Cordero intenta nueva maniobra dilatoria
para posponer su extradición a Argentina. El torturador, que bebe cerveza y
fuma, alega tener problemas cardíacos. Su abogado afirma que no deben
trasladarlo hasta dentro de seis meses.
Nueva maniobra dilatoria
para aplazar la extradición a Argentina.
El coronel retirado Juan Manuel Cordero, bajo prisión domiciliaria en
Santana do Livramento y a la espera de que se concrete su ya aprobada
extradición a Argentina, intentó esta semana una nueva maniobra dilatoria al
solicitar a la Justicia brasileña que se le autorice viajar a Porto Alegre
con la excusa de realizarse un cateterismo.
Sin embargo, las autoridades judiciales negarían el traslado en la medida de
que Cordero no asistió el pasado 30 de noviembre a una consulta fijada con
un médico forense para que se evaluara su real condición sanitaria, según
estableció el Supremo Tribunal Federal (STF) en el Expediente Nº 974 el
pasado 14 de diciembre.
La extradición del torturador uruguayo fue resuelta por el máximo órgano de
justicia brasileño el 6 de agosto de 2009, luego de dos años de un proceso
judicial que se había iniciado tras su detención en febrero de 2007, cuando
fue requerido por la Justicia federal argentina y la Justicia penal uruguaya
por sus crímenes contra la humanidad.
El militar uruguayo había huido a Brasil en 2004 cuando tenía que enfrentar
un juicio por desacato con ofensa que le inició el juez penal uruguayo José
Balcaldi, quien pretendía juzgarlo por un delito de apología de la tortura
luego de que Cordero justificara el uso de "apremios físicos" en una
entrevista con el Semanario Búsqueda.
Maniobra evasiva
Desde que el
STF resolvió otorgar la extradición a Argentina para que se lo
juzgue por varios delitos de desaparición forzada, Cordero ha implementado
una defensa mediática con la que procura posponer su traslado a Buenos
Aires, donde lo indagará el juez federal de 7º turno, Norberto Oyarbide,
actualmente a cargo de la "Causa Cóndor".
El torturador uruguayo logró que el ministro relator Marco Aurelio
de Melo
(contrario a su extradición) le otorgara el beneficio de una prisión
domiciliaria con la excusa de que sus "graves dolencias cardíacas" no le
permitían permanecer recluido en una prisión común ni en la Brigada Militar
Nº2 donde fue alojado durante varios meses.
Sin embargo, desde el 19 de diciembre de 2008, Cordero no se hizo ningún
examen físico y, radicado en casa de su cuñado en la ciudad fronteriza a
Rivera, se le pudo ver bebiendo cervezas en el Bar "La Iguana" y se le grabó
en video cuando salió fumando de su domicilio y huyó corriendo cuando se
percató de que lo estaban filmando.
Cordero, que llegó a denunciar por "acoso" a los corresponsales de Telemundo
12 que vigilaban sus "paseos", otorgó luego una entrevista al portal Montevideo.com
en la que llegó a decir que no conocía el centro de torturas Automotores Orletti de Buenos Aires, donde varios uruguayos sobrevivientes le señalan
como uno de los victimarios.
Dislates de abogado
Ahora, Cordero vuelve al ataque y a través de su abogado Julio
Favero, salió
a declarar que no podrá ser extraditado a Argentina antes de seis meses
porque se someterá a la tan pospuesta intervención cardíaca que lo mantendrá
convaleciente e imposibilitado de realizar ningún tipo de viaje.
"¿Brasil lo va a mandar para que se muera en una avioneta? Nadie lo va a
mandar a Argentina a prepo (...) nadie va a mandar a Cordero, mientras no se
trate no a va a ir, pueden esperar seis meses más porque no lo van a llevar"
declaró el abogado Favero a Montevideo.com.
"No van a tocar el tema de Cordero, van a tener grandes problemas si salen
con Cordero de Brasil y yo los advertí contra eso porque no me voy a quedar
quieto, voy a cobrar indemnización, tengo mucho para molestarlos", dijo
Favero al anunciar que presentará varios recursos ante supuestas
irregularidades procesales.
El abogado Favero volvió a usar como argumento la ley de amnistía brasileña
de 1979 y amenazó con iniciar causas contra dirigentes políticos brasileños
que fueron amnistiados como la ex guerrillera Dilma Rousseff, precandidata
favorita del presidente Luiz Ignácio Lula da Silva para sucederle por el
Partido de los Trabajadores.