La 13 Conferencia de la Rel-UITA ha marcado una
etapa histórica para los ex trabajadores y
trabajadoras del banano y del azúcar de Nicaragua,
afectados por el Nemagón y la Insuficiencia Renal
Crónica (IRC)
Por primera vez, el drama y la lucha de estos
sectores víctimas de las políticas económicas
neoliberales implementadas por las transnacionales,
con el beneplácito del los gobiernos que han
administrado Nicaragua en las décadas pasadas, han
podido ser parte de un evento tan importante a nivel
regional, atravesando fronteras, estableciendo
relaciones y recibiendo el apoyo directo de las
numerosas delegaciones presentes en el evento.
En la conferencia “La lucha de los sectores
afectados por el Nemagón y la IRC en Nicaragua”, la
Presidenta de la Asociación Nicaraguense de
Afectados por Insuficiencia Renal Crónica (ANAIRC),
Carmen Ríos y el representante de la Asociación
Italia-Nicaragua y miembro del Departamento de
Prensa de la Rel-UITA, Giorgio Trucchi, han
presentado la situación en que viven miles de ex
trabajadores y trabajadoras afectados por
agrotóxicos y las acciones implementadas, para
obligar a las instituciones nicaragüenses y a las
transnacionales del banano y del azúcar a
responsabilizarse por los graves daños causados al
ser humano y al medio ambiente.
Carmen Ríos, en medio de la atención general de
cientos de delegados, ha pronunciado su declaración.
Una expresión del dolor, pero también del orgullo de
miles de afectados que en aquel momento estaba
representando.
“Quiero agradecer a la Rel-UITA para haberme
permitido estar aquí hoy con todos ustedes en este
magno evento.
Actualmente, el Ingenio San Antonio, donde se han
enfermado miles de personas por el uso
indiscriminado de pesticidas y la contaminación del
agua, cuenta con aproximadamente 85 mil hectáreas
sembrada con caña de azúcar. Prácticamente toda la
región de Occidente de Nicaragua está altamente
contaminada. Trabajamos por el Ingenio San Antonio
cuyo principal dueño es el señor Carlos Francisco
Pellas Chamorro. A este señor no le importa la vida
de sus trabajadores. Al saber que ellos salen
afectados los desechan.
Hubo un tiempo en que había una ciudadela dentro de
la empresa. A cambio de nuestro trabajo nos daban
casa, comida, agua y todo lo que se necesitaba para
sobrevivir. Los hombres comenzaron a enfermarse
gravemente, mientras que las mujeres parían hijos
con insuficiencia renal.
De
repente, nos dimos cuenta que morían hasta cinco
personas en la misma calle y comenzamos a
preguntarnos qué era lo que estaba pasando y de qué
se estaban muriendo. Todos morían de Insuficiencia
Renal Crónica (IRC) y comenzamos a investigar el por
qué de esta tragedia.
Descubrimos que la principal causante de estas
muertes era la contaminación del agua y comenzamos a
organizarnos, aunque fuera tarde, ya que del años
2000 al 2006 contabilizamos ya más de dos mil
personas muertas, con un promedio mensual de hasta
46 fallecidos.
Comenzamos a pedir al mundo que se denunciara que en
un pequeño pueblo de Nicaragua, cual es Chichigalpa,
la gente sigue muriendo sin medicinas, sin recursos
económico, totalmente abandonados. Y los culpables
de todo esto son los señores Pellas”.
Carmen Ríos siguió
en su intervención relatando la “Marcha sin
Retorno”, que emprendieron en 2005 junto con los
compañeros y compañeras afectados por el Nemagón,
para pedir a las instituciones nicaragüenses
respuestas concretas a sus demandas.
“Caminamos por diez días hasta llegar a Managua,
reclamándoles al Gobierno y a la Asamblea Nacional
para la Salud, la reforestación de Occidente, las
pensiones del Seguro Social para los afectados y las
viudas, la eliminación de los pesticidas altamente
tóxicos, la asistencia sanitaria, entre otros.
Fue una lucha de ocho meses y obligamos al gobierno
y a los diputados a que firmaran un Acuerdo, pero
hasta la fecha se ha avanzado en la negociación,
pero no han cumplido.
Se
destinó un presupuesto especial para la asistencia
sanitaria. Está casi por terminar el año y no hemos
visto absolutamente nada.
En
el año 2003 luchamos como cañeros para tener una ley
(Ley 456) que reconociera la IRC como enfermedad
profesional. La ley fue aprobada, pero fue
inmediatamente vetada por el Presidente Enrique
Bolaños, por temor a que las arcas del Seguro Social
quedaran vacías al involucrar a todos los sectores
de trabajadores que están sufriendo de esta
enfermedad.
