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Grito da Terra Brasil 2008

 

Con Manoel José dos Santos, de la CONTAG

Un balance positivo que estimula

a continuar la lucha

 

 

 

Presidente y figura emblemática de la Confederación Nacional de Trabajadores en la Agricultura (CONTAG), Manoel dos Santos conversó con Sirel cuando aún sonaban los ecos del acto que cerró el Grito da Terra 2008, apenas unos minutos después de haber mantenido una reunión de negociación con el presidente Lula.

 

 

-¿Cuál es su evaluación sobre el Grito da Terra Brasil 2008?

-Muy positiva en varios aspectos. Primero por el proceso de discusión previa que se dio en cada municipio y que movilizó a más de 100 mil personas participando en todo, desde la elaboración de la plataforma de reivindicaciones, hasta el esfuerzo por recaudar fondos con los cuales llegar hasta aquí desde todos los estados del país, a veces viajando dos y tres días en ómnibus para venir y otro tanto para regresar. También fue positivo que lográramos presentar una pauta amplia, con muchos ítems, pero al mismo tiempo con algunos ejes centrales bien definidos.

 

-¿Qué obtuvieron de estas negociaciones?

-En primer lugar, el compromiso del gobierno de empezar a discutir una política para sostener a los asalariados rurales que perderán sus empleos como consecuencia del proceso de mecanización de ciertas tareas, para que sean incluidos en programas concretos que les permitan reinsertarse como trabajadores. Esta es una antigua reivindicación nuestra que, por primera vez, el gobierno acepta atender.

 

-¿Cuál fue el acuerdo presupuestario esta vez?

-Estamos satisfechos con los fondos obtenidos para la zafra 2008/2009 en apoyo a los créditos para la agricultura familiar. Relacionado con esto, se definió la suma destinada para asistencia técnica, lo que garantizará mejores proyectos y el acompañamiento de los agricultores en la producción y redundará en menos productores endeudados.

También se renegoció la deuda de 600 mil contratos, lo que significa que un grupo significativo de agricultores familiares podrá tener nuevamente acceso al crédito. Hay que destacar también la disminución de los intereses en los créditos agropecuarios del gobierno federal que quedarán en una cifra de entre 2 y 5 por ciento. El gobierno se comprometió, además, a admitir este año a 120 mil familias en los programas de reforma agraria del INCRA y 20 mil más por el crédito agropecuario.

Señalamos en la reunión con el gobierno que queremos discutir el concepto de desarrollo, ya que el modelo vigente continúa muy enfocado en las grandes empresas, las grandes exportadoras, pero la agricultura familiar va quedando con menos tierra, con menos crédito y con dificultades mayores

Asimismo, se formalizó el compromiso por parte del gobierno de hacer lo necesario para detener las ejecuciones judiciales de las tierras de los productores familiares endeudados, y también de alcanzar el blanqueo del empleo rural de corta duración y la inclusión de los trabajadores del campo temporales que muchas veces carecen de previsión social.

 

-En el acto de apertura del Grito da Terra anunció el lanzamiento de una campaña nacional e internacional para “combatir a la oligarquía global del etanol”. ¿Podría ampliar esa idea?

-Hay varios puntos en los cuales no llegamos a un acuerdo. Por ejemplo, no logramos que se modificara ya mismo el índice de productividad de los latifundios, aunque se aceptó analizarlos. Estos índices están 40 años atrasados y ya no corresponden a la realidad, por lo que permiten que muchos latifundistas hagan pasar sus tierras como productivas para sustraerlas de las listas de la reforma agraria. Relacionado con esto vivimos el proceso de expansión de la caña de azúcar en todas las áreas del país, pero especialmente en las regiones sudeste y centroeste. Sólo en São Paulo se montarán 40 nuevas usinas de etanol y azúcar. La mecanización de su cosecha está acordada en el Pacto de Sustentabilidad Ambiental. Sabemos que para los empresarios lo más importante no es dejar de quemar la caña, sino reducir sus costos, y eso es lo que lograrán comprando máquinas financiadas a 20 años. Cada máquina de esas sustituye a 20 trabajadores, y en total habrá una pérdida de 1 millón de puestos de trabajo. Si esto se concreta de esta manera, se estará produciendo un combustible limpio para el carburador, pero socialmente sucio. Todavía tenemos en este país trabajadores que son legalmente contratados, pero para eso deben cortar 12 toneladas de caña por día, y son estimulados con el argumento de que cuanto más corta más gana, a trabajar hasta la extenuación y, como ya hubo varios casos, inclusive hasta la muerte. Son condiciones de trabajo peores que la esclavitud, porque llevan a la muerte rápidamente.

Señalamos en la reunión con el gobierno que queremos discutir el concepto de desarrollo, ya que el modelo vigente continúa muy enfocado en las grandes empresas, las grandes exportadoras, pero la agricultura familiar va quedando con menos tierra, con menos crédito y con dificultades mayores. Tenemos avances puntuales en este Grito da Terra, pero queda mucho por lo cual luchar. Por todo esto es necesario hacer esta campaña nacional e internacional, con la participación de organizaciones como la UITA, a la cual la CONTAG está afiliada, porque las relaciones de mercado marcan que esta es una oportunidad para que las condiciones de trabajo mejoren en este país. Queremos hacer una campaña abierta, transparente, sin tremendismos pero con la fuerza adecuada, en busca de apoyos externos e internos para mejorar la calidad del trabajo rural en Brasil. El proceso de discusión interna para la definición del contenido específico de la campaña ya está lanzado, y estamos conformando un grupo de apoyo y de colaboración que incluye a organizaciones como la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y otras muy importantes junto a las cuales emprenderemos esta campaña.

 

 

En Brasilia, Carlos Amorín

Rel-UITA

16 de mayo de 2008

 

 

 

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