, diputado del mismo grupo político,
señaló que el programa del Frente Amplio no se opone a
industrializar la madera para fabricar pasta de papel. "Eso
es una cosa, pero otra cosa es el negocio con Botnia",
observó. El dirigente, que suena para ocupar un cargo en el
gabinete de la izquierda, cuestionó "un modelo forestal que
apunta a producir madera para exportar materia prima a un
mercado internacional donde el precio es fijado por las
trasnacionales, donde no existe un adecuado control del
suelo y donde los derechos de los trabajadores son
pisoteados". No obstante, aclaró que los acuerdos con las
celulosas Ence y Botnia, como hechos consumados por el
gobierno saliente, serán considerados en el marco de un
análisis en el que predominarán las consideraciones
técnicas.
Similar opinión manifestó el diputado socialista
Guillermo Chifflet, quien sostuvo que el Ministerio de
Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente debe
"exigir a las plantas garantías de que no haya
contaminación". Añadió que el tema es actualmente materia de
estudio de los profesionales de la Facultad de Agronomía,
donde también existen opiniones encontradas.
Por su parte, el dirigente sindical maderero Hugo de
los Santos dijo a BRECHA que el PIT-CNT está estudiando los
informes técnicos a favor y en contra, pese a que en el
último congreso de la central hubo un pronunciamiento
genérico en contra de la instalación, en solidaridad con los
plenarios intersindicales de Río Negro y Soriano, que ya se
habían manifestado en ese sentido. Se trata de hacer un
análisis más profundo para adoptar posición definitiva,
indicó. Otra fuente sindical que solicitó reserva de su
nombre opinó que "en alguna parte del mundo tiene que haber
polución. Si estos emprendimientos nos traen trabajo la
tendremos que bancar".
1
El 20 de octubre el diario El País informaba que Botnia
dispone en realidad sólo de 400 millones de dólares y que
deberá tomar préstamos por otros 600 millones para completar
los tan mentados mil millones.
© Rel-UITA
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