En 48
horas será interrogado por el juez Oyarbide y encarcelado para proceso judicial.
A las 7:30 horas lo sacaron del Hospital Santaniense y lo trasladaron en una
ambulancia a Uruguayana. Al mediodía le hicieron sendos exámenes médicos en
hospitales de Uruguayana y Paso de los Libres. Argentina se comprometió a cuidar
su salud. Sería alojado en una cárcel especial.
El coronel (r) Juan Manuel
Cordero Piacentini se transformó ayer en el primer militar uruguayo en ser
extraditado a Argentina para que lo enjuicien por los crímenes de lesa
humanidad cometidos durante el denominado "Plan Cóndor", la coordinación
represiva establecida entre las dictaduras del cono sur en los años setenta y
ochenta.
Manuel Cordero
(71) fue finalmente entregado por la policía brasileña a Interpol de
Argentina y deberá comparecer en 48 horas ante el Juzgado Federal de 7º
Turno, a cargo del subrogante Dr. Norberto Oyarbide, quien quedó al
frente de la histórica causa iniciada por el Dr. Juan José Galeano
y continuada por el Dr. Guillermo Montenegro.
El juez Galeano había
pedido la extradición de Cordero, junto a la de los ex militares José
Gavazzo, Jorge Silveira y el policía Campos Hermida, pero
el gobierno de Julio Sanguinetti no dio trámite a la requisitoria, que
terminó cerrándose cuando el presidente Carlos Menem aprobó un indulto
(Decreto 1003) para los militares uruguayos en 1989. En 2003 el Congreso
Argentino declaró nulas las leyes de "obediencia debida" y "punto final" que
otorgaron impunidad a las violaciones de los derechos humanos y los jueces
consideraron inconstitucionales los indultos de Menem, que terminaron por caer
definitivamente en el año 2006, cuando los pedidos de extradición se
reactivaron.
Apología y fuga
La reiteración de los pedidos
de extradición provocó la detención de ocho militares y policías (que luego
serían procesados y condenados en Uruguay) miembros del aparato represivo
de la dictadura que había actuado en Buenos Aires, pero Manuel Cordero
logró evitar su captura y prisión preventiva porque ya había huido a Brasil.
En 2001, Cordero realizó
declaraciones al periodista Raúl Ronzoni del semanario Búsqueda en las
que justificó lo tortura aplicada sobre los presos políticos durante la
dictadura y sus afirmaciones determinaron que de oficio el juez penal José
Balcaldi le iniciara una causa por apología de ese delito.
Sin embargo, la defensa de
Cordero -a cargo entonces del abogado Alejandro Phaiff- realizó una
serie de maniobras dilatorias que incluyeron la recusación del juez por
considerar que Balcaldi, quien había sido policía administrativo, estuvo
bajo las órdenes del militar. El juez cerró el caso e inició otro por el delito
de "desacato con ofensa".
En esa instancia, mediados de
2004, fue que Cordero huyó del país con destino desconocido y su
requisitoria no se procesó porque el delito tenía una pena que no excedía los
dos años exigidos en el Tratado de Asunción, con el que se dirimen las causas de
extradición entre los países del MERCOSUR.
Búsqueda y amparo
Una fuente militar indicó a La
Republica que Cordero se había refugiado en Brasil y el dato fue derivado
al activista brasileño Jair Krischke del Movimiento Justicia y Derechos
Humanos de Porto Alegre, quien inició una paciente búsqueda del torturador
uruguayo prófugo, que podía haber sido detectado en San Pablo.
Krischke
fue quien encontró a Cordero en Santana do Livramento, escondido en la
casa de su cuñado y alertó a las autoridades de Uruguay y Argentina.
La información se filtró a la prensa y la revista Caras y Caretas obtuvo fotos
del militar radicado en la calle Uruguai 1007 de la ciudad fronteriza con la
uruguaya Rivera.
Cordero
fue descubierto en enero de 2005 cuando se presentó en el consulado uruguayo
para firmar un poder para que su cuñado cobrara su jubilación y se supo,
insólitamente, que su presencia en Brasil era del conocimiento del propio
canciller uruguayo Didier Opertti, quien autorizaba mensualmente el pago
de sus haberes.
Durante dos años Cordero
intentó radicarse definitivamente en Brasil. Primero, solicitó asilo
político al definirse como perseguido del gobierno del frenteamplista Tabaré
Vázquez, quien aún no había asumido. Luego pidió refugio e intentó obtener
la ciudadanía brasileña por su condición de esposo de una ciudadana de ese país.
Requisitorias y prisión
Cordero
volvió a "desaparecer" durante meses y se temía que hubiera huido a Paraguay,
pero volvió a ser ubicado por Kirschke, quien viajó a Buenos Aires y
promovió el pedido de extradición del juez federal Guillermo Montenegro,
entonces a cargo de la causa Cóndor, quien reclamó su prisión preventiva.
