En otras ediciones del Grito de la Tierra los manifestantes
llegaban a Brasilia sabiendo de antemano lo
conquistado en los diferentes ministerios. En esta
oportunidad, sin embargo, salieron de sus hogares con
la certeza de que nada se había logrado, y de que los
notorios problemas que enfrenta el gobierno podían
empantanar aún más el proceso negociador. El jueves 2
por la mañana, en la discusión con los representantes
del gobierno nacional, Luiz Dulci, secretario general
de la Presidencia, Miguel Rossetto, ministro de
Desarrollo Agrario, y José Graziano da Silva, asesor
principal de la Presidencia de la República, la CONTAG
adoptó una actitud más beligerante. Manoel dos Santos,
presidente de la Confederación, abandonó su proverbial
paciencia, se agitó, se paró, gritó.
Para las cinco de la tarde se confirmó la entrevista con el
Presidente de la República. Los tiempos se agotaban. La CONTAG
concentró más de 1.500 personas frente al Palacio de Planalto,
haciendo sentir su presión y descontento. Promediando las 20:30, la
dirección de la CONTAG descendió por las escaleras del tercer piso,
luego de más de tres horas de negociación con el presidente Luiz
Inácio “Lula” da Silva. Un dirigente se quitó la gorra verde y blanca,
y saludó a los manifestantes que allí se encontraban desde las 4:30 de
la tarde. Buenas noticias.
A algunas cuadras del Planalto se realizó una nueva asamblea
para dar a conocer los resultados de la negociación. Mientras
esperaba, la gente bailaba al son del “forró”; otros se abrazaban,
lloraban, reían. Las primeras informaciones dieron cuenta del
compromiso del gobierno de incrementar los fondos para la agricultura
familiar de 7 a 9 mil millones de reales; de firmar cuatro decretos
estableciendo la expropiación de siete áreas de los estados de Acre,
Goiás, Pará y Ceará, que beneficiará a miles de trabajadores sin
tierras, hoy “acampados”. Además, el gobierno aseguró la expropiación
de otras 196 mil hectáreas para la reforma agraria, y ampliar la
cantidad de funcionarios del Ministerio de Trabajo dedicados a la
tarea de fiscalización, y más funcionarios y recursos para el
Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA), con el
objetivo de dinamizar el proceso de reforma agraria.
Manoel dos Santos fue el encargado de cerrar la asamblea. De
su discurso destacamos: “Cuando parecía sumamente difícil reunir en
Brasilia más de cinco mil personas a escasas semanas del IX Congreso
de la CONTAG, se logró. Quiero felicitar una vez más, de todo corazón,
al pueblo de la CONTAG. Algunos dirigentes pensaban que no podíamos
estar aquí más de las 6, 7 de la noche, porque las personas se
desanimarían y cansadas comenzarían el retorno a sus casas. Pero
ustedes, compañeras y compañeros, que son las bases, las que están día
a día luchando en sus comunidades, en sus asentamientos, mostraron
enfáticamente a los dirigentes que este pueblo tiene garra, tiene raza
y no se cansa. Ustedes hoy pudieron comprobar la frase de nuestro
maestro Helder Câmara que decía: 'Cuanto más oscura sea la noche, más
bonita será la madrugada'.
Confieso mi enorme preocupación de hoy por la mañana, cuando
en la asamblea les dije que estábamos al límite de nuestra paciencia
aguardando por una negociación efectiva. Si no hubiésemos logrado un
acuerdo positivo, imprescindible para regresar tranquilos a nuestras
casas, estábamos dispuestos a implementar acciones más fuertes, porque
la CONTAG tiene una vasta experiencia de lucha.
Nuestra relación con el gobierno de Lula es franca y se basa
en los puntos programáticos para avanzar en nuestras acciones. Pero
quiero decirles que no está todo resuelto, tenemos que continuar
luchando. No obstante, no podemos dejar de reconocer los acuerdos
presentados aquí por el ministro (Miguel) Rossetto y asumidos por el
presidente de la República ante todos los dirigentes de nuestras
federaciones. Tuvimos la serenidad, y la firmeza también, de señalarle
al Presidente dónde precisa mejorar. No podemos dejar que la reforma
agraria continúe dando pasos tan lentos como hasta ahora. No podemos
admitir que el INCRA no sea de hecho un órgano dinamizador del proceso
de reforma agraria. Los funcionarios del INCRA, del INSS, servidores
públicos cuyos salarios provienen de nuestras contribuciones, están
allí para trabajar, para servir.
Resumiendo, vamos a volver a nuestros hogares con orgullo,
con la cabeza erguida, con la certeza del deber cumplido. Vamos a
decir a nuestros hijos, que deben prepararse para continuar realizando
la tarea que hoy nosotros estamos llevando a cabo. Porque sólo con
lucha, con garra y con resistencia, es que vamos a cambiar este
Brasil.”
Algunos de los manifestantes deberán viajar más de tres días
para llegar a sus hogares, al Norte o al Sur del país, luego de haber
caminado durante dos días de Ministerio en Ministerio, y luego de
haber soportado el plantón de varias horas frente al Planalto. El
cuerpo se hace sentir, pero no tanto como la alegría instalada en sus
corazones.
En Brasilia, Gerardo
Iglesias
© Rel-UITA
3 de junio de 2005