Cada año, 900 mujeres que laboran en la industria maquiladora son despedidas por resultar embarazadas. Asimismo, en las más de 800 empresas ubicadas en Tijuana es una práctica común no contratar a mujeres que solicitan un empleo y que resultan positivas en un examen de gravidez.
Despedir a las mujeres embarazadas y aplicar exámenes de gravidez se ha vuelto una costumbre que las mismas autoridades laborales solapan.
Para algunas empresas, como Samsung, despedir a sus trabajadoras cuando se embarazan es una política que se sigue al pie de la letra. La empresa, con tres plantas en la localidad y más de mil 800 trabajadoras por turno en edad reproductiva -entre los 16 y los 35 años-, obliga a las mujeres embarazadas a renunciar o bien las colocan en puestos laborales que requieren de un esfuerzo físico mayor al promedio, según denuncia Elsa Jiménez, coordinadora en Tijuana de la organización Yeuani.
Esa organización es la única que desde 1998 ha logrado documentar ese tipo de casos en Tijuana y llevar a los tribunales laborales una veintena de casos de mujeres despedidas por estar embarazadas.
Jiménez considera que el problema es de una dimensión mucho mayor, al afirmar que sólo se logra documentar uno por ciento de los casos de abuso contra las trabajadoras.
El análisis de la problemática de las trabajadoras en las maquiladoras de Tijuana por mucho tiempo se concentró casi de manera exclusiva en los bajos salarios que perciben y en las largas jornadas laborales sin descanso, como su exposición a sustancias consideradas como peligrosas para la salud humana, pero se había dejado de lado el tema de la discriminación por género que han padecido, prácticamente desde el inicio del esquema de maquiladoras, en las que 80 por ciento del personal es del sexo femenino.
Para Jiménez, uno de los abusos más crueles y recurrentes es el despido de las futuras madres, muchas de ellas solteras. Hasta hace poco, nada se podía hacer para defenderlas y las autoridades laborales no reconocían como causal de despido indebido el embarazo, refirió.
"En 1999 nos planteamos la meta de crear el antecedente. No fue fácil, y en ese año logramos sacar nueve casos que se recibieron como despidos por embarazos, y se obtuvieron laudos favorables a las mujeres; asimismo se creó el precedente en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, no sólo en la cuestión laboral, sino también de género", señaló.
A partir de entonces, Yeuani ha logrado la reinstalación de 19 mujeres que fueron separadas de sus puestos laborales, una vez que se comprobó ante la autoridad laboral que la causal de despido fue el hecho de que estaban embarazadas.
Sin embargo, Elsa Jiménez establece que en el caso de las mujeres víctimas de la discriminación al momento de la contratación, cuando se les exige el examen de gravidez, es muy poco lo que se puede hacer, toda vez que no existe una relación laboral establecida entre la solicitante y la empresa.
En este sentido, otras organizaciones, como Factor X, mantienen un activismo constante para obligar a las autoridades a prohibir ese tipo de prácticas.
No obstante, es poco lo que se ha logrado y sólo algunas empresas han dejado de practicar el referido examen, aunque la mayoría todavía lo realiza en sus mismas instalaciones o lo solicita como requisito para la solicitante de empleo.
Por su parte, el director de la Asociación de la Industria Maquiladora de Mesa de Otay, José Pacheco, donde se concentra la mayoría de las maquiladoras de Tijuana, reconoció que en muchas de ellas se practican los exámenes de gravidez, y sólo se limitó a señalar que esa práctica está permitida a las empresas por el marco legal correspondiente.
21 de noviembre del 2001
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