En Uruguay, el juez
penal de 19º Turno, Dr. Luis Charles, también lo requirió en el marco del
caso de desaparición del uruguayo Adalberto Soba en Buenos Aires en 1976
y, simultáneamente, hubo una ampliación del pedido argentino por parte del juez
Daniel Rafecas quien instruye la causa "Automotores Orletti".De ese modo,
en febrero de 2007 se logró la detención del militar uruguayo quien fue
trasladado a la ciudad de Porto Alegre para permanecer durante meses recluido en
la sede de la Policía Federal gaúcha, hasta que logró su traslado a la cárcel de
Livramento y a la Brigada Militar Nº 2, donde le otorgaron una "prisión
domiciliaria".
La extradición de Cordero
quedó en manos del presidente del Supremo Tribunal Federal (STF),
Marco Aurelio de Melo (primo de Fernando Collor) quien demoró el
proceso por un debate interno de Brasil donde se discutía la validez de
una amnistía autoimpuesta por la dictadura en 1979 y se exigía el juicio a los
violadores de los derechos humanos.
Trámite y definición
El expediente de la Extradición
Nº 974 tuvo un largo trámite hasta el 11 de septiembre de 2008 cuando finalmente
llegó al plenario del STF que en su primera sesión, tras escuchar los
argumentos del ministro relator Marco Aurelio (que cedió la presidencia a
su colega Gilmar Mendes) arrastró cuatro votos en contra de la
extradición.
Sin embargo, el ministro
Ricardo Lewandowski realizó un alegato a favor del enjuiciamiento de
Cordero debido a la desaparición de niños. Aquella primera sesión terminó
con los votos en contra de los ministros Marco Aurelio de Melo, Carlos
Menezes, Carmen Lúcia y Eros Grau, y el voto a favor de
Lewandowski.
El alegato de la minoría llevó
al ministro César Peluso a pedir un cuarto intermedio y cuando la sesión
se reanudó el 30 de octubre, sumó su votó a favor de la extradición y logró que
le apoyaran los ministros Joaquim Barbosa, Carlos Ayres y
Carmen Lúcia, quien cambió su votación. Esta vez el cuarto intermedio lo
pidió Eros Grau.
La votación se encontraba 5 a 2
a favor de la extradición en los diez ministros que componen el cuerpo, donde
sólo en caso de empate define el presidente del STF. Dos veces se pospuso
la reanudación hasta que, el 6 de agosto de 2008, Eros Grou votó a favor
y la sentencia de extradición a favor de Argentina se hizo inapelable.
Burocracia y dilaciones
El proceso burocrático del
sistema judicial brasileño y las presiones políticas para que la extradición no
se concretara en un escenario interno brasileño donde se sucedían los reclamos
por esclarecer los crímenes de la dictadura, demoró el trámite de promulgación
de la sentencia judicial. También incidieron una serie de maniobras jurídicas
dilatorias ensayadas por el abogado Julio Favero, que con el apoyo de
Marco Aurelio de Melo logró que en diciembre de 2008 se otorgara la prisión
domiciliara a Cordero, quien fue grabado mientras bebía cervezas en un bar,
fumando y corriendo a su casa al verse filmado. Esos videos fueron exhibidos por
Krischke en un seminario en San Pablo frente a fiscales estaduales
brasileños que elevaron sus quejas a las autoridades, que determinaron la
realización de un chequeo médico, fijado para el 23 de noviembre de 2009, al que
el militar uruguayo no asistió.
Finalmente, el 19 de enero de
2010, se ordenó la detención y prisión de Cordero para su traslado a
Argentina vía Uruguayana, pero el torturador alegó sentirse mal y logró
internarse por cuatro días en un hospital, hasta que peritos brasileños
dictaminaron que podía viajar y lo llevaron ayer a las 7:30 de la mañana, en una
ambulancia, hasta la frontera.
Trasladado
La ambulancia brasileña de
Unidad de Terapia Intensiva (UTI) que, custodiada por la Policía Federal,
trasladó al coronel Manuel Cordero hasta Uruguayana, llegó a la frontera
con Argentina sobre las 11:30 horas y el militar fue sometido a un
chequeo médico en el Hospital de la Casa de la Misericordia de la localidad
brasileña.
Pasado el mediodía, Cordero
traspasó los 1.419 metros del "Puente Internacional Augustín P. Justo - Getulio
Vargas" que lo separaban de la ciudad de Paso de los Libres en Corrientes,
Argentina, donde fue llevado a otro nosocomio, el Hospital San José, para
que las autoridades argentinas le realizaran un nuevo estudio sobre su salud.
Fuentes policiales señalaron
que fue fundamental para la autorización del traslado el compromiso asumido por
el juez Norberto Oyarbide respecto a asegurar el estado sanitario del
extraditado, que era esperado por otra ambulancia para ser llevado a Buenos
Aires, donde en 48 horas asistirá a una audiencia de acusación. Cordero
deberá designar entonces su defensa o recibir el apoyo de un abogado de oficio y
será trasladado al Penal de Marcos Paz, a 48 kilómetros de la capital federal, o
a las celdas especiales de los presidios de Villa Devoto, Ezeiza o Campo de
Mayo, donde también están encarcelados otros violadores de los derechos humanos.
Roger Rodríguez
Tomado de La República
25 de enero de 2010