Esta es otra lucha que llevamos adelante para
cumplirle a esta gente, a mi gente que está
desgraciada, que está enferma y que tiene hambre.
Miles de viudas que quedaron solas con sus hijos y
que piden una pensión que nunca llega.
Nosotros morimos días tras días y ojalá que
regresando a sus países puedan contar sobre lo que
pasa en mi pueblo y con mi gente. Un pueblo que
surge a pocos kilómetros del Ingenio San Antonio,
que ha sido el asesino silencioso de grandes masas
de trabajadores.
Agradezco a la Rel-UITA y a cada uno de ustedes por
haber podido estar aquí y les pido nuevamente que
nos apoyen”.
Terminando la
intervención de Carmen Ríos, tomó la palabra el
Secretario General de la Rel-UITA, Gerardo Iglesias.
“Si no hay resultados inmediatos y esos cambios que
los afectados están solicitando, vamos a comenzar un
boicot a los productos de esta empresa Pellas y
sobretodo, al ron Flor de Caña, que es exportado a
64 países en el mundo. Y que una misión del nuevo
Comité Latinoamericano de la UITA viaje a Nicaragua
el próximo año para hablar con las autoridades del
Gobierno.
Una cosa más. Esta gente no está afiliada a la UITA.
Nosotros teníamos una organización bananeras que sí
estaba afiliada a la UITA. Nunca, nunca participó en
una marcha, en ningún acto, en ninguna jornada de
movilización. Esta organización que estaba afiliada
a la UITA hoy no lo está más.
Lo
que nosotros tendríamos que definir aquí es que una
asociación, que un trabajador, que una trabajadora
tienen que también poder hacer parte de nuestra
Internacional, porque son estos los que están
luchando, porque no puede ser que les den las
espaldas el estado, las autoridades y las Centrales
sindicales nicaragüenses, porque nunca se han
aparecido para brindar su apoyo y solidaridad. La
UITA sí lo ha estado y esta gente tiene que estar
afiliada a nuestra organización”.
Carmen Ríos, una
vez regresada a Nicaragua, encontró una multitud de
personas esperándola frente a su casa, para conocer
los resultados de esta 13 Conferencia de la Rel-UITA
y para escuchar de su voz la experiencia vivida en
República Dominicana.
Eran las tres de
la madrugada cuando la última persona se despedía,
satisfecha y llena de esperanza.
SIREL
conversó con Carmen Ríos para conocer cuál fue el
signficado de esta experiencia fuera de Nicaragua.
¿Qué tan importante fue esta experiencia?
Para todos nosotros fue algo muy grande, porque allí
encontré muchas personas y organizaciones
interesadas en nuestro caso. Sentí el apoyo de todas
estas personas y es una experiencia que va a dejar
un precedente muy grande para mi pueblo, ya que
nunca tuvimos un vinculo con una organización tan
grande y radicada como la UITA. Le voy a agradecer
toda mi vida a la UITA, porque su gente supo darse
cuenta de que necesitábamos de un respaldo
internacional en nuestra lucha. La experiencia que
viví ha sido vital para mí y para nuestra
Asociación. Algo que me enseñó la unión y el amor
hacia las personas.
De todas las conferencias, ¿Cuál fue la que más te
impactó?
Es difícil poder elegir una, porque todas fueron muy
significativas. Tal vez podría inclinarme un poco
hacia la que hablaba de la Nanotecnología del
compañero Enildo Iglesias, las conferencias
incluidas en el Taller “Mujer, Salud y Trabajo” y
sin duda, la ponencia de Sebastián Pinheiro sobre
Soberanía Alimentaria. Todas las conferencias me
enseñaron mucho y me concientizaron sobre la
importancia de prepararse más, para poder seguir en
la defensa de los obreros y campesinos.
¿Cómo vas a trasladar estos conocimientos a tu
gente?
No tenemos los recursos para poder hacer afiches o
propagandas escrita de todo lo que he vivido. Todos
somos muy pobres y la mayoría no tiene trabajo y
está luchando para tener por lo menos una pensión.
Lo que vamos a hacer es hablar con la gente en las
reuniones que hacemos cada semana. De esa manera
vamos a difundir la experiencia y los nuevos retos
que nos esperan.
¿Hay interés en la gente afectada para que la
asociación se afilie a la Rel-UITA?
Claro que sí, sin lugar a duda. Al regresar de mi
viaje encontré a más de 700 personas esperándome
frente a mi casa. Querían saber si la UITA nos había
aceptado para afiliarnos. La gente está interesada y
entusiasmada porque dice que afiliándonos a la UITA
vamos a tener el respaldo que necesitamos y hoy más
que nunca, es imprescindible para nosotros.