El rotundo éxito -tanto en concurrencia como en
participación- de este seminario, titulado “Caña de azúcar
para el desarrollo. Enfoque agro-energético-alimentario”,
marca un hito en el proceso de búsqueda de entendimientos
entre actores sociales y económicos diferentes. Constituye
también un sólido punto de partida para la concreción de
planes de desarrollo viables y con tecnología probada a
aplicar en Bella Unión una vez que asuma el gobierno del
Encuentro Progresista-Frente Amplio, el 1 de marzo de 2005.
Tabaré Vázquez, futuro presidente del Uruguay, anunció
durante la campaña electoral y lo reiteró apenas resultó
electo, que priorizará la puesta en marcha de planes de
“emergencia social” que atiendan las necesidades básicas de
casi un tercio de uruguayos que hoy se encuentran en
situación de extrema pobreza, así como incentivará el
trabajo y la producción nacional.
Como lo reafirmara durante este seminario el diputado de
izquierda Raúl Sendic, el gobierno de esa fuerza política
se propone reactivar la producción e industrialización de la
caña de azúcar, tradicional y principal actividad de la zona
de Bella Unión cuyo cultivo se ha reducido de 10 mil a
3 mil hectáreas, perdiéndose más del 50 por ciento de los
puestos de trabajo directos que generaba, y otro tanto en
materia de servicios.
Durante el seminario las intervenciones de trabajadores,
productores, técnicos, políticos y hombres y mujeres de la
zona demostraron la voluntad de suspender sus diferencias
políticas, sindicales y de intereses económicos para avanzar
juntos en la concreción de planes de desarrollo que
involucren a todos los habitantes de Bella Unión, una ciudad
azotada por una miseria que espanta. Periodistas de medios
masivos de comunicación capitalinos registraron durante
estos dos días las condiciones en que apenas sobreviven -o
mueren- cientos de hombres, mujeres, ancianos y niños en los
asentamientos que acorralan la ciudad.
El seminario contó con la presencia del ingeniero químico
Rómulo Ferreira (ex especialista principal del Departamento
de Asuntos Científicos y Tecnológicos de la OEA), que
apoyado por su colega Oscar Ettlin, hasta hace poco gerente
del ente estatal uruguayo de alcoholes y combustibles (ANCAP),
expuso durante casi tres horas un puntilloso plan innovador
en la utilización de la caña de azúcar ya aplicado con éxito
en países de América Central y el Caribe y que con los
ajustes necesarios sería apropiado para Bella Unión.
En una entrevista publicada hace más de una década en
Síntesis, suplemento agropecuario del diario La Mañana,
realizada por el periodista y también ingeniero químico Hugo
Rocha, Ferreira admitía que la competencia brasileña y el
atraso tecnológico uruguayo tendían a descartar, en este
país, el uso de la sacarosa como endulzante, a favor de la
fructuosa y otros azúcares.
Sin embargo, para Ferreira esto no significaba que los
cultivos sacarígenos, primordialmente caña y remolacha
azucarera, debían ser desterrados de Uruguay, como lo han
afirmado voceros de los tres últimos gobiernos
conservadores. Señalaba Ferreira que, ante todo, los
cultivos sacarígenos en Uruguay pueden orientarse a la
producción de alcohol carburante para mezclar con la nafta,
como se realiza en Brasil, y obtener alconafta en las
proporciones de 80 por ciento de nafta y 20 por ciento de
alcohol, una mezcla óptima que implicaría además una
importante reducción de las importaciones de petróleo. El
combustible obtenido de esta forma es de octanaje más alto
que la nafta pura, por lo que mejora el rendimiento de los
motores al tiempo que reduce las emisiones de óxido de
carbono y azufre, contaminando menos el medio ambiente y
eliminando el metil-ter-butil-eter, compuesto químico
derivado del petróleo que de acuerdo a la Agencia Ambiental
de Estados Unidos es un potente cancerígeno altamente
volátil y soluble en agua, tal como destacaron técnicos de
Rel-UITA al diario La República.
Pese a que días atrás el actual presidente uruguayo Jorge
Batlle manifestó que “el azúcar no existe” y que “esta
industria se terminó”, el movimiento social e institucional
en pro de la reactivación de este cultivo y su
industrialización con las innovaciones señaladas por
Ferreira impulsan una alternativa real a ejecutar cuando
asuma el gobierno progresista.
Carlos
Caillabet
©
REL-UITA
21 de
diciembre de 